Estados Unidos
Cisma en la OTAN: los misiles rusos S-400 se despliegan en Turquía
Trump ha amenazado a Erdogan con sanciones y con apartar al país del proyecto del caza F-35
Trump ha amenazado a Erdogan con sanciones y con sacar al país del proyecto del caza F-35
El cisma en la OTAN se hace realidad. El enfrentamiento entre Recepp Tayip Erdogan, presidente otomano, y Donald Trump, presidente de EE UU, se convierte en un pulso de impresibles consecuencias después de que el Ministerio de Defensa en Ankara anunciara este viernes que se ha efectuado la primera entrega del sistema ruso de defensa S-400, que la alianza considera que no debería ser usado por uno de sus miembros y cuyo uso Washington ha amenazado que puede ser incluso motivo de sanciones.
“El primer lote del sistema de defensa de misiles S-400, que se ha adquirido para cubrir las necesidades de defensa aérea y de misiles en Turquía, comenzó a llegar a la Base Aérea de Mürted en Ankara a partir del 12 de julio de 2019”, señaló Defensa en un comunicado. Además, el canal público TRT mostró imágenes de tres aeronaves aterrizando en la Base Aérea de Ankara, iniciando el despliegue del sistema de defensa ruso en Turquía.
La noticia era confirmada por las autoridades rusas han confirmado también el envío de esos componentes. “El Servicio Federal de Cooperación Técnico Militar confirma el inicio de los suministros del sistema S-400 a Turquía. Los suministros se llevarán a cabo en los plazos acordados”, declaró a la agencia rusa Interfax la portavoz del Servicio Federal de Cooperación Técnico Militar, María Vorobiova.
Turquía firmó un contrato de suministro con Rusia en abril de 2017, aunque aún no ha anunciado cuándo terminará la instalación ni cuando estará operativo. Un contrato que ha sido denunciado por Washington, que ha reaccionado amenazando con suspender la participación de Turquía en el programa de desarrollo de los cazas F-35 e incluso con la imposición de sanciones al país.
A Washington le preocupa que Turquía use los F-35 cerca del sistema antimisiles S-400, puesto que podría dar lugar a una transferencia de información y crear agujeros de seguridad en el sistema de la OTAN. Si Washington sanciona por esta cuestión a Ankara, le impedirá en primer lugar la compra prevista de unos cien aviones F-35, además de vetar a empresas y fabricantes de componentes turcos en su construcción, lo que dañaría seriamente a la industria nacional. Según reconoció en el minstro turco de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, su país ha invertido ya unos 1.200 millones de dólares en el proyecto, y tenía previsto otros 2.300 millones.
La Alianza Atlántica, de la que Turquía es miembro, también ha advertido de que los misiles antiaéreos rusos son incompatibles con el sistema de defensa de la Alianza.
Turquía insiste en que está en su derecho de adquirir el material necesario para garantizar su seguridad y que la compra del sistema ruso se decidió al fracasar el intento de adquirir los Patriot de EEU U y ante la urgencia de disponer de un sistema de defensa antiaérea.