Tribunales
Estupor en Alemania: Christian Brueckner, principal sospechoso del "caso Madeleine", declarado inocente
El pedófilo alemán de 47 años ha sido absuelto de dos casos de violación y de exhibicionismo delante de menores y podría recuperar la liberad la próxima primavera
Christian Brueckner, el principal sospechoso de la desaparición y asesinato de Madeleine McCann, ha sido declarado no culpable de tres violaciones y dos casos de abuso infantil entre 2000 y 2017 en Praia da Luz (Portugal), Brueckner, de 47 años, está cumpliendo una condena de seis años por la violación de una septuagenaria norteamericana y con esta sentencia podría recuperar la libertad en septiembre de 2025, aunque abogado estima que podría adelantarse a la primavera.
La noticia ha caído como una losa sobre la familia McCann y el fiscal Hans Christian Wolters, principal responsable de señalar al pedófilo alemán como principal sospechoso en el caso de la niña británica: "Consideramos que la sentencia es errónea y, por lo tanto, apelaremos para que el Tribunal Federal de Justicia vuelva a revisar la decisión por errores legales". De hecho, ya ha presentado un recurso contra la sentencia.
Wolters señalo públicamente a Brueckner como principal responsable del secuestro y asesinato de Madeleine en junio de 2020, pero hasta hoy no ha presentado cargos. Según sus palabras, el caso está resuelto al "90 por ciento" y tan sólo le faltaba atar algunos cabos. Sin embargo, ha pasado el tiempo y no ha habido avances significativos, más allá de una búsqueda de 48 en el embalse de Barraguem, de donde extrajeron dos bolsas grandes de pruebas que no aportaron nada significativo del caso.
El juzgado de Braunschweig que ha absuelto a Brueckner insinuó que la única razón por la que el alemán había sido juzgado era debido a su vinculación con el caso de Madeleine McCann, argumento utilizado por su abogado y que la jueza dio como válido. Conclusión: absuelto de todos los cargos. Es cierto que las denuncias surgieron a raíz de la investigación de la desaparición de Maddie, pero los hechos, a pesar de su gravedad, se basan en testimonios y hay pocas evidencias que los sustenten. El primero de ellos muchas similitudes con el caso que llevó al acusado a prisión. Entró en un apartamento en el que una mujer de entre 70 y 80 años pasaba sus vacaciones, la ató, la golpeó y la agredió sexualmente. Siguió el mismo modus operandi en el caso de una joven irlandesa, a la que asaltó en su habitación, la amenazó con un cuchillo y la violó en varias ocasiones.
Las demás acusaciones tenían que ver con su obsesión con los niños: exponerse desnudo delante de una niña de 10 años en una playa y a una de 11 años en un parque infantil.
Durante el juicio se han podido escuchar varios testimonios clave, para entender cómo funciona la mente de Brueckner, un enfermo en busca de saciar sus instintos más íntimos. Pero además, un nuevo testigo señaló a Brueckner como responsable del secuestro y asesinato de Madeleine.
El rumano Laurentiu Codin fue compañero de celda de Brueckner en 2020 y fue llamado a declarar ante el Tribunal Regional de Braunschweig reveló datos hasta ahora desconocidos y que podrían ser claves en el caso. Durante su estancia juntos, Brueckner le reveló que estaba encarcelado por delitos relacionados con menores y le explicó cómo se había llevado a una niña de un apartamento turístico. Según las palabras de Codin, Brueckner se coló en una zona de hoteles para gente adinerada, vio una ventana abierta y decidió trepar hasta ella en busca de dinero o joyas: “Dijo que no había dinero, pero encontró a una niña y se la llevó”, afirmó Cudin. “Dos horas después, había policías y perros por todos lados, así que se fue, fuera de la zona”, recordó..
A pesar de que no le dijo el nombre de la niña en ningún momento, la descripción de los hechos concuerda con lo ocurrido aquella noche del mayo de 2007. En ningún momento Brueckner confesó haber acabado con la vida de la niña pero sí le llegó a preguntar a Cudin “si se puede extraer ADN de una niña de los huesos bajo tierra”.
Además, Codin relató que Brueckner le dijo que tenía una furgoneta y que se había llevado en ella a una niña. También sugirió que había abusado de más de una niña, pero no llegó a confesar que las había matado: “Dijo que se quedó con algunas, pero con otras no, pero nunca dijo que las había matado. Estamos hablando de niñas, no de niños. No de todas a la vez, siempre de una en una. Me habló concretamente de dos. Dijo que se había llevado a una, que había tenido sexo con ella, pero que no la había matado”, aseguró.
Una forense española vuelve a señalar a los padres de Madeleine
Cuando el juicio llegaba a su final, la forense española Miryam Moya volvió a poner en duda la acusación contra Brueckner y se retrotrajo al inicio de la investigación para señalar a los padres como responsables de la muerte de su hija. Moya explica en su libro "Vacaciones al infierno. Madeleine McCann: la historia no contada" que Madeleine "no salió de aquel apartamento con vida". La forense detalló en Canal Sur que su labor ha sido "analizar la escena" y que la conclusión es clara: "no hay una sola evidencia forense de secuestro". Moya echó por tierra el trabajo de los investigadores alemanes y británicos y negó que Brueckner sea el responsable porque "nunca ha aparecido ADN de Christian". Sin embargo, apunta que las únicas huellas dactilares que se recogieron en la habitación "son de su madre". E insiste en un testimonio de una familia irlandensa, los Smith, "que identifican a un hombre como el padre portando a una niña hacia la playa", añade. Es más, habla de que los perros de los investigadores "detectaron olor a cadáver en la ropa de la madre y en el coche que alquiló la familia".
"Es altamente probable de que saliese del apartamento, pero sin vida. Tenemos una serie de testimonios que se han intentado callar durante estos 17 años", lamenta Moya. Otra de las cosas que llamaron la atención de la forense española es que el padre y la madre borraran llamadas y mensajes de sus teléfonos. "¿Por qué te dedicas a esto horas antes de que la Policía te realice una investigación?", se preguntó Moya.
Sin embargo, la línea de investigación a la que apunta Moya que hizo que Kate y Jerry McCann fueran declarados "arguidos" (sospechosos), pero luego fue descartada por varias razones. En primer lugar, las muestras de ADN eran parciales y podrían pertenecer a dos personas (Madeleine tiene una mezcla del ADN de sus dos padres) y no eran concluyentes. Los perros que detectaron olor a cadáver en el coche no son eficaces 100 por 100 y además, los McCann alquilaron el vehículo 25 días después de la desaparición. Y la última, y la más clara para los investigadores, supondría que los padres de Madeleine y sus amigos habrían confabulado para orquestarlo todo y ocultar el asesinato, algo que según los responsables de la investigación resulta prácticamente imposible.
Madeleine, estaba a punto de cumplir cuatro años cuando desapareció del apartamento de vacaciones de su familia en Praia da Luz, en la región portuguesa del Algarve, en mayo de 2007. sus padres cenaban con unos amigos en un bar situado a escasos 50 metros del apartamento. Como todos tenían menores de edad, se turnaban para ir a los apartamentos a ver que todo estaba bien. Pasadas las 21:00 horas, Kate fue a su apartamento y comprobó que la puerta no estaba forzada y al entrar, comprobó que Maddie no estaba en su cama y que la ventana estaba abierta. En ese momento comenzó un calvario, que se la prolongado a lo largo de 17 años.
Ahora, queda esperar a ver si la fiscalía alemana mueve ficha y evita la excarcelación de Brueckner, la última esperanza de los McCann para saber lo que pasó realmente con su hija.
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