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Borrell viaja a Cuba en medio de las presiones para que hable de los derechos humanos

La visita de tres días tiene como punto álgido el tercer consejo conjunto UE-Cuba

Cuba sufre un grave desabastecimiento de productos básicos y una fuerte inflación Yander ZamoraEFE

El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, inicia este jueves una visita de tres días a Cuba en la que abordará los lazos económicos y políticos bilaterales, ante las demandas de ONG y disidentes para que se trate también la situación de los derechos humanos en la isla.

La visita tiene como punto álgido el tercer el consejo conjunto UE-Cuba -que se reúne periódicamente, según el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC)- y su entrevista con el canciller cubano, Bruno Rodríguez.

En la agenda bilateral hay varios asuntos sensibles, empezando por las relaciones económicas, con la UE interesada en la situación de sus compañías en la isla y en el surgimiento de las pequeñas y medianas empresas privadas en Cuba, legales desde hace año y medio.

En un entorno de profunda crisis económica, con un grave desabastecimiento de productos básicos (alimentos, combustible y medicinas) y una fuerte inflación, cerca de 8.000 micro, pequeñas y medianas empresas en sectores no estratégicos han sido autorizadas desde septiembre de 2021.

En el ámbito político se abordarán tanto asuntos de interés común, como proyectos de desarrollo sostenible y lucha contra la crisis climático, como cuestiones más controvertidas en las que los puntos de vista de ambas partes "difieren", reconocieron fuentes comunitarias recientemente.

Entre estos temas destaca la situación de los derechos humanos en la isla, especialmente a raíz de la represión de las protestas antigubernamentales del 11 de julo de 2021, en general pacíficas y espontáneas.

Varios miles de personas fueron detenidas a raíz de esas manifestaciones y unas 700 de ellas han sido sentenciadas hasta el momento, en algunos casos con hasta 30 años de cárcel.

Varias ONG, entre ellas Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW), pidieron esta semana a Borrell que los derechos humanos siguieran siendo una prioridad en la política de la UE hacia Cuba.

También es un asunto importante el respaldo -exclusivamente político- de La Habana a Moscú en su invasión de Ucrania y los intentos de estos dos países por estrechar sus lazos económicos a pesar de las sanciones que pesan sobre sus economías.

Cuba también es importante para el bloque porque este año ocupa la presidencia temporal del Grupo de los 77 y China (G77+China), el mayor mecanismo intergubernamental del mundo, en el que cooperan más de 130 países en vías de desarrollo.

El ADPC UE-Cuba se firmó en diciembre de 2016 y está en vigor de forma provisional desde el 1 de noviembre de 2017 (porque el Parlamento lituano lo rechazó).

Este acuerdo supuso el fin de la llamada "posición común" de la UE hacia Cuba, la restrictiva política unilateral que la Unión mantenía hacia La Habana desde 1996, y que vinculaba todo avance en la relación bilateral a los progresos en democratización y derechos humanos en la isla.

El pacto promueve la cooperación en favor del desarrollo sostenible, la democracia y los derechos humanos, así como la posibilidad de encontrar soluciones compartidas a retos globales por medio de acciones conjuntas en foros multilaterales.

Las áreas de interés común que se pueden abordar en el acuerdo incluyen las energías renovables, el desarrollo rural, el medioambiente, los derechos humanos, la buena gestión, la seguridad o la creación de empleo, entre otras