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Derechos humanos en Cuba

Borrell respalda el tímido aperturismo económico de Cuba y prepara la discusión sobre los derechos humanos

El jefe de la diplomacia europea discutirá el viernes los procesos sin garantías contra activistas opositores con el canciller Bruno Rodríguez

Borrell confía en que la empresa privada en Cuba contribuya a abrir la economía de la isla Ernesto MastrascusaEFE

Josep Borrell está en Cuba. El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad aterrizó el jueves en La Habana para iniciar una visita oficial de tres días con el propósito de encontrar un nuevo enfoque en las relaciones entre la isla y los Veintisiete. La situación es especialmente delicada. El país caribeño vive inmerso en una crisis económica permanente, agravada desde hace unos meses por la carestía de combustible. Una cuestión a la que se suman las denuncias en cadena de varios organismos internacionales en defensa de los derechos humanos por las numerosas detenciones sin garantías de activistas opositores.

La primera parada del jefe de la diplomacia europea ha sido en un local de la calle Lugareño, ubicado en las inmediaciones de la Plaza de la Revolución. Allí intervino en un encuentro con representantes de las nuevas mipymes, el nombre que reciben en Cuba a las micro, pequeñas y medianas empresas privadas que operan de forma legal en el país desde la reforma de septiembre de 2021. Borrell escuchó de boca de los empresarios cubanos las posibilidades que trae consigo el discreto aperturismo económico y los obstáculos a los que tienen que hacer frente sus negocios de iniciativa privada en un país donde el Estado lo controla todo.

Borrell trasladó la postura europea de “acompañar” el proceso de reformas económicas y sociales, y anunció que Bruselas cuenta con un fondo de 14 millones de euros para “ayudar a los empresarios [cubanos] a que sean mejores empresarios”, con formación y asesoría, recoge la agencia EFE. Los socios comunitarios están abiertos a cooperar con el Gobierno cubano para dinamizar la economía de la isla, que sufre la peor crisis económica de los últimos 30 años. De hecho, la UE es el primer inversor extranjero en Cuba, muy por delante de Rusia y China, “a pesar de las medidas restrictivas del bloqueo [el embargo estadounidense], que no hace las cosas precisamente fáciles”, reconoció Borrell.

Con estas ayudas, Cuba puede convertirse “en la Mallorca del Caribe”, vaticinó el jefe de la diplomacia europea. Ese es precisamente el modelo que está tratando de importar el Gobierno de Miguel Díaz-Canel. Según recoge el medio cubano independiente 14ymedio, Cuba continúa priorizando las inversiones en la construcción de hoteles de lujo, una política económica volcada hacia el turismo con el objetivo de recuperar el sector después de la crisis del Covid-19.

Pero la jornada marcada en el calendario es el viernes, cuando Borrell presida en compañía del canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla el tercer consejo conjunto Cuba-Unión Europea. Es un espacio de acercamiento creado en 2017 a partir del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación bilateral, el primer encuentro de este tipo que se celebra desde 2019. Sobre la mesa estará en esta ocasión el asunto de los derechos humanos en el país, como vienen demandando las familias de los represaliados y las organizaciones en defensa de los derechos humanos.

Borrell anunció en su encuentro con empresarios cubanos que “antes de fin de año” se celebrará un diálogo en esta materia. Pero las organizaciones humanitarias apremian al jefe de la diplomacia europea. Un comunicado de Human Rights Watch (HRW) publicado con motivo de su visita a La Habana, recoge que la represión del castrismo contra la libertad de expresión, reunión pacífica y asociación “no ha hecho sino aumentar con los ataques contra manifestantes desde las manifestaciones del 11 y 12 de julio de 2021”, cuando decenas miles de personas tomaron las calles de toda la isla para exigir un cambio en la mayor manifestación de descontento desde el triunfo de la revolución.

“Las autoridades cubanas se han negado a permitir que diplomáticos de la UE y de Estados miembros, medios de comunicación internacionales u organizaciones de derechos humanos supervisen los juicios de los detenidos durante las protestas del 11 de julio”, denuncia en su misiva HRW. “Familiares y detenidos denuncian diversas violaciones de las garantías procesales, mientras que artistas, intelectuales y otras personas con ideas alternativas están sometidos a niveles alarmantes de vigilancia y restricciones de su libertad de circulación. Según los informes, protestas pacíficas tan recientes como las de septiembre y octubre de 2022 fueron respondidas con despliegues policiales y militares para reprimirlas”.

La organización recomienda que el desplazamiento oficial de Borrell vaya acompañado de “una respuesta proporcional de la UE y sus Estados miembros para abordar el alcance y la gravedad de la situación y establecer puntos de referencia concretos en materia de derechos humanos en sus relaciones con Cuba”.