EE UU

Biden alerta contra los aranceles en su último Acción de Gracias en la Casa Blanca

El presidente de EE UU se esfuerza por asegurar

su legado antes de ceder el poder a Trump

President Joe Biden, first lady Jill Biden and their grandson Beau shake hands with members of Nantucket fire department during a visit on Thanksgiving day in Nantucket Mass., Thursday, Nov. 28, 2024. (AP Photo/Jose Luis Magana)
Joe y Jill Biden, acompañados de su nieta Beau, visitan a los bomberos en Nantucket el día de Acción de GraciasASSOCIATED PRESSAgencia AP

EE UU celebró este jueves «Thanksgiving» (Acción de Gracias) en medio de una profunda polarización social. El periodista Rex Huppke le pide a Joe Biden en su crónica del día que «este año cancele las celebraciones» porque «tras las elecciones presidenciales lo último que debemos hacer es entrar en ambientes potencialmente volátiles, de ideologías mixtas en los que a menudo hay alcohol y pasteles fáciles de lanzar». El sentir general del país se vio reflejado en los mensajes tan diferentes que lanzaron el actual y el futuro presidente. Mientras Biden hacía énfasis en la unidad y gratitud en un día en el que millones de norteamericanos se reúnen en torno a una mesa con el pavo como estrella central, las palabras de Donald Trump iban cargadas de un tono mucho más combativo, y a través de su plataforma Truth Social deseaba un «feliz Día de Acción de Gracias a todos, incluidos los lunáticos de la izquierda radical que han trabajado duro para destruir nuestro país, pero han fracasado estrepitosamente».

A sus 82 años, el mandatario demócrata está a punto de salir de la Casa Blanca y de la política norteamericana en general, por lo que este «Thanksgiving» es uno de los más especiales para la familia Biden. Así lo transmite cuando se acerca el final de cinco décadas de carrera política. «Servir como presidente ha sido el honor de toda una vida. EE UU es el país más grande de la Tierra y hay mucho por lo que estar agradecido», dijo en un comunicado. Tuvo palabras de consuelo para los que «tienen un asiento vacío en la mesa», asegurando que los tienen «en nuestros corazones y oraciones».

Como ya viene siendo tradición, Biden decidió celebrar esta festividad con su familia en Nantucket, en la casa que el multimillonario David Rubenstein tiene en la isla. Allí llegó el martes por la noche con su familia, incluidos su hija Ashley y su hijo Hunter, además de la primera dama Jill Biden, a bordo del Air Force One poco antes de las 6 de la tarde. Los planes son los mismos que han tenido en los últimos tres años, ayer llamaron a los miembros del ejército y posteriormente disfrutaron de una comida familiar, seguida de un paseo. Desde allí el presidente habló con los periodistas que le acompañaban para mostrar que en ni en vacaciones se descansa. «Espero que Trump reconsidere su plan» de imponer aranceles a México y Canadá, dijo. «Es algo contraproducente», que podría «arruinar» las relaciones con aliados cercanos. «Tenemos una situación inusual en EE UU: estamos rodeados por el Océano Pacífico, el Océano Atlántico y dos aliados, México y Canadá. Lo último que tenemos que hacer es empezar a arruinar relaciones».

Está previsto que los Biden abandonen la isla este sábado, y no el domingo, como han hecho en anteriores ocasiones. Todavía queda mucho que hacer en Washington. Hay un sucesor del cargo al acecho que ya ha dicho que el próximo Acción de Gracias «la nación será más grande que nunca». En los últimos años Trump ha aprovechado su mensaje de «Thanksgiving» para atacar a sus contrarios, y este 2024 no ha sido menos. El presidente electo ha recordado la «aplastante victoria» electoral del 5 de noviembre, y de sus adversarios ha dicho que «sus ideas políticas son tan irremediablemente malas que el gran pueblo de nuestra nación le ha dado la victoria a aquellos que quieren hacer EE UU grande de nuevo».

Mientras Trump se centra en los ataques verbales, porque de momento poco más puede hacer hasta el 20 de enero, Biden aprovecha sus últimos días para dejar un legado histórico que todos recuerden. El demócrata se marcha habiendo conseguido un alto al fuego entre Israel y Hizbulá en Líbano, un punto a su favor tras una recta final en la que salió de la campaña de forma abrupta, presionado por su propio partido y con varios lapsus mentales que le llevaron a enfrentar momentos difíciles e incómodos a lo largo de su presidencia. La derrota de su sucesora, Kamala Harris, fue la guinda final fatal a casi medio siglo de constante trabajo en Washington que concluye el 20 de enero.