Los tiempos de las declaraciones agitadas y radicales de la extrema derecha han quedado atrás. Este lunes, el nuevo presidente del partido Reagrupamiento Nacional (RN), Jordan Bardella, presentó públicamente su plan de gobierno valiéndose de una palabra clave: moderación. Y lo hizo con su peinado impecable de siempre, usando un tono de voz sin estridencias pero firme. Lo suficiente para prometer que pondrá orden en las escuelas, en la justicia, en el sistema de inmigración y en la seguridad del país. Hasta ahora, Bardella había puesto el foco en el poder adquisitivo –el mayor dolor de cabeza de los franceses– logrando reagrupar con éxito un malestar nacional. Pero este lunes decidió volver un poco a las raíces de su partido y endurecer el discurso.

En el espinoso tema de la inmigración, Bardella promete abiertamente eliminar el llamado «derecho de suelo», que permite a los niños nacidos en Francia reclamar la nacionalidad francesa una vez cumplidos los 18 años. Pero también se prepara para derogar todas la leyes que pudieran impedir la expulsión de los extranjeros en situación irregular, limitando las solicitudes de asilo a las embajadas y consulados o endureciendo las condiciones de reagrupación familiar. Pide también el regreso del «delito de residencia ilegal». Lo que Bardella olvida, quizás, es que para lograr estas medidas tendría que pasar por encima de los acuerdos firmados con la Unión Europea o incluso la convención de Ginebra.

A nivel económico, el eurodiputado promete impulsar la reducción de impuestos sobre todos los servicios de energía, que es uno de los grandes dolores de cabeza de los franceses. También se plantea renegociar las normas de fijación de los precios de la electricidad a escala europea. Por el lado de los salarios, Bardella proponer abrir la puerta para que las empresas aprueben aumentos significativos en toda la gama laboral –no solamente aumentar el suelo mínimo– sin que esto signifique el pago de nuevos impuestos empresariales.

En lo que se refiere a seguridad, Bardella evoca la introducción de «penas mínimas para los reincidentes, los delitos contra las personas encargadas de una misión de servicio público y el tráfico de estupefacientes», además de la suspensión de los subsidios familiares «para los padres de menores delincuentes o reincidentes».

Un plato fuerte del programa de Reagrupamiento Nacional es la creación de una policía municipal para las ciudades de más de 10.000 habitantes tropezaría con un verdadero escollo presupuestario, dado que la subvención global de funcionamiento, es decir, la cantidad que el Estado paga a cada municipio (27.000 millones de euros en 2024), no ha aumentado a pesar de la inflación.

Orden en la escuela

El presidente del RN endurece el tono cuando habla de la educación y el regreso a los valores de respeto hacia el aula y los profesores. Y las medidas son concretas. Para empezar, la prohibición de los teléfonos móviles en todos los niveles de secundaria. «Nuestras escuelas deben convertirse en zonas de sobriedad digital», dice Bardella, argumentando los peligros de la adicción a las redes y a las pantallas en general. Anunció también que seguirá probando el uso del uniforme, una iniciativa que ya había comenzado a implementar el gobierno de Macron, para establecer principios de igualdad y disciplina en las escuelas.

Bardella promete que, si llega a convertirse en primer ministro, su Gobierno se posicionará a favor de los maestros. «En caso de denuncia por violencia, amenaza o insulto, la protección será automática para los docentes», afirma el líder de extrema derecha, recordando el caso de Samuel Paty, profesor de secundaria decapitado por una denuncia de discriminación contra una alumna musulmana que resultó ser falsa. Bardella declaró también que el Estado aplicará sanciones, abrirá procedimientos de disciplina y creará centros especializados para manejar a los alumnos que perturben el funcionamiento normal de las clases. Para describir estas medidas, el presidente de RN utiliza la frase «Big Bang de autoridad».

La extrema derecha, en alianza confirmada con la derecha tradicional de Eric Ciotti, presidente del partido Los Republicanos, sigue subiendo como la espuma en los sondeos: este lunes encabezaba la intención de voto con un 35%, muy por encima de la alianza de izquierda, Nuevo Frente Popular que acumula un 28%. Ni hablar de la bancada macronista que apenas supera el 20%.