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Asia

Xi Jinping refuerza su influencia en Oriente Próximo al anunciar una asociación «estratégica» con el régimen sirio de Bachar al Asad

El presidente sirio sale de su aislamiento con la invitación de su homólogo chino a los juegos asiáticos

El presidente sirio Bachar al Asad llega a China para reunirse con Xi y asistir a los juegos asiáticos ASSOCIATED PRESSAP

El presidente chino, Xi Jinping, anunció el viernes una nueva asociación «estratégica» con Siria durante una visita de Bachar al Asad al país asiático, la primera en casi dos décadas tras años de aislamiento de la comunidad internacional, en medio de acusaciones de atrocidades cometidas contra opositores. El presidente sirio busca apoyo financiero para reconstruir el país, asolado tras más de una década de guerra y un devastador terremoto ocurrido en febrero, así como para rehabilitar su imagen en la escena política regional y mundial.

Asad aterrizó a bordo de un avión de Air China en medio de una densa bruma que, según los medios de comunicación estatales chinos, «acrecentó la atmósfera de misterio», en alusión al hecho de que el líder sirio rara vez ha sido visto fuera de su país desde el inicio de su guerra civil, que se ha cobrado miles de vidas. El presidente Asad se ha convertido así en el último de una serie de líderes condenados al ostracismo por Occidente que han sido agasajados por Pekín, con la reciente visita del líder venezolano, Nicolás Maduro, y del presidente iraní, Ebrahim Raisi, así como de altos cargos rusos entre otros.

«Hoy anunciaremos conjuntamente el establecimiento de la asociación estratégica China-Siria, que será un hito importante en la historia de nuestras relaciones bilaterales», resaltó Xi a Asad, según la cadena estatal china CCTV. «Ante una situación internacional llena de inestabilidad e incertidumbre, China quiere seguir trabajando con Siria», añadió el presidente chino, quien destacó que «la amistad entre los dos países se ha fortalecido con el tiempo».

El hecho de aparecer junto al poderoso líder asiatico en una reunión regional con visibilidad internacional podría aportar más legitimidad a la campaña de Siria para volver a la escena mundial, durante la cual se ha unido a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China en 2022 e incluso ha sido readmitida en mayo en la fuerte Liga Árabe de 22 naciones. Por otra parte, el hecho de exhibir esta asociación permitirá a Pekín reforzar su posición en Oriente Medio, mientras para Damasco es una oportunidad de resolver los problemas económicos relacionados con la guerra, las sanciones y el reciente terremoto.

Primera visita en dos décadas

Para el mandatario sirio se trata de su primera visita desde 2004, cuando se convirtió en el primer dirigente en acudir al país asiático desde el establecimiento de relaciones diplomáticas bilaterales en 1956. El líder chino recibió a su homólogo en Hangzhou, al margen de los Juegos Asiáticos, un acontecimiento deportivo internacional que servirá de plataforma única para fomentar la camaradería internacional.

Desde hace tiempo, China aspira a lograr un orden mundial multipolar en Oriente Medio, en el que la no injerencia y la asociación con los Estados de la región sean una credencial clave. El actual conflicto sirio ha brindado la oportunidad perfecta para que Pekín ponga en práctica su cada vez más ambiciosa política exterior.

Tras mediar en marzo en un acuerdo entre Arabia Saudí e Irán, Pekín ha ampliado su influencia en la región y sigue apoyando a Asad en la contienda siria, que ha causado medio millón de muertos y ha dejado en ruinas gran parte del país. Asimismo, el gigante asiático, que es uno de los aliados del presidente Assad, le ha apoyado en el Consejo de Seguridad de la ONU absteniéndose regularmente cuando se someten a votación resoluciones contrarias al gobierno sirio. De hecho, Pekín ha utilizado su derecho de veto en la ONU en ocho ocasiones para frenar resoluciones contra el gobierno de Asad, la última en julio de 2020.

Salida política a la guerra civil

China aboga desde hace tiempo por una solución política negociada a la guerra, pero ha evitado en gran medida implicarse activamente en el conflicto para evitar posibles enredos en las rivalidades de las potencias regionales. En cambio, en el marco de su emblemática Iniciativa de la Franja y la Ruta y con la bendición de Damasco, Pekín ha mantenido a la vista el potencial económico de Siria como parte de su corredor clave China-Asia Central-Asia Occidental, dada la infrautilizada línea costera de Siria con el Mediterráneo.

Los intereses económicos de Pekín en Siria también pueden verse a través del prisma de la reconstrucción, ya que ha manifestado en múltiples ocasiones su interés por contribuir a este proceso. Sin embargo, parece que gran parte de esos empeños se han limitado a la retórica y a proyectos a pequeña escala, en medio de una continua y cautelosa supervisión de la situación sobre el terreno. Para que China aumente la inversión en reconstrucción a mayor escala, necesita una solución política viable al conflicto, algo que sigue sin resolverse.

Desde que el conflicto de Siria comenzó en marzo de 2011 con protestas a favor de la democracia y más tarde se convirtió en una guerra civil, Irán y Rusia han ayudado a Asad a recuperar el control de gran parte del país. No obstante, el empeoramiento de la crisis económica en Siria ha provocado protestas en las zonas del país controladas por el gobierno. El gobierno culpa de la crisis a las sanciones occidentales y a los grupos terroristas kurdos apoyados por Estados Unidos, que controlan algunos de los mayores yacimientos petrolíferos del país en el este, cerca de la frontera con Irak.

Con todo, los contactos diplomáticos entre Siria y otros países árabes se han intensificado tras el terremoto del 6 de febrero que asoló Turquía y Siria y causó más de 50.000 muertos, 6.000 de ellos en el territorio sirio.

La estrategia china en Siria le ha permitido doblegar a Damasco, incitando al régimen sirio a alinearse con algunas de las principales cuestiones de seguridad nacional chinas. Por ejemplo, durante la represión de Pekín contra Hong Kong en 2020, el régimen sirio se mantuvo firmemente del lado de su aliado. Además, ha respaldado la estricta Ley de seguridad nacional china en la ex colonia británica y ha considerado las protestas como una injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos del régimen comunista. Como era de esperar, el dictador sirio también se ha alineado con Pekín respecto a Taiwán y ha expresado en reiteradas ocasiones su compromiso con el principio de «una sola China».