"Dos Sesiones"

Xi fija el rumbo de China en medio de las tensiones geopolíticas y la inestabilidad de su sistema financiero

La élite del Partido Comunista chino y de los legisladores decidirán en la Asamblea Popular y en el Comité Nacional las prioridades económicas y de seguridad del gigante asiático

Ethnic minority delegates arrive to attend the opening session of the Chinese People's Political Consultative Conference (CPPCC) at the Great Hall of the People in Beijing, Monday, March 4, 2024. (AP Photo/Andy Wong)
Representantes de todo el país acuden al congreso anual en PekínASSOCIATED PRESSAgencia AP

El escenario político de China se encuentra en plena efervescencia mientras la élite política y los legisladores se reúnen en las esperadas "Dos Sesiones". Estos encuentros anuales, que engloban la Asamblea Popular Nacional (APN) y el Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPC), tienen el propósito de establecer los presupuestos y definir los planes estratégicos de Pekín en áreas cruciales como la economía, la diplomacia, el comercio o las fuerzas armadas. Las decisiones tomadas durante estas sesiones determinarán el rumbo político y económico del gigante asiático en un contexto de desafíos tanto a nivel nacional como internacional.

Este año marca el 75 aniversario de la fundación de la República Popular China y es crucial para la realización de los objetivos y tareas del XIV Plan Quinquenal chino (2021-2025).

El encuentro de carácter esencialmente ceremonial comenzó el lunes, cuando los líderes del Estado asistieron a la sesión inaugural de un órgano consultivo paralelo, la CCPPC celebrada en la icónica sala del Gran Salón del Pueblo.

Asimismo, miles de delegados de todo el país acudirán el martes a Pekín para asistir a la sesión inaugural de la APN, donde se espera que el número dos de Xi Jinping, el primer ministro Li Qiang, presente un "informe de trabajo" en el que se expondrán los objetivos del país en materia de crecimiento económico y gasto militar, así como las prioridades políticas.

En un escenario caracterizado por la recesión económica y la agitación política dentro del Partido Comunista, estas reuniones adquieren una importancia crucial. Se espera que estos encuentros se centren en las respuestas de Pekín ante los actuales desafíos financieros, el énfasis que se concederá a la seguridad nacional, la retórica en las relaciones a través del estrecho y el anuncio de posibles cambios de personal.

Purgas políticas

La reunión se celebra un año después de que Xi iniciara su tercer mandato como presidente, en el que ha consolidado el poder en la cúpula del partido y reforzado su liderazgo con una serie de funcionarios que parecen haber sido seleccionados más por su lealtad al líder que por su experiencia. En el último año más de diez altos cargos de la diplomacia y la defensa chinas han sido destituidos de sus cargos y apartados de la vista del público, entre ellos se encuentran Qin Gang, el ministro de Asuntos Exteriores que menos tiempo lleva en el cargo y que desapareció el pasado mes de junio, o Li Shangfu, el ministro de Defensa del que no se sabe nada desde agosto. Tras un comunicado oficial, Qin Gang dimitió el pasado martes como miembro de la asamblea legislativa nacional, mientras que Shangfu fue destituido de la Comisión Militar Central del partido. Sin embargo, ambos permanecieron en el Comité Central, el órgano decisorio del Partido Comunista compuesto por 300 miembros.

Además, otros nueve generales, entre ellos dos ex comandantes de fuerzas de cohetes, fueron "sospechosos de graves violaciones de la disciplina y la ley" -un eufemismo del partido para referirse a la corrupción- y destituidos en diciembre. Con todo, las autoridades no han ofrecido más explicaciones sobre estos ceses, lo que deja en el limbo su posible sustitución. El vacío de información ha alimentado una narrativa sobre las incertidumbres políticas, en un contexto de baja confianza en la economía entre los líderes empresariales internacionales y el sector privado del país.

Presupuesto militar

Las tensiones geopolíticas en torno a Taiwán y el mar de China Meridional han sido motivo de preocupación a nivel internacional. China ha dejado en claro su firme postura sobre estas cuestiones y su líder ha enfatizado la necesidad de que el Ejército Popular de Liberación (EPL) esté preparado para afrontar los desafíos que se avecinan. Estas declaraciones indican la seriedad con la que considera estas regiones y su determinación para proteger sus intereses y soberanía.

Por ello se espera que el máximo órgano consultivo político y la asamblea legislativa nacional discutan y presenten planes para fortalecer y modernizar el ejército. Esto incluirá aspectos como la inversión en tecnología militar avanzada, el desarrollo de capacidades cibernéticas y espaciales, así como la mejora de la capacitación y la preparación de las tropas. Estos proyectos tienen como objetivo consolidar su posición como una potencia militar y garantizar su capacidad para hacer frente a los desafíos que puedan surgir en el escenario geopolítico actual.

De acuerdo con algunos analistas, se espera un aumento moderado en el presupuesto de defensa, que refleja la estrategia de "ganar tiempo" de China para fortalecer su capacidad militar y alcanzar sus objetivos a largo plazo. Aunque no se vislumbra un plan bélico inminente, el gasto militar es fundamental para la estrategia de seguridad nacional de China y su búsqueda de influencia regional y reunificación con Taiwán. No obstante, también se prevé que dicho presupuesto contemple el riesgo de un conflicto armado desencadenado por algo "impredecible", con más encuentros militares en el disputado mar de China Meridional, la elección de un nuevo presidente de tendencia independentista en Taiwán y un posible regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

Retos económicos

Desde la retirada de la estricta política “Covid Cero” en diciembre de 2022, la economía china se ha enfrentado a numerosos retos. Entre ellos, el impago de la deuda de los promotores inmobiliarios, una tasa de desempleo juvenil históricamente alta, las presiones deflacionistas y el debilitamiento de la confianza de los inversores -que se refleja en un descenso récord de la inversión extranjera directa en 2023 y en las caídas bursátiles de este año-, así como la creciente resistencia de Europa y Estados Unidos a las exportaciones chinas, especialmente de vehículos eléctricos.

El Politburó, la máxima autoridad de toma de decisiones en China, ha anunciado su intención de emplear una amplia gama de instrumentos fiscales para respaldar la economía en desaceleración. Este órgano político compuesto por 24 miembros se ha comprometido a “establecer un entorno político estable, fortaleciendo la política fiscal y garantizando que las políticas monetarias se mantengan flexibles”. Con esta determinación, buscan impulsar el crecimiento económico y mitigar los desafíos actuales.

Es más, a comienzos de este año Xi mencionó el sistema financiero como una de las áreas de "alto riesgo" y ordenó al máximo órgano anticorrupción del partido que no tuviera piedad. Tras una serie de severas medidas contra banqueros y financieros estatales desde 2017, el renovado enfoque sobre este sector parece un intento de tapar las lagunas en el control de capitales que harían ineficaz cualquier estímulo de rescate del mercado.

En cuanto a las actuales turbulencias bursátiles, estas parecen haber ayudado a aumentar la preocupación de Xi por la fragilidad del sistema financiero chino, sobre todo porque los elevados tipos de interés estadounidenses y las perspectivas de que continúe la rivalidad entre Washington y Pekín están provocando continuas salidas de capital. La merma de la confianza de los inversores también se produce en medio de la irregular recuperación de la segunda economía mundial tras la crisis de la pandemia a pesar del anuncio de Pekín de un crecimiento del 5,2% en 2023.