El gran río Amazonas es conocido por ser el más largo del mundo. Un maravilloso raudal que cuenta con casi 7.000 kilómetros de largo, que atraviesa hasta tres países (Perú, Colombia y Brasil) y que es tan caudaloso que contiene más aguas que el Nilo, el Misisipi y el Yangtsé juntos, conteniendo cerca de una quinta parte del agua dulce en estado líquido del planeta. No obstante, conserva una peculiaridad: no tiene ni tendrá puente que lo cruce.

La única posibilidad de pasar de una orilla a otra es con una embarcación. Eso sí, se debe tener en cuenta los animales y criaturas que viven dentro del río, algo que agranda su peligrosidad. Detrás de la carencia de cualquier medio arquitectónico para cruzarlo, se encuentran varios factores geográficos y socioeconómicos.

En primer lugar, lo salvaje que es el terreno sobre el que se aposenta. Es un río con distintos afluentes, y su nacimiento más importante está a 5.400 metros de altura, en al cordillera peruana. En sus orillas, hay muy pocas ciudades realmente grandes o altamente pobladas. Por ende, no hay grandes autopistas o buenas carreteras por las que ir entre la profunda selva. El mejor camino, valga la redundancia, es de agua, y los vehículos son inservibles si vives en uno de estos poblados pegado al caudal.

Por otro lado, al no haber carreteras alrededor sería muy difícil traer todos los materiales y recursos industriales que se necesitan para edificar un puente, además de lo costoso que sería su mantenimiento en un lugar muy húmedo, según explica el periodista Grant Piper en un artículo publicado en “Medium”.

“La construcción sería muy ruidosa y molesta. Los habitantes locales no verían ningún beneficio con su edificación y el gobierno perdería dinero, al no haber inversores privados interesados.”, explica el periodista, quien añade que los grandes proyectos como este en entornos tan hostiles “suelen atascarse o resultar muy caros y extremadamente peligrosos”.

¿Por qué construir un puente en el Amazonas es peligroso?

“El Amazonas está húmedo, lleno de insectos, bichos y enfermedades, y tiene un suelo muy pantanoso, extremadamente blando. Cualquier puente necesitaría unos cimientos profundos y vigas muy grandes hundidas en el lecho del río para alzarse. Todo eso suma mucho tiempo, dinero y material, y nada de eso sería fácil en el Amazonas”, agrega.

Por otra parte, Walter Kaufmann, presidente de Ingeniería Estructural en el Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH) de Zúrich, explicó en la revista Live Science que “no existe una necesidad lo suficientemente apremiante para construirlo”, ya que efectivamente los habitantes de la zona se desplazan en barcas.

Pero el cambio climático está jugando un papel perjudicial para el río. Tal es así que que, según el experto, “el río se ve enormemente afectado por las variaciones estacionales, lo que añade mucha más complejidad”. Según National Geographic, la lluvia en el Amazonas ha decrecido un 69% desde el comienzo del milenio, y en poco más de veinte años, llevará a que se pierda el 30% de la biomasa amazónica sin árboles.