Oriente Medio
Israel mata a un comandante de Hizbulá en un ataque en Líbano antes de la llegada de Blinken
Uisam al Tauil era un integrante de la Fuerza Raduán, una unidad de élite de la milicia libanesa
"Una de las áreas de verdadera preocupación es la frontera entre Israel y Líbano y queremos hacer todo lo posible para asegurarnos de que no presenciemos una escalada allí. Pero es muy importante que los israelíes tengan seguridad en el norte", dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, antes de su llegada a Israel. "Decenas de miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en el norte de Israel debido a la amenaza que representa Hizbulá. Estamos buscando formas diplomáticas de intentar desactivar ese desafío".
Blinken, llegará a Israel este lunes por la noche en su cuarta visita oficial desde el ataque de Hamás del 7-O. La amenaza de conflicto bélico regional, incluyendo al Líbano y, quien sabe si a Irán también, con todo el arsenal que EE UU ha desplazado a la zona, más la gravísima crisis humanitaria en Gaza y unos 130 cautivos de Hamás, empuja a la superpotencia a hacer de policía local.
Sobre restaurar la seguridad en la zona norte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo: "Por supuesto, preferimos que esto se haga sin una campaña generalizada, pero eso no nos detendrá". Refiriéndose a Hizbulá: “Les dimos un ejemplo de lo que les está pasando a sus amigos en el sur. Esto es lo que pasará aquí en el norte. Haremos todo lo posible para restablecer la seguridad”.
En las paradas previas del secretario de Estado en la región, Turquía, Grecia, Jordania, Catar, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudita, ha debido oír de sus interlocutores un pedido similar de firmeza para lograr que Israel detenga la guerra. El compromiso de EE UU con la seguridad de Israel es evidente, pero la hambruna, las enfermedades, el desplazamiento de grandes grupos humanos y la parálisis de la vida en general en Gaza, compiten en la atención.
Las declaraciones de ministros del Gobierno de extrema derecha israelí sobre el reasentamiento de gazatíes en el extranjero chocan con las guías de la Administración Biden, que las criticaron y señalaron que, a medida que Israel pase a una guerra de menor intensidad, los palestinos desplazados podrán regresar a sus casas en el norte de la franja. Algo que el Ejército israelí no está permitiendo por ahora.
A esto se añaden las crecientes tensiones por los secuestros y ataques de los hutíes a la navegación comercial en el Mar Rojo y el empeoramiento de la situación en Cisjordania.
El ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, bloqueó los ingresos fiscales que Israel recauda para la Autoridad Nacional Palestina (ANP), y según fuentes estadounidenses, Blinken viene con la intención de reforzar lo que el presidente Joe Biden ya solicitó a Netanyahu por teléfono: que libere esos fondos. El deseo estadounidense es que la ANP reanude la gobernanza en la franja una vez terminada la guerra y la falta de fondos solo la debilita más todavía.
Muerte del comandante de Hizbulá
Un alto mando militar de Hizbulá murió este lunes en un ataque con dron en el sur del Líbano atribuido a Israel, según fuentes de seguridad libanesas, y poco tiempo después Hizbulá identificó al fallecido como Wisam al-Tawil, conocido como Jawad, comandante de la unidad de élite Fuerza
Radwan, cuyo objetivo es infiltrarse en Israel. Su coche fue atacado en la aldea de Khirbet Selm, a unos 15 kilómetros de la frontera, matando a Tawil y a otra persona. "Este es un golpe muy doloroso, agitará las cosas", dijo un funcionario de seguridad libanés a la agencia Reuters.
Desde el comienzo de la guerra entre Israel y Hamás, Hizbulá a atacado comunidades fronterizas a diario, como muestra de solidaridad con Hamás, e Israel ha respondido cada vez. Hasta ahora hay al menos 151 miembros de Hizbulá muertos en ataques atribuidos al Ejército israelí en El Líbano.
Al parecer, los estadounidenses también están desconcertados por los repetidos ataques israelíes contra posiciones de las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL) en El Líbano, financiadas y entrenadas por EE UU, que considera a las FAL como un contrapeso a la influencia de Hizbulá. Israel dice que lo ha hecho por accidente.
Además, una nueva evaluación de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) estadounidense, filtrada al Washington Post, señalaba que sería difícil para Israel tener éxito en una posible guerra en Líbano, porque sus activos y recursos militares están demasiado dispersos por la guerra de Gaza.
Nueva fase en Gaza
Pocas horas antes del aterrizaje de Blinken en el aeropuerto de Ben Gurión, el Ejército israelí comenzó una nueva fase, menos intensiva, en Gaza, según dijo al New York Times el portavoz castrense, Daniel Hagari.
La transición, que ya está en marcha, comprende menos tropas terrestres y menos ataques aéreos, afirmó Hagari. “La guerra está en otra etapa (...) Pero la transición se realizará sin ceremonias”, dijo.
En la última semana ha habido informaciones en Israel de tropas siendo retiradas de la franja. No se sabe si los combates de menor intensidad en Gaza significarán menos muertes, que, según el último recuento del Ministerio de Sanidad de Hamás en el enclave, alcanzan más de 22.800. Hamás no distingue víctimas civiles de combatientes e Israel dice que más de 8.500 de esos muertos son miembros de Hamás y la Yihad Islámica.
Mientras, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que se ha visto obligada a cancelar una misión para llevar suministros médicos al norte de Gaza después de no recibir garantías de seguridad.
"Los intensos bombardeos, las restricciones de movimiento y las comunicaciones interrumpidas están haciendo casi imposible entregar suministros médicos de manera regular y segura en toda Gaza, particularmente en el norte", informaba la OMS en la plataforma social X. "Han pasado 12 días desde la última vez que pudimos llegar al norte de Gaza”, agregaba.