Terrorismo
Las “atrocidades” del grupo Wagner en Mali refuerzan la posición de los yihadistas
Los terroristas se erigen en “vengadores” de las actuaciones indiscriminados de los rusos contra la población civil
La actuación en Mali, y naciones de la zona, del grupo ruso Wagner, una empresa de mercenarios al servicio de los intereses de Putin en África y otros países del mundo, lleva camino de reforzar el yihadismo en vez de controlarlo y aniquilarlo. Las supuestas atrocidades, denunciadas por diversos medios y organizaciones, cometidas por los “soldados de fortuna”, arrasando poblados con la muerte de sus habitantes y dando por bueno que todos son “malos”, lo único que consigue es que la población busque “justicia” en los que están dispuestos a ejercerla, Sharia en mano: el Estado Islámico (Isis, Daesh).
En sus últimas publicaciones, la banda yihadista da cuenta de diversos ataques a los integrantes de Wagner, con la muerte de varias decenas de ellos.
Dentro de la estrategia de convertirse en grupo dominante, persisten los ataques contra las filiales de Al Qaeda en la zona (JNIM), con la muerte de numerosos integrantes del grupo terrorista. estos yihadistas también se enfrentan a Wagner para ganarse a la población.
Entre otras cosas, 15 integrantes de Wagner fueron abatidos en Celta, en la región de Ansongo. Los rusos, según la versión de Isis, abrieron fuego indiscriminadamente contra el pueblo y tuvieron que ser los “combatientes del Califato” los que dieron respuesta a esta supuesta atrocidad, con el balance antes citado.
Los yihadistas, como si ellos pudieran ejemplo de moral, señalan que para Wagner lo normal es disparar contra la gente y su ganado con el pretexto de que estaban afiliados al Estado Islámico; por lo que los terroristas de Isis se movilizan “para detener estos crímenes, la flagrante invasión de la sangre y la propiedad”.
Lo mismo ocurre con los de Al Qaeda, a la que, en distintos enfrentamientos, han causado hasta 60 bajas en la última semana.
El Grupo Wagner es una empresa militar privada respaldada por el Estado ruso que desarrolla, desde diciembre del año pasado, una campaña sangrienta en Mali, cuando la junta militar gobernante del país les contrató con el fin de sustituir a las tropas francesas.
Según distintos observadores, los rusos han estado implicados en una serie de abusos contra los derechos humanos cometidos bajo la apariencia de operaciones antiterroristas, incluida la ejecución sumaria de aproximadamente 300 civiles en marzo de 2022, una atrocidad considerada por Human Rights Watch como la peor en la década de Malí. Todo ellos, según las mismas fuentes, puede contribuir a aumentar más si cabe la inestabilidad en el país, socavar la legitimidad del gobierno y las fuerzas de seguridad e indirectamente reforzar a Al Qaeda e ISIS.
En el trasfondo de la actuación del grupo Wagner en Malí es el mismo que en otros países de África: ofrece sus servicios a los gobiernos a cambio de una compensación, a menudo en forma de concesiones de recursos naturales a empresas vinculadas a Wagner. Todo ello sin olvidar los intereses geoestratégicos de Putin en la zona para abrir un nuevo frente contra Occidente.