Represalias

Asesinado un cómico que se atrevió a burlarse de los talibanes

Khasa Zwan fue secuestrado antes de ser degollado y fusilado por un pelotón integrista a finales de julio en Kandahar

Si el tono conciliador y moderado de los talibanes en los primeros días de emirato islámico en Afganistán confundía a alguno, el brutal asesinato del cómico Nazar Mohammad –ejecutado en julio, aunque nuevas imágenes del crimen han transcendido en las últimas horas- es el mejor recordatorio de las ideas y praxis de los fundamentalistas.

El pasado 22 de julio, un grupo de combatientes talibanes secuestró a Nazar Mohammed –más conocido por el público como Khasa Zwan- de su domicilio en el sur de la ciudad de Kandahar, la segunda del país. Después de recibir una paliza y ser degollado, fue fusilado por el pelotón integrista. Tras negar la responsabilidad del crimen, un portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, aseguró entonces que quienes ejecutaron al cómico, al que los fundamentalistas vinculaban con la tortura y muerte de un insurgente, serían juzgados.

Nazar Mohammad era conocido en Afganistán por emplear el humor para criticar aspectos de la vida colectiva del país y, sobre todo, a los talibanes. Lo hacía en las redes sociales a través del baile y la canción, a menudo en su perfil de Tik Tok. Natural de la provincia que vio nacer a los talibanes, el cómico afgano –al que sobreviven esposa e hijas- había trabajado también para la Policía Nacional, por lo que era doblemente objetivo de la venganza de los integristas.

En el nuevo video de sus últimos momentos puede apreciarse cómo, lejos de amedrentarse, Nazar Mohammad se resiste a dejar de bromear sobre los talibanes mientras los integristas le abofetean y se burlan de él. Uno de los miembros del grupo insurgente que lo flanquean en el interior del auto toma, ante la mirada del cómico, un fusil Kalashnikov. Material gráfico mostraría posteriormente el cuerpo decapitado del artista atado a un árbol.

“Khasa Zwan fue ejecutado porque se reía de los líderes talibanes”, recordó al trascender la noticia la directora asociada de Human Rights Watch para Asia Patricia Grossman. “Su asesinato y otros abusos recientes a los derechos humanos demuestran la voluntad de los mandos talibanes de aplastar hasta la más mínima crítica u objeción”, abundaba.

La organización en defensa de los derechos humanos informaba entonces de que los talibanes habían detenido a numerosas personas asociadas con el Gobierno afgano y la Policía, además de colaboradores de las embajadas extranjeras en Kandahar. En las últimas semanas Naciones Unidas y las Inteligencias de varios países han dado cuenta en reiteradas ocasiones de las torturas y ejecuciones sumarias practicadas por los integristas a lo largo y ancho de Afganistán en su avance victorioso hacia Kabul.

Aviso a artistas, ‘influencers’ y periodistas

El brutal crimen de Nazar Mohammad ejemplifica el respeto por la crítica –los portavoces talibanes aseguran que la prensa seguirá trabajando con libertad en el nuevo emirato- y los derechos humanos. Y supone un auténtico aviso a navegantes en Afganistán. No en vano, artistas, jóvenes promesas de las redes sociales, activistas, artistas o periodistas que han podido permitírselo han escapado ya del país de Asia Central.

Imagen del cómico Khasha Zwan
Imagen del cómico Khasha ZwanFarand SafiFarand Safi

Algunos han optado por hacerse invisibles desde la llegada de los talibanes al poder para evitar las represalias; son perfectamente conscientes de la presencia y dominio en la Red de la nueva generación talibán 2.0. Es el caso de la joven ‘influencer’ Sadiqa Madadga, antigua participante en el programa televisivo ‘Afghan Star’, conocida por colgar videos con sus canciones y reflexiones en las redes sociales, como relataba recientemente el portal de la cadena Al Yasira.

Otra estrella de las redes sociales afganas e icono de la moda entre las jóvenes afganas -400.000 seguidores en TikTok y cerca de 300.000 en Instagram-, Ayeda Shadab, ya ha abandonado su país dejando atrás su exitosa boutique de Kabul. También han logrado escapar del nuevo emirato integrista la cantante pop afgana Aryana Sayeed gracias a un vuelo de evacuación estadounidense. Destacan entre los nuevos ‘influencers’ afganos las mujeres, cuyos derechos más básicos están ahora en el aire.

Son representantes de la nueva generación nacida o criada tras la derrota militar de los talibanes en 2001 que observa con dolor el desmoronamiento de lo conseguido por la sociedad afgana en los últimos años. Grupos como el estadounidense Human Rights First han difundido en las últimas fechas instrucciones en pastún y darí dirigidas a los internautas afganos sobre cómo eliminar sus historiales digitales. A quienes permanezcan en Afganistán les aguarda, en el mejor de los casos, el silencio.

“Si los talibanes toman el poder, prohibirán el arte. Cineastas como yo podemos estar en sus listas”, advertía en la víspera de la entrada de los fundamentalistas en Kabul la directora afgana Sahraa Karimi, ahora refugiada en Kiev.

Burlándose de los talibanes hasta el final

Cuando, a finales del pasado mes de julio, trascendió la noticia del asesinato del cómico afgano, la opinión pública mundial no era aún consciente de la fulgurante llegada de los talibanes al poder en Afganistán -que se consumaría en unas pocas semanas-, lo que explica que el crimen pasara relativamente desapercibido entonces. Las espeluznantes imágenes viralizadas en las últimas horas de Nazar Mohammad cautivo de los talibanes en el interior de un auto son el recordatorio de la auténtica manera de pensar y actuar de la nueva generación integrista.

Sonrientes y confiados y armados solo de odio, intolerancia y fusiles, los jóvenes talibanes abofetean y se ríen del popular cómico en sus últimos momentos con vida. El mejor legado de Khasa Zwan para el atribulado pueblo afgano fueron los últimos comentarios burlescos que se atrevió a proferir en la cara de los insurgentes cuando ya era conocedor de su cruel final.