Tragedia en EE UU
Los 159 desaparecidos en las torres Champlain de Miami
Carrera agónica para hallar con vida a los vecinos atrapados por el desplome de las 12 plantas, aunque se agotan las esperanzas
Se confirmaron los peores temores. La mole del edificio derrumbado durante la madrugada del jueves al norte de Miami Beach, en la localidad de Surfside, podrían ocultar decenas de muertos. De momento ya son cuatro los fallecidos registrados. Pero el número podría subir hasta los 159. Una cifra muy superior a las 51 personas que en principio las autoridades contaron como desaparecidas. Para rescatarlas, aunque la esperanza se haya desvanecido, trabajan sin descanso cientos de miembros de los servicios de emergencia, que manejan maquinaria pesada en una carrera agónica contra el tiempo.
Si el jueves el gobernador de Florida, Ron DeSantis, creía factible encontrar supervivientes, el viernes los mensajes eran ya mucho más sucintos y ásperos. El gobernador ha declarado el estado de emergencia en el condado de Miami, con lo que facilita la posibilidad de que la Casa Blanca envíe ayuda y permite que el FEMA, encargado de coordinar la respuesta civil ante las grandes catástrofes, ponga en juego sus recursos y experiencia. Pero no es probable que nada de lo que pueda hacerse permita hallar más gente con vida. A pesar del empleo de unidades caninas, todo lo que de momento había aflorado eran los muertos, y contados. «Gracias a quienes han respondido al trágico derrumbe de un edificio en Surfside», escribió en redes, «han salvado vidas. El estado tiene personal de respuesta a emergencias en el lugar y ayudará en todo lo que pueda».
La tragedia, por cierto, parecía cebarse especialmente con la comunidad latina. Entre los desaparecidos podrían singular cinco familiares de la primera dama de Paraguay, incluida su hermana. La CNN informó que otra posible víctima podría ser un primo hermano del padre de la ex presidente de Chile, Michelle Bachelet. La emisora también informaba que en la lista de personas desaparecidas figura un chileno, nueve argentinos, seis paraguayos, seis colombianos, seis venezolanos y tres uruguayos.
Por su parte, el fiscal general, Merrick Garland, que venían de anunciar una demanda contra el estado de Georgia a cuenta de las leyes que restringen el voto, subrayaba el compromiso del Departamento para averiguar las causas técnicas y humanas del desastre y llegar hasta las últimas consecuencias. De paso expresó su gratitud a los servicios de emergencia. «He expresado una gran gratitud por los socorristas y por todos los demás que están ayudando en la operación de rescate en curso. Sé que el gobierno federal está brindando asistencia a los gobiernos estatales y locales, y estamos listos, a medida que se desarrollen las cosas para proporcionar más ayuda si es necesario». Igual que sucedería poco después de la catástrofe, los políticos y testigos, los periodistas y los miembros de los equipos de rescate insistieron en la naturaleza puramente brutal del espectáculo, con el edificio de doce plantas convertido en apenas segundos en una masa informe de escombros muy pegados y con pocas posibilidades de que existan cámaras de aire que permitan respirar a los heridos.
«Todavía tenemos la esperanza de poder identificar a más supervivientes», dijo ayer el gobernador, pero en realidad incluso parece que habrá dificultades para identificar a los cadáveres, expuestos a los elementos y la putrefacción, y obligando, con bastante seguridad, a recurrir a las pruebas de ADN. Si el jueves la Casa Blanca expresó su solidaridad y recordaba que se disponía pilotar la situación junto con el gobierno estatal y el FEMA, el viernes fue el propio presidente, Joe Biden, quien explicó que está a la espera de hablar con De Santis.
La comunidad latina de Florida, entre tanto, siempre pujante e influyente, se ha movilizado para intentar ayudar. El senador Marco Rubio escribía en Twitter que «es difícil expresar con palabras lo desgarradora que es la situación en Surfside. Los próximos días serán increíblemente difíciles para todos los involucrados». Al mismo tiempo las autoridades habrían acelerado la concesión de visados especiales a los familiares de los desaparecidos, de forma que puedan viajar desde varios países de Hispanoamérica. «Seguimos obteniendo visas de emergencia aprobadas para personas de más de una docena de países que tienen parientes cercanos entre los desaparecidos en Surfside», añadió. Todo esfuerzo es poco en la lucha para intentar mitigar en la medida de lo posible la angustia atroz de unos familiares que no saben de los suyos desde hace más de 48 horas, mientras Florida llora por los muertos y se pregunta cómo es posible que un edificio se desplome.
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