Bajo la lupa

El fantasma del «impeachment» también acecha a Bolsonaro

Ls Conferencia Nacional de Obispos de Brasil denuncia al presidente ante la ONU y la OMS por su gestión de la pandemia

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El doctor Luan Matos del pequeño hospital Hilda Freire en Iranduba a 40 km de Manaos, la capital del Amazonas, explica la situación con una claridad que asusta: «Tenemos 15 pacientes y hay dos camas. Es difícil escoger quien vive y quien muere. Intentamos salvar a aquellos que tienen más probabilidades de sobrevivir». Faltan respiradores y oxígeno para atender a todos los ingresados. Brasil ha registrado 1.279 decesos en las últimas 24 horas.

El país carioca suma el quinto día consecutivo con más de mil defunciones por coronavirus con una escalofriante media de 1.071 decesos diarios en los últimos siete días. Desde el verano no se veían cifras similares. La situación es aún más límite en Manaos, una ciudad de dos millones de habitantes que se ha convertido en el epicentro de la covid-19 y que, en enero, ha vivido el mes más letal desde que comenzó la pandemia.

«Seguirán muriendo 80 ó 100 personas al día si no se traslada a 1.500 pacientes», así de contundente se mostró el ministro de Salud, Eduardo Pazuello, investigado por el Tribunal Supremo por no actuar a tiempo ante la falta de oxígeno en el Amazonas que provocó la muerte de al menos 50 pacientes y un colapso hospitalario.

El gobernador del Amazonas ha prolongado hasta el 7 de febrero el confinamiento y ha suspendido el Carnaval. Pero la frecuente pasividad del Gobierno y la negativa a implantar restricciones drásticas han provocado que cada vez más organizaciones y ciudadanos exijan la dimisión del presidenteJair Bolsonaro. La semana pasada 380 responsables de 17 congregaciones evangélicas y católicas, solicitaron un juicio político que termine con su presidencia. Durante el mandato de Bolsonaro se han presentado 63 propuestas de «impeachment» contra él, 56 de ellas están siendo analizadas. Las manifestaciones multitudinarias exigiendo que su partida en Río de Janiero, Sao Paulo y diez ciudades más fueron una muestra del creciente descontento.

Es más, ayer la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil presentó una denuncia ante la ONU y ante la OMS por la gestión política, económica y social desarrollada por Bolsonaro, frente al coronavirus. Denuncian una «conducta política, económica y social contradictoria, negacionista, indiferente al dolor» que «está amplificando las profundas desigualdades». Además exigen «una investigación para determinar posibles responsabilidades».

El texto se concentra principalmente en Bolsonaro y respaldan así «las más de 60 peticiones de destitución del presidente, en particular por los crímenes de responsabilidades con respecto a la política de salud pública en tiempos de pandemia». «De cada diez personas muertas en el mundo por COVID-19, una de ellas es de Brasil», han subrayado las organizaciones firmantes de las denuncias.