EE UU
Críticas dentro del partido republicano por la retirada de Afganistán e Irak
Tanto los líderes republicanos como los aliados internacionales temen que el Estado Islámico ocupe el vacío
Los republicanos han reaccionado con prudencia y cierto malestar al anuncio realizado por el director interino del Pentágono, Christopher Miller, que avisa de que EE UU retirará 5.000 soldados entre Afganistán e Irak antes del 15 de enero. Las tropas estadounidenses en los dos países apenas suman ya 8.000 efectivos. El objetivo es dejar no más de 2.500 efectivos en cada uno de estos dos países.
Veteranos de Washington, como el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, y el senador Lindsey Graham, otean peligros. En opinión de Graham la salida de Afganistánprivará a EE UU de una «póliza de seguro contra otro 11-S». McConnell, por su lado, teme que una retirada demasiado brusca perjudique a los aliados de Estados Unidos al tiempo que anime a sus enemigos.
«La violencia que afecta a los afganos sigue siendo desenfrenada», dijo, al tiempo que advirtió de que «los talibanes no están cumpliendo con las condiciones del llamado acuerdo de paz».
Proceso de paz
Y Mac Thornberry, congresista republicano por Texas, uno de los hombres claves en la política exterior, que ha anunciado su inminente jubilación, sostuvo ante la prensa que fue el aumento de la presión militar lo que condujo «a los talibanes a la mesa». «No conozco ninguna condición que justifique reducir aún más las tropas que tenemos en Afganistán», añadió. Thornberry está convencido de que «estas reducciones adicionales de tropas estadounidenses de áreas terroristas son un error. Nuevas reducciones en Afganistán también socavarán las negociaciones».
Respecto al Gobierno, el asesor de seguridad nacional, Robert O’Brien, comentó a los periodistas que «hace cuatro años, el presidente Trump cumplió la promesa de poner fin a las guerras interminables de Estados Unidos. Hoy, como se acaba de anunciar en el Pentágono, está cumpliendo esa promesa al pueblo estadounidense».
Por su lado Miller, que accedió al cargo tras la destitución de Mark Esper, reiteró que la decisión del Gobierno Trump está en línea con los compromisos adquiridos por el presidente. También aseguró que había comunicado la decisión tanto a los principales congresistas y senadores como a los socios de Estados Unidos.
Miller ha sido jefe del servicio de contraterrorismo de EE UU; veterano de las guerras de Afganistán, donde combatió tanto contra los talibanes, como en Irak; director de Operaciones Especiales y Guerra Irregular. Este sábado ya advirtió de que quizá había llegado el momento de que EE UU abandonase los dos países.
Dudas desde la OTAN
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, teme una salida antes de tiempo de Afganistán provoque que el país pueda ser de nuevo «una plataforma para que los terroristas internacionales planifiquen y organicen ataques».
«El Estado Islámico podría reconstruir en Afganistán el califato terrorista que perdió en Siria e Irak», dijo. Pero para el director interino del Pentágono, Miller, EE UU no es «un pueblo en guerra perpetua, eso es la antítesis de todo lo que defendemos y por lo que lucharon nuestros antepasados».
«Todas las guerras deben terminar», añadió en su carta del sábado, «poner fin a las guerras requiere compromiso y asociación. Superamos el desafío y dimos todo lo que teníamos. Es el momento de volver a casa».