Coronavirus

El coronavirus mata el sueño de Messías Kokama, el líder indígena del Amazonas

La muerte del cacique se convierte en símbolo del azote del coronavirus en la población de este estado de Brasil

Muere por coronavirus uno de los principales líderes indígenas de la Amazonía
Varios indígenas lloran en el funeral del cacique Messías Kokama en el Parque de las Tribos de Manaos, Messías Kokama, considerado como el principal líder indígena de la ciudad de Manaos, capital del estado brasileño de Amazonas, murió víctima del coronavirus y su comunidad lo despedía este jueves sin poder rendirle todos los homenajes con sus tradicionales rituales.RAPHAEL ALVESAgencia EFE

El cacique Messías Kokama, el principal líder indígena de la ciudad de Manaos, capital del estado brasileño de Amazonas, murió víctima del coronavirus SARS-CoV-2 y su comunidad lo despedía este jueves sin poder rendirle todos los homenajes que su figura merecía con sus tradicionales rituales. Cientos de vecinos al menos pudieron honrar el féretro y, en su honor, se pusieron mascarillas con la inscripción “Las vidas indígenas importan”.

“Perdimos a nuestro líder, un cacique que soñó e idealizó el primer barrio indígena. Hoy nos deja su ejemplo de persistencia y un legado conquistado con lucha y coraje frente a conflictos y obstáculos”. Así despedía al difunto la prensa la profesora Claudia Baré, también fundadora de esa comunidad en el mayor centro urbano de la Amazonía.

Kokama, también pastor de la Iglesia Misión Pentecostal, fue uno de los líderes fundadores hace seis años de la Comunidad Parque das Tribus-Tarumá, el primer barrio indígena localizado en Manaos y en el que habitan 3.000 personas de 700 familias provenientes de 35 etnias de todo el estado.

Falleció el miércoles por problemas respiratorios después de llevar varios días ingresado en el Hospital Delphina Aziz. Su muerte fue comunicada por su prima y profesora Altací Robim, quien relató que Kokama permaneció internado durante una semana después de dar positivo para el COVID-19 en una prueba clínica.

Robim, también portavoz de la Comunidad Parque das Tribus-Tarumá, calcula que en el barrio hay más de cuarenta personas infectadas y que a nivel regional la etnia Kokama, que tiene registradas 14.300 personas en asentamientos, es la más afectada por la propagación del coronavirus en todo el estado.

La Secretaría Especial de Salud Indígena del Ministerio de Salud ha informado de al menos 280 casos confirmados y 19 muertes de indígenas en todo el país. La del cacique supone la primera en Manaos, capital que tenía contabilizados 37 contagios en nativos.

La situación es muy grave en el estado de Amazonas, el cuarto más afectado en el país con 17.181 casos y 1.235 muertes oficiales, aunque fuentes locales llevan semanas informando de que son muchísimas más. Fronterizo con Colombia, Venezuela y Perú, cuenta con una población de cuatro millones de personas.

Cuenta con trece ciudades entre las veinte con mayor incidencia de la pandemia en el país. El municipio de Santo Antonio do Iça encabeza la lista con 1.241 casos por cada 100.000 habitantes, según informa Efe. La tasa de mortalidad presenta también doce ciudades de Amazonas entre las veinte primeras. El municipio de Tabatinga, en la frontera con Colombia, lidera ese índice en el país con 57,7 muertes por cada 100.000 habitantes.

Batalla desesperada de los médicos

Las sirenas de las ambulancias resuenan con fuerza en las calles de la capital regional, Manaos, que tiene sus hospitales y funerarias colapsadas. Equipos del SAMU trabajan sin descanso en la localidad para trasladar a pacientes de coronavirus desde sus casas bajo un estricto protocolo de seguridad para evitar ser contagiados.

Equipados con monos blancos, guantes, viseras y máscaras más propias de una guerra biológica, ellos son los primeros en atender a posibles infectados. Están en la línea de frente, son los que más riesgo corren.

El doctor Fernando Fernandes es uno de los profesionales que trabaja en el SAMU de Manaos y asegura a Efe que se siente un “privilegiado” por trabajar con equipos de protección ante una estructura hospitalaria tan precaria. “Es una enfermedad nueva, grave y de la que sabemos poco”, indica, aunque asegura tener “esperanza” y “fuerza” para superar la emergencia sanitaria.

Dos aviones de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) llegaron este mes a Manaos con casi medio millón de equipos de protección individual. También llegó un contingente con cerca de un centenar de médicos y enfermeros enviados por el Ministerio de Salud brasileño, pero por problemas burocráticos aún no han podido empezar a trabajar. Algunos de ellos llevan más de diez días esperando en un hotel de la ciudad.