Los 9 nombres que explican el escándalo por el asesinato de Daphne Caruana en Malta

«Muscat debe irse... Hoy». Así titulaban ayer el editorial de uno de los medios más importantes de la isla mediterránea, «The Malta Times». Horas después, el primer ministro, el laborista Joseph Muscat, anunciaba en un mensaje por televisión que dejará el cargo a principios de enero tras la pésima gestión del escándalo por el asesinato en 2017 de la periodista Daphne Caruana Galizia, que investigaba la corrupción política. Los autores fueron detenidos hace dos años, pero por fin en noviembre, las autoridades han querido indagar en quiénes fueron los cerebros y, sobre todo, por qué. Los detalles de la investigación y la presión de la calle han provocado la caída del jefe de Gobierno.

Alfred Degiorgio, George Degiorgio y Vincent Muscat

Son los ejecutores del macabro plan. Muscat y los hermanos Degiorgio pusieron una bomba lapa bajo el Peugeot de la periodista maltesa en Bidnija. Los tres, que tenían antecedentes penales, primero pensaron que lo mejor era matarla de un tiro, y hasta se con hicieron un rifle. Después cambiaron de método. Compraron la bomba a unos malteses que la habían adquirido a la mafia siciliana. El precio que pusieron a la cabeza de Daphne fue de 150.000 euros, 30.000 por adelantado. Fueron detenidos en diciembre de 2017.

Melvin Theuma

Este taxista de Birkirkara es conocido en todos los medios de comunicación malteses como «el intermediario». Él fue la persona que medió entre los que deseaban acabar con la vida de la reportera y los tres asesinos que perpetraron la ejecución. Fue detenido el 14 de noviembre pasado. Theuma prometió hablar y colaborar con la Justicia a cambio de un indulto presidencial.

Yorgen Fenech

Este rico y famoso empresario maltés fue acusado ayer formalmente de organizar y financiar el asesinato de Daphne Caruana. La jueza le imputó los cargos de conspiración para cometer un asesinato, organizado o financiado por él, complicidad en un homicidio y posesión de explosivos. Él se declaró inocente. De ser hallado culpable, podría ser condenado a cadena perpetua. Fenech fue detenido el 20 de noviembre en su lujoso yate, cuando intentaba huir de la isla. Es el dueño de «17 Black», una opaca empresa con sede en Dubai que supuestamente se usaba para blanquear y devolver favores a través de comisiones. Algunos de los beneficiados formaban parte del Gobierno maltés. También era hasta su huida el presidente del conglomerado empresarial Tumas y director del consorcio que logró la licitación para construir y gestionar la energía eléctrica y gasística de Malta. Pidió un indulto a cambio de hablar. Acusó a Keith Schembri, el jefe de Gabinete del primer ministro.

Adrian Vella

El doctor de la familia Tumas, el abuelo empresario de Fenech. Fue detenido por hacer las veces de mensajero entre Schembri y Fenech, incluso cuando estaba bajo custodia policial, Vella logró enviar un mensaje al pudiente empresario acusado ya formalmente. Según varias fuentes en Malta, Vella avisó –la semana en la que Theuma fue detenido– a Fenech de que debía salir del país. El plan ideado era que primero se fuera a la tranquila isla de Gozo (a la villa del médico), de ahí a Túnez y después a Dubái, donde no hay convenio de extradición con Malta. Vella también es el doctor de Schembri.

Keith Schembri

El jefe de Gabinete de Muscat dimitió la semana pasada de su cargo. Después pasó a manos de la Policía, aunque fue puesto en libertad este fin de semana. Caruana Galizia denunció en su blog varios casos de corrupción en los que le implicaba.

Konrad Mizzi

Ha sido el ministro de Turismo maltés hasta la semana pasada, en la que dimitió. Mizzi aparecía en los «Papeles de Panamá» junto con Schembri. También hay que recordar que antes ocupó la cartera de Sanidad y Energía, también bajo los mandos del primer ministro Muscat.

Joseph Muscat

Joseph Muscat. El primer ministro de Malta en el punto de mira. La pésima gestión de este crimen ha abierto una crisis política que ya no tiene vuelta atrás. La familia de Caruana Galizia exige «su dimisión inmediata», pues temen que pueda influir en el proceso judicial. Muscat, contra las cuerdas, anunció ayer que estará al frente del Partido Laborista hasta el 12 de enero y, en los días posteriores dimitirá como primer ministro de Malta. «Esto es lo que el país necesita en este momento», indicó en un discurso dirigido a la nación, en el que confesó que «no soy perfecto». Sin embargo, para los familiares de la reportera Muscat «retrasa su dimisión para protegerse a sí mismo y a Schembri», por lo que inisitnenMatthew Caruana Galizia no es suficiente: «La gente volverá a las calles otra vez mañana».