Artistas

La «memoria histórica» de Concha Piquer

«La España de la copla. 1908» se presentó en Málaga. Su autor, Ruiz Barrachina, auguró que iba a suscitar controversia. Y así ha sido.

Concha Piquer, durante el rodaje de una película en el año 1956
Concha Piquer, durante el rodaje de una película en el año 1956larazon

El martes, en el marco del XII Festival de Málaga, Emilio Ruiz Barrachina presentaba su documental «La España de la copla. 1908», en el que, a través de cuatro grandes figuras de la misma nacidos durante aquel año, Concha Piquer, Rafael de León, Miguel de Molina y Angelillo, «se realiza una interpretación política de la copla», en palabras de Manuel Francisco Reina, coguionista del filme.

Se trata, prosigue, de «un género maltratado, y el simbolismo de estos cantantes va más allá de sus vivencias, que para muchos fueron terribles. Es hora de que el mundo de la cultura –prosigue Reina– se dé cuenta de que existen creadores que padecieron también las circunstancias de nuestro país».

La película, realizada en un principio para TV (el domingo la emite Canal Sur, coproductora de la misma), aporta los testimonios de directores, actores, periodistas, escritores, y de personas cercanas a los biografiados, como Luis de León, hermano del famoso autor, de ahí que cause extrañeza la incomparecencia de Concha Márquez Piquer, hija de la artista: «Al referirnos al tema político, no del agrado de la familia, declinaron hablar, aunque sin acritud», dice al respecto Barrachina, quien añade que, por ello, sabe que la obra puede generar «controversia».

También debido a otras informaciones, como que «Cantinflas reventara los espectáculos de Miguel de Molina en Argentina porque era el brazo derecho de Jorge Negrete», pero, insiste el realizador, «estamos tratando el tema desde una perspectiva social, no musical».

Sin embargo, la propia Márquez Piquer muestra a LA RAZÓN su extrañeza por dichas palabras: «La primera noticia sobre ese documental que tengo ha sido gracias a su llamada. Jamás nunca el Sr. Barrachina ni nadie me habló de ese proyecto y, en consecuencia, es absolutamente incierto que ni yo ni nadie de mi familia haya declinado –ni amablemente ni de ningún otro modo– hablar sobre el “tema político”ni, por supuesto, temer que se pudiese generar ninguna controversia».

Durante la presentación del filme, Reina también señaló que estos artistas «tomaron partido de una forma concreta. Piquer vivió de una manera muy holgada (ya que era afin al régimen, según se afirma en la cinta), De León experimentó una especie de exilio interior, mientras que Angelillo y Miguel de Molina fueron los más maltratados. Es el momento de recuperar ese episodio y de ponerlo en su sitio».

La guerra, en Sevilla

Márquez Piquer también quiere puntualizar ese comentario: «Apañados estamos si el resumen de la historia de la copla se hace así, argumentando la toma de partido de cada quien. Usted me ha dicho, citando palabras de ese Sr. Barrachina, que el tema podría generar controversia. ¿Qué controversia? En principio, durante los tiempos de la –por algunos bien definida– “guerra incivil”, mi madre vivió en Sevilla, porque le pilló allí, y sobrevivió como pudo. Si lo que quiere decir es que, acabada la guerra, vivió holgadamente, habrá que preguntarle qué entiende él por eso. Vivió de su trabajo, creó una compañía en la que figuraron muchos nombres de artistas que no están en ese interesado resumen y que figuran, con todo derecho, en esa historia de la copla, como Rafael Farina. Trabajó cientos, miles de jornadas, cuando aún los cómicos no tenían día de descanso, pateándose casi todos los países de Suramérica y prácticamente todas las ciudades y pueblos de España, desde 1940 hasta el momento de su retirada de los escenarios en 1957. ¿Qué pretende insinuar? ¿Qué, además de trabajar todos los días, creando puestos de trabajo para tanta gente, viviese en una chabola?».

Y en cuanto a los otros que cita, señala, «Rafael de León también vivió muy bien como poeta y letrista. De Angelillo, poco sé, pero de Miguel de Molina, creo que se fue a Argentina y tampoco vivió en la miseria. Si hubo de exiliarse, mis noticias no son que se fuera sólo por sus ideas republicanas».

Simpatía por el régimen

Su hija también responde sobre otro asunto, el que atañe a la supuesta simpatía de Piquer por el régimen: «Va siendo hora de enterrar a los muertos y dejarles descansar en paz en vez de flamear esa interesada Memoria Histórica que debe alimentar lo que, al parecer, se dice en ese documental. El envenenado comentario del supuesto “franquismo”de mi madre es incierto. Si le retiraron el pasaporte varias veces fue, precisamente, por negarse a seguir los mandados de El Pardo. Lo que mi madre sí fue –como lo soy yo– es librepensadora. Independiente. Jamás obtuvo ninguna prebenda del Régimen. Convivió con él, como todos hubimos de convivir. Pero nadie puede aportar ninguna prueba de que fuese beneficiada por otra cosa que su voz».

En cuanto a la supuesta enemistad entre De Molina y la Piquer, el documental incluye escenas de la entrevista realizada por Carlos Herrera al cantante poco antes de su muerte, en las que desmiente esa especie de leyenda negra sobre la intervención de Piquer para expulsar del país a Molina: «Le voy a contar una anécdota. En el verano de 1990 –moriría unos meses más tarde, el 12 de diciembre de ese año–, le puse en la televisión el contenido de esa entrevista, en la que De Molina dice que ella no tuvo nada que ver con su exilio de España. Una vez que mi madre oyó de sus labios esa confesión, dijo textualmente: “A buenas horas, mangas verdes, cuando los dos estamos con el permiso del sepulturero. ¡Con el daño que me has hecho!... No quiero ver más. Me voy a dormir la siesta. Me llamas a las cinco para que juguemos un póker”. Así era realmente».

Lo cierto es que sobre la cantante, para muchos la más grande de la copla, han circulado de manera reiterada numerosos comentarios, pero casi nunca desde el punto de vista artístico. Los motivos de ello están claros para su hija: España, apunta, «siempre ha gozado con los chismes y los bulos. Hay que tomarlo o dejarlo. Por hacer justicia al recuerdo de mi madre, he aceptado que se esté tramitando una serie sobre su vida en la que se aclaran cómo fueron sus orígenes, sus peleas con la vida y esa estela de genialidad que impregnó todos los momentos de su existencia».

Contra la guerra de folclóricas

Ni el director, Ruiz Barrachina, ni el guionista, Manuel Francisco Reina, quisieron entrar a valorar las manifestaciones de Márquez Piquer. Eso sí, se reafirmaron en que «hicimos contactos» con la hija de la cantante, y ella declinó la participación. Reina considera que «no hemos hecho una cinta de folclóricas, sino sobre la realidad socio-política de la época, por tanto no teníamos por que haber contado con ella y, aún así, lo hicimos». El guionista no entiende la reacción de la hija del mito, cuando no quiso participar y ahora ni siquiera ha visto el filme. Argumenta que han contado con todos aquellos que pudieran contar en primera persona algo sobre aquellos hechos y Márquez Piquer no fue una excepción, según ellos.