Barcelona
Kureishi: «La cultura es terapia para las masas»
Si Londres tuviese un cronista de su vida cotidiana, de su explosión multicultural, de sus secretos, impudicias, fracasos y, sobre todo, de su decadencia social, éste sería Hanif Kureishi, el escritor de «El buda de los suburbios» que ahora vuelve a la gran novela con «Algo que contarte», (Anagrama en castellano y Empúries en catalán). El narrador, Jamal Khan, es un psicoanalista de mediana edad tan bombardeado durante años por los problemas de los demás que, cuando ha de asumir los suyos propios, la crisis existencial le dará un auténtico puñetazo en el estómago. «A medida que creces, todo tiende a ir a peor. Desde luego ganas en experiencia, pero esta misma experiencia parece ir en contra de la sabiduría», reconoció ayer el autor a este periódico.Sexo y otros malabarismosEl sexo, el deseo y todos los traumas que lo rodean vuelven a ser la fuerza motora de una acción que nos transportará desde el Londres de los años 70 a los atentados del 7 de julio de 2005. Uno se hace mayor y las hormonas no sólo se alteran, sino que encima empiezan a teorizar. «La sexualidad es siempre extraña, a cualquier edad. Ha cambiado mucho en los últimos 50 años. Cuando yo nací, parecía unida irremediablemente al amor. Ahora parece todo lo contrario, un intercambio comercial», aseguró Kureishi.Vida pública y trastornos privados se mezclarán en una pequeña y ruinosa historia de la Inglaterra moderna, entre clases educadas que ven en su propio declive la decadencia de todo un modo de vida. «La crisis económica actual no es más que un castigo a la estupidez y vulgaridad con la que hemos vivido. Todo empezó con Thatcher. Comenzó a dar a entender que el dinero, en sí mismo, era un bien, que no había otros valores. Todo era acumular y acumular riqueza hasta que por fin este sistema ha explotado», comentó el escritor.El psicoanálisis, a través de la figura del narrador, tiene un peso específico en una novela que demuestra la carga de los secretos inconfesables y las neurosis contemporáneas. «Hablar, contar tus traumas a un terapeuta, no tiene por qué ser curativo, pero comunicarse de forma auténtica con otros sí es curativo. La mente, encerrada en sí misma, lleva a la locura. Nos liberamos cuando vemos que vivimos con otros, que estamos en el mundo con los demás», señaló Kureishi.Su proceso creativo tiene algo de esta idea de compartir su mundo con los demás, a pesar de que el carácter autobiográfico de sus novelas le ha enfrentado en más de una ocasión con su propia familia. «La cultura es la auténtica terapia para las masas. La gente camina de arriba abajo con sus iPod, con sus libros en el metro. La cultura los une con otras personas, con una tradición», afirmó el autor de «El libro negro».Y para Kureishi, el centro de la cultura mundial tiene un nombre, Londres: «Es una ciudad tan multicultural que ya ni siquiera se puede decir que sea inglesa, es internacional», afirmó, convencido de que cuanta más diversidad, más gente cultivada y brillante.
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