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España
El motor precisa créditos más que ayudas
La dificultad de obtener créditos a los compradores está siendo el principal freno para incrementar las ventas de coches. Las ayudas no son suficientes.
Las tertulias de LA RAZÓN reunió ayer en torno a la mesa a algunos de los más importantes representantes del sector del motor en España. Varios ejecutivos con dilatada experiencia en el campo de la automoción, expusieron la situación actual de las ventas ante un político con gran calado en el mundo de la economía, ex portavoz económico del Partido Popular, Miguel Arias Cañete, gran conocedor del sector de las cuatro ruedas. Junto a él y al director de este periódico, Francisco Marhuenda, la tertulia de LA RAZÓN reunió a profesionales como Jesús Alonso, presidente de Jaguar y Land Rover; Eduardo Divar, director general de Tata; José Antonio Garvía, con más de veinte años de experiencia en la dirección de varias marcas en España y Gran Bretaña; Carlos de Leon y Francisco Tendero, directores del concesionario Inauto de BMW; y Andrés Navarro, director de Márketing y Distribución de La Razón. Esta vez, las tertulias tuvieron olor a gasolina. La opinión generalizada es que el Plan 2000E puesto en marcha por el Gobierno ha conseguido generar tráfico en las exposiciones, lo cual, para Francisco Tendero, es positivo ya que será labor de los vendedores de los concesionarios convencer al cliente de la conveniencia de comprar. Pero Eduardo Divar centró el problema principal al afirmar que «las compras no se concretan por el excesivo rigor para la concesión de créditos. En el caso de Tata, alrededor del 15% de las operaciones no se concretan por falta de créditos». Una idea compartida por todos, ya que en marcas como Jaguar o BMW esta proporción puede subir hasta el 18%, según Jesús Alonso o Carlos de León. Porque el sistema de ayudas, en opinión de Alonso, es insuficiente en muchos casos. Concretamente, en Jaguar sólo afecta a un modelo, y en BMW, a tres. «Todos deseamos que funcione -añadió el presidente de Jaguar y Land Rover- pero está por ver. Políticamente se venderá bien, ya que la caída de 2008 respecto a 2007 fue tan importante a partir de julio, que en julio de 2009 continuará el descenso, pero proporcionalmente la baja no podrá ser tan abultada y entonces se dirá que ha sido gracias al Plan 2000E». Miguel Arias Cañete puso en duda la eficacia de un plan «que no tiene dotación presupuestaria, no tiene un programa de actuación, ni se sabe el impacto que puede tener. El PP -añadió- tiene un plan para el sector del motor más completo que una medida coyuntural como la que ha puesto en marcha el ministro Sebastián. Se trata de crear la condiciones para que nuestras plantas sean competitivasy así evitar la deslocalización, mejorando las infraestructuras y el transporte, la formación de profesionalesy acelerando el crédito al comprador, que es más eficaz que las ayudas».Jose Antonio Garvía está de acuerdo con esta política ya que, si no cambian las cosas, en un plazo de diez años no quedará ninguna planta productora en nuestro país, ya que no hay ninguna marca española. «Más dificil parecía que Rover abandonara Inglaterra, y ya vimos lo que ha pasado. Además de una buena red de infraestructuras, se necesita una legislación que permita la flexibilidad laboral. Si ella, el futuro es muy oscuro».Arias Cañete puso en entredicho el Plan 2000E de Zapatero. «Vamos a ver durante cuánto tiempo el Gobierno puede mantener la oferta de los 500 euros, ya que actualmente no hay liquidez y tenemos un problema de déficit espectacular. Algunas cajas de ahorro, que eran las que más créditos daban a la compra de coches, están en serias dificultades y, por otra parte, el Gobierno ha demonizado al sector de la construcción. Aunque hay cerca de un millón de viviendas por vender, España demanda unas 300.000 viviendas por año. Habrá que esperar tres años, pero el sector de la construcción sigue siendo muy importante para este país». Todos los representantes de las marcas automovilísticas reunidos en torno a la mesa del Restaurante Café de Oriente, estuvieron de acuerdo en la falta de información y la dificultad que tienen los concesionarios para acceder a las ayudas prometidas. En cualquier caso, se trata de dinero que los vendedores tienen que adelantar, sin saber a ciencia cierta cuándo y cómo van a ser satisfechos. Por otra parte, Divar puso de manifiesto que los diferentes criterios acordados por distintas autonomías están distorsionando el principio de unidad de mercado. «Algunos concesionarios me dicen que pierden ventas porque sus clientes se empadronan en una Comunidad Autónoma vecina dónde las ayudas son mayores. Ha habido bastante improvisación al poner en marcha las medidas de ayuda. Además, el proceso es complicado para el concesionario, que para acceder al dinero, tiene que presentar la factura con el desglose, el certificado de achatarramiento del vehículo y el certificado de matriculación. Realmente estamos ante una operación de maquillaje que, con las exigencias que se han impuesto, sólo afecta a un 20% de las ventas posibles». En esta misma línea, Garvía calificó de «farragosas» las condiciones para las ayudas y opinó que «parecía increíble» que previamente no se hubieran pactado las cantidades con las autonomías. «En cualquier caso -dijo- no creo que se produzca una recuperación significativa. En mi opinión, las matriculaciones no subirán ni siquiera un 10% y el Gobierno, si no funciona el Plan2000E, echará la culpa al PP por no haberse sumado al plan algunas de las autonomías gobernadas por este partido. Pero lo cierto es que están lejos los 1,6 millones de vehículos matriculados hace un par de años. Este año, como mucho, llegaremos a la mitad de ellos». El almuerzo finalizó hablando de la situación económica general y, entre otros temas, la preocupación expuesta por Jesús Alonso, de la falta de perspectivas de colocación de los jóvenes que terminan sus estudios.
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