Estados Unidos
Los sponsors de los políticos al descubierto
Internet exige que los políticos vistan trajes como los pilotos de competiciones automovilísticas para hacer públicos los patrocinadores que hay detrás de las campañas electorales.
Cualquier proceso electoral en Estados Unidos pasa de forma irremediable por una larga e intensa carrera de recolección de fondos entre patrocinadores que subvencionen la campaña de cada candidato. Las promesas electorales no sólo apuntan al bien común de los votantes, sino que, a menudo, las empresas que actúan como mecenas de los candidatos también recogen luego sus réditos con el favor de la administración.
Arrasa en las redes sociales la petición de trajes para los políticos en los que exhiban a sus patrocinadores al estilo de los pilotos de automovilismo. «¿Por qué estas personas no llevan los logotipos que indican quién es su padrino y cuánto dinero se intercambian?», se pregunta el analista Tyler Durden.
Sólo en el primer cuatrimestre de 2012, Barack Obama lleva recaudados fondos privados por un valor de 55 millones de euros. Nancy Pelosi, quien fuera la primera mujer presidenta de la Cámara de Representantes, ha sumado para el Partido Demócrata en año y medio 1,2 millones de euros que provienen de contribuyentes como «Occidental Petroleum», «Mackenzie Patterson Fuller» o «Susman Godfrey Llp», según el sitio web «opensecrets.org».
«Microsoft», «Google», «Comcast» o la Universidad de Harvard han sido algunos de los tradicionales mecenas del presidente Obama.
Piloto de «NASCAR»
En el punto de mira está el republicano, John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, uno de los más fervientes opositores a la reforma sanitaria emprendida por Obama. Boehner es apoyado por compañías como «AT&T Inc», «Paulson & Co», «Swisher International» o «CME Group», con aportes de entre 40 y 80 millones de euros cada una. En medio del debate sobre la reforma sanitaria, recién avalada por el Tribunal Supremo, el legislador de Ohio ha expresado su deseo de «arrancada de raíz». Boehner cuenta tras de sí con el respaldo de sectores como el de valores e inversiones, construcción y seguros.
Su imagen ataviado con un traje de piloto circula por Internet a la velocidad de los fenómenos virales. En él se hace gala de los logotipos de los «benefactores» del político conservador, aunque la solicitud de los internautas de hacer públicas las relaciones entre política y empresa privada han abarcado a todas las ideologías.