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Partido Republicano
Los republicanos intentan de nuevo anular la reforma sanitaria en EEUU
La Cámara de Representantes de EEUU comenzó hoy a debatir una iniciativa del mayoritario grupo republicano de anular la reforma sanitaria, en un nuevo intento de revocarla que, aunque prosperase en esa cámara, afronta el rechazo del Senado.
En plena campaña electoral, los republicanos redoblan sus esfuerzos para revocar esa reforma, el mayor logro legislativo del presidente Barack Obama en política nacional, por considerarla una costosa intrusión del Gobierno, aunque fue avalada por el Tribunal Supremo el pasado 28 de junio.
El voto sobre esta propuesta está previsto para mañana, pero aunque fuera aprobada afrontaría después una verdadera cuesta arriba en el Senado, controlado por los demócratas y, además, la Casa Blanca ya anunció el veto presidencial si llegara a prosperar en ambas cámaras.
Hoy, tanto en ruedas de prensa como en audiencias y ante el pleno de la Cámara de Representantes, los legisladores republicanos dejaron claro que utilizarán la controversia sobre la reforma para movilizar a la base conservadora de su partido en los comicios del próximo 6 de noviembre.
No es la primera vez que los republicanos intentan revocar la reforma: el presidente de la Cámara Baja, John Boehner, dijo hoy a los periodistas que su grupo ha votado "más de 30 veces para revocarla, quitarle fondos y reemplazarla".
"Estamos decididos a eliminar esta ley y haremos lo posible para frenarla", afirmó Boehner, repitiendo la promesa que hizo tras conocerse el fallo del Tribunal Supremo a favor de la reforma sanitaria.
Desde el pleno de la Cámara Baja, el legislador republicano de Maryland Andy Harris aseguró que la reforma sanitaria "impide la creación de empleos y tenemos que intentar anularla de nuevo".
"Los estadounidenses ya han escuchado bastante sobre esta reforma y la quieren ver anulada. Debemos escucharles y aprobar la medida (de anulación)", agregó Harris.
Mientras tanto, los demócratas han insistido a lo largo del día en que los republicanos se quejan pero no ofrecen una alternativa viable al sistema de salud actual, que priva a millones de ciudadanos de cobertura médica y al tiempo supone exorbitantes gastos.
El dictamen del Tribunal Supremo reafirmó la constitucionalidad de la exigencia de que todo estadounidense adquiera un seguro médico so pena de una multa, el punto más controvertido de la reforma, bajo la potestad tributaria del Gobierno.
Eso dio cabida a que los republicanos y grupos conservadores afines ahora afirmen ante la opinión pública que esa multa, que entrará en vigor a partir de 2014, en realidad supone un incremento en los impuestos para la clase media.
El lunes la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca, además de anunciar que Obama vetará la medida (de anulación) si llegara a aprobarse, argumentó que la anulación de la reforma a supondría un revés para "millones"de familias de la clase media que han encontrado en esa iniciativa una cobertura médica a precios asequibles.
Tanto la OMB como Obama en varios foros públicos recientes han dicho que no es el momento de resucitar viejas batallas políticas, sino que el Congreso debe ahora centrarse en la creación de empleos y la recuperación económica.
El virtual candidato presidencial republicano, Mitt Romney, también ha prometido "revocar y reemplazar"la reforma sanitaria, si bien ésta contiene elementos de una similar que él promulgó en su día como gobernador de Massachusetts.
Para revocar la reforma sanitaria, que se ha aplicado de forma paulatina desde su promulgación en marzo de 2010, los republicanos tendrían que mantener el control de la Cámara Baja, y recuperar el Senado y la Casa Blanca en noviembre próximo.
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