Castilla y León
«No me veo como Steve Jobs ni como Bill Gates»
Raquel Ibáñez lidera «Science Fantasy», empresa social que difunde ciencia entre niños y mayores en Castilla y León
VALLADOLID- «Science fantasy» no es una iniciativa al uso. Es el reto profesional de una joven vallisoletana, Raquel Ibáñez, que encabeza su currículum con una palabra: entusiasmo. A la que agrega otra: experiencia. «Science fantasy»nace como empresa social hace algo más de años y se dedica a promover la ciencia, crea interés y curiosidad sobre ella y permite a muchos conocer el mundo que les rodea, entenderlo y disfrutarlo. Además, la empresa da trabajo a tres personas. «Lo mío es la divulgación, Intento que cada vez más gente entienda el mundo que le rodea, que le guste. Así de fácil y complicado», reconoce Raquel, quien señala que «todo se globaliza, no sólo en lo económico, también en los conocimientos, por lo que la idea es que hay que dejar de vivir en universos paralelos, cada uno en su propio nicho». Porque, recuerda, «todo es ciencia».
Sus espectáculos, talleres, charlas y conferencias, frente a lo que podría imaginar el lector, no sólo se dirigen al público infanto-juvenil. «Creo que es más importante reeducar y reinteresar a los adultos, porque son ellos quienes van a influir en los pequeños», dice.
De los niños asegura que «se entusiasman rápidamente, aunque al día siguiente olvidan muchas cosas y pasan a querer ser mecánicos o policías». Buena parte de su labor difusora tiene por escenario el centro de Propuestas Ambientales Educativas (PRAE) de Valladolid. «Estamos empezando allí, pero ampliando a Castilla y León. Y de ahí, al mundo». Allí ha programa espectáculos abiertos, el último sobre la memoria y en solo unos días, el día 27, pondrá en escena otro.
«Nuestro futuro pasa por especializarnos en espectáculos, y estamos desarrollando más para habilitarlos en todos los sitios», considera. ¿Y sobre qué versan? Por ejemplo sobre qué es la electricidad. Sobre la memoria. O, entre los niños, sobre cómo se forma el plástico, qué es el agua... o las leyes físicas.
Raquel no descarta volver a la investigación pura y dura -«me da algo de morriña cuando entro en cualquier centro a buscar colaboraciones. Me dan ganas de coger la pipeta», dice-, aunque, hoy por hoy, sentencia, «quiero vivir de lo que me gusta y generar empleo». De hecho, ella recibió el Premio Joven Iniciativa Empresarial, en su momento sin dotación económica. Pero «generar dinero para amasarlo» no es el fin de «Science fantasy». «Es lograr que la sociedad sea más completa, que la gente entienda más cosas y sea más feliz. Es un bien para los demás, no para hacerse rico. No me veo como Steve Jobs ni como Bill Gates», remarca.
Estereotipos científicos
Con respecto a los prejuicios sobre la ciencia, Raquel asegura que «se asocia al científico como el tipo loco, con pelos de punta, aislado en su laboratorio, mezclando cosas raras y haciendo microexplosiones, introvertido y alejado del mundo. Alguien que no sabe comunicar. Sí, se dan casos. Pero eso hay que cambiarlo. Hay que acercarse a la sociedad», expone.
De su experiencia como emprendedora -rechaza esta palabra, al considerar que se emplea demasaido- asegura que «los trámites se hacen rápido, cada vez más, pero cuando no sabes es complicado llegar a la información. Hay mil sitios donde pedirla y, para quien empieza, es un jaleo». Ella, tras completar un curso CREA con base tecnológica del Ayuntamiento de Valladolid, se lanzó a la aventura. Además, agradece el apoyo que recibió de Seniors Españoles para la Cooperación Técnica, presentes en Valladolid.
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