Woody Allen porteño, cuando menos en el arranque y hacia el final de la película, Daniel Burman mira al personaje masculino de la nueva película que dirige con honda simpatía, mentiras y meteduras de pata del pobre tipo a un lado, ese Uriel (el músico y compositor Jorge Drexler, que debuta en el cine con este magnífico y contenido trabajo; ¿por qué Leonor Watling nunca nos dijo nada?) recién divorciado y padre de dos hijos cuya pasión, el póquer, provoca el reencuentro varios años después con una llorosa novia de juventud, Gloria (la no menos notable Valeria Bertuccelli; junto a Norma Aleandro en el papel de su madre protagonizan varias de las mejores escenas que conforman el filme), recién llegada de Francia, donde acaba de terminar con un novio muy repipi que, sospechosamente, jamás quiere mantener relaciones íntimas con ella. Salpicada de judíos que cantan rock y los temas que siempre han preocupado a este cineasta, o sea, la complejidad de las relaciones familiares y amorosas, «La suerte en tus manos» resulta un título menor en la filmografía del por otro lado un tanto sobredimensionado «abrazo partido» Burman, máxime cuando caes en la cuenta de que por muchos ornamentos que la rodeen, se trata al cabo de una comedia romántica tan previsible, simple, monda y lironda como tantas que facturaHollywood. Eso sí: a Dios gracias, Bertuccelli no es Jennifer Aniston ni Drexler, Keanu Reaves. Me refiero al de «Noviembre dulce», claro.