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La Razón
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La derrota tenía que llegar. No es un deseo sino la ley del deporte. No siempre se puede ganar y el Levante perdió en Pamplona. Suma 23 puntos en diez jornadas, algo más de la mitad de lo que necesita para permanecer. El Levante nos llena de orgullo en una Liga que no reserva sobresaltos incurables a los dos primeros: Madrid y Barça. Es lo que hay; lo que encontrará el próximo secretario de Estado para el Deporte, o la próxima. Ni los socialistas sueñan una victoria frente a los populares; caso contrario no habrían permitido a Albert Soler irse a la lista de Carme Chacón en Barcelona. A veinte días de las elecciones, cualquiera se atreve a montarle un gabinete a Mariano Rajoy. Le han nombrado vicepresidentes, ministros y hasta directores generales. Él, callado, discreto, como es él, y a él me atrevo a sugerir que para el despacho principal del CSD nombre a un presidente/ta de largo recorrido, como hizo Zapatero con Jaime Lissavetzky. El cargo, amén de goloso, es muy importante, aunque no llegue a ministro, a saber por qué –seguro que ahora la excusa es la crisis; razonable–. En cuanto a los posibles moradores de Martín Fierro s/n, apunten quiénes suenan, que seguro que nos equivocamos: Manuel Cobo –Miguel Ors le destaca en la carrera–, José Ramón Lete, José Luis Sáez –¿seguro?–, Alejandro Blanco –imposible, no quiere– , Javier Hernández y, ahora, una pléyade de mujeres: Miriam Blasco, Theresa Zabell y Carlota Castrejana. No hay que descartar que sea una secretaria de Estado. Las tres conocen el deporte. Lo han mamado y lo han ganado.