Londres

Narnia echa el ancla

Acaba la famosa saga con esta tercera entrega, «La travesía del viajero del alba», que transcurre casi íntegramente en un barco

Narnia echa el ancla
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Es curioso, pero con la Navidad parece que ha llegado el tiempo de las despedidas. Primero fue con Harry Potter (aunque con trampa) y ahora le toca el turno a Georgie Henley y Skandar Keynes, más conocidos como Lucy y Edmund Pevensie. Los dos hermanos (en la ficción) regresan a la tierra que un día gobernaron como Gran Reina y Rey de Narnia. Y esta vez lo hacen para dar el adiós definitivo al capitán Caspian, el «Gran León» Aslan y el ratón guerrero Reepicheep. Henley tenía sólo siete años cuando la ficharon sin pensarlo para la primera entrega del mundo mágico creado el siglo pasado por C. S. Lewis. Ahora, con «Las crónicas de Narnia. La travesía del viajero de alba» aparece en la presentación de Londres convertida en toda una jovencita de 15 años. La comparación con Emma Watson, la fiel amiga de Harry Potter, era inevitable. «Es un halago que me comparen con ella –dijo–, supongo que ambas tenemos algo en común, y es que hemos crecido con un personaje. Pero, francamente, no me veo como modelo. Me gusta mucho comer (risas). Yo quiero actuar, y si no puedo hacer esto, entonces me gustaría ser profesora de inglés o dar conciertos en un bar mugriento con mi banda».

 La actriz asegura que ha sido duro decir adiós a Lucy, pero en cierto modo necesitaba dar un cambio: «Me sentía nerviosa por volver a Narnia. Lucy pasa por esa etapa en la que todos nos sentimos inseguros. Ya no es una niña, es mucho más compleja», matiza. «Lo que me llevo de todo esto es la pasión por la interpretación».


Estudios de árabe
Su compañero, sin embargo, prefiere dar un descanso a las cámaras. Durante los próximos cuatro años, Keynes se centrará en los libros. Cuando terminó el rodaje, lo único que le preocupaba era su admisión en Cambridge, donde ahora quiere volcarse en los estudios árabes. «Ésta es ahora mi prioridad, luego ya se verá», explicó ayer.
 
Precisamente fue en la prestigiosa universidad donde Lewis, el creador de Narnia, enseñó literatura a principios de los años 60. La conversión del escritor del ateísmo al cristianismo (fue un anglicano muy cercano al catolicismo) fue muy comentada cuando apareció la primera entrega de la serie por las alusiones a la fe. Este filme, sin embargo, se centra más en la superación de la tentación. En esta nueva aventura, Edmund y Lucy regresan a la tierra de fantasía acompañados por su primo Eustace (interpretado por Will Poulter, de «El hijo de Rambow») para ayudar al rey Caspian (al que da vida Ben Barnes) a encontrar las siete espadas de los Señores de Telmar. El gran reto con el que se encontró Michael Apted, que se estrena en la saga, era traer de nuevo la magia de Narnia sin que apareciera en ningún momento el famoso reino. «Todo transcurre en el barco llamado "El viajero del Alba"; por lo tanto, la nave tenía que ser un personaje más de la película», dice. Costó 2,7 millones de dólares y se descartó botarla al agua, por lo que todo se hizo con la ayuda de efectos especiales.