Crisis en el PSOE

Lissavetzky le da el abrazo del oso a Tomás Gómez

Antes de presentar su candidatura con Gómez, el secretario de Estado para el Deporte desayunó con Jiménez.

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La puesta de largo de Jaime Lissavetzky como aspirante al título de candidato socialista a la Alcaldía de Madrid comenzó ayer bien pronto por la mañana con un desayuno con la otra parte de la bicicleta, a saber, Trinidad Jiménez, ya que ambos aseguraron que forman «un tándem ganador». Esta reunión con la candidata a enfrentarse a Esperanza Aguirre en la Comunidad, antes de la rueda de prensa oficial en la sede del PSM, fue el aperitivo del amargo trago que Tomás Gómez tuvo que digerir horas más tarde.


En un principio, Gómez iba simplemente a charlar y posar con Lissavetzky antes de la rueda de prensa, a la que el líder socialista de Madrid no asistiría. Sin embargo, en el último momento el ex-alcalde de Parla decidió sentarse en primera fila para escuchar palabras de lealtad del Secretario de Estado para el Deporte que sonaron como una burla cuando, unos segundos después, éste anunció su apoyo a Trinidad Jiménez en las primarias.


Mejor contra Aguirre
«Tengo la mejor opinión posible de Tomás Gómez como secretario general –comenzó Lissavetzky– y le tengo el máximo respeto y lealtad institucional. Lo que ocurre es que ahora estamos en otra elección, para decidir quién creemos que puede tener un mejor resultado en unas elecciones tan importantes para los socialistas como las del Ayuntamiento y la Comunidad». Acto seguido, el aspirante a la candidatura afirmó que dará su «apoyo y voto a la ministra». «Para ganar a Esperanza Aguirre, Trinidad es la mejor», apostilló.

Tras semejante bofetada política y unos eternos minutos de preguntas respecto a la candidatura, el secretario general de los socialistas madrileños abandonó la sala sin hacerse otra foto con Lissavetzky y sin poder mantener una digna cara de póker que disimulase el palo que acababa de recibir.

Un golpe más duro aún si se tiene en cuenta que la rueda de prensa fue seguida en directo desde otra sala de la sede del partido en Callao por varios concejales y diputados autonómicos que no dudaron en ofrecerse para la candidatura del secretario de Estado que acababa de rechazar a su actual líder.


Ningún paracaidista
Pero antes de todo esto, el «disponible para ser candidato a la Alcaldía de Madrid, si mis compañeros y los madrileños lo quieren», vendió sus credenciales para presentarse a la carrera electoral. Sorprendido por las «caras jóvenes» de la sala de prensa, Lissavetzky se esforzó en recordar que fue secretario general de la entonces Federación Socialista Madrileña durante seis años, hasta que cedió ante Rafael Simancas en el año 2000.

Igualmente, rememoró sus éxitos durante los diez años que estuvo al frente de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes con Joaquín Leguina –la universidad Carlos III, el estadio de la Peineta y la red pública de escuelas infantiles en la región, entre otros– y los años en la oposición a Alberto Ruiz-Gallardón como presidente de la Comunidad, con Ángel Pérez en los bancos de Izquierda Unida.

Curiosamente, este triángulo se repetirá de nuevo si finalmente es elegido candidato a la Alcaldía de Madrid, ya que tanto Gallardón –en el Debate sobre el Estado de la Ciudad del año pasado– como Pérez –el pasado mes de mayo– han confirmado que se presentarán a las elecciones municipales. De hecho, Lissavetzky explicó que llamó por teléfono a ambos cuando decidió que optaría al sillón del Palacio de Cibeles.

Respecto a la crítica más dura que han recibido sus predecesores en este enfrentamiento electoral, el secretario de Estado para el Deporte aseguró que se quedará aunque pierda las elecciones. Es más, aunque no fijó fecha para abandonar sus actuales responsabilidades en el Gobierno de la Nación, afirmó que irá en las listas que hagan para el Congreso en 2012.


«Las llamadas a militantes sólo las hago yo»
La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, respondió ayer al cruce de acusaciones sobre supuestas llamadas a los militantes socialistas madrileños para apoyar a uno u otro candidato. Después de las 105 firmas de miembros de las agrupaciones a favor de Gómez y la creación de la Plataforma de Apoyo a Trinidad Jiménez, algunos militantes se quejaron del «acoso» para posicionarse respecto a alguno de los dos candidatos a las primarias socialistas. Sin embargo, Jiménez negó este extremo y aseguró que «la única persona que está llamando a los alcaldes, militantes, dirigentes y a los líderes del PSM, soy yo». Llamadas que, según explicó la ministra de Sanidad, responden a su «obligación» puesto que se presenta como candidata y quiere que la apoyen y estén con ella. «¿Cómo se supone que puedo ganar unas primarias si no es llamando personalmente?», consideró, y aseguró que las llamadas las hace «desde una posición de enorme respeto a Gómez».