Londres
Hay Federer para rato
Rafa Nadal abandonó el majestuoso O2 londinense con una derrota que anuncia más días de gloria para el número uno del mundo. La evidencia es que Roger Federer conquistó su quinta Copa Masters. La conclusión para Nadal mirando al medio plazo es que su primer Torneo de Maestros está bastante más cerca de lo que él mismo creía hace poco tiempo
En la última cita de la temporada, en una pista especialmente «pensada» para el tenis del suizo, con una paliza encima de más de tres horas en semifinales... Con todo eso, Nadal estuvo lejos de su versión ideal, la que le convierte en una pesadilla para el de Basilea. Sí, pero le bastó para que Federer se encontrara con muchas más dificultades de las que tiene habitualmente. El partido fue el anuncio de que en 2011 el suizo seguirá siendo una amenaza para el líder de la ATP.
Rafa ha vivido una temporada excepcional y en el Torneo de Maestros, una cita que antes era poco menos que una tortura, también se ha comportado mejor que nunca. El cuidado milimétrico en la planificación del calendario le permitió llegar a la cita entre los ocho mejores en unas condiciones prácticamente ideales. Su tenis ha ido creciendo a medida que avanzaba la semana en la capital inglesa, pero la semifinal ante Murray fue un exceso. El derroche de tenis con el que superó al escocés tenía que pagarse de alguna manera en la final. Con apenas 24 horas de tregua, las exigencias del penúltimo partido provocaron que Rafa desconfiara de sí mismo y de su estado físico. Lo anunció después de superar a Murray.
Aseguró que no iba a estar en las mejores condiciones y desde el primer punto lo evidenció. A una derecha ganadora de Federer ni siquiera corrió. La sospecha se confirmó pocos minutos después. Federer repitió golpe y Nadal, la frenada. No hizo ni amago de arrancar. Podía ser una señal de alarma o bien, siendo optimista, una manera de leer el partido. Había que economizar fuerzas obligado por todo lo que vivió el sábado.
Esa actitud es muy propia de Federer. Ante la mayoría de rivales, el suizo siempre gasta las energías justas. Con Nadal al otro lado, el planteamiento por obligación tiene que ser otro. Pero ayer no fue así. Federer de midió. Se contuvo y pisó el acelerador sólo cuando creyó que era absolutamente necesario. Así se desarrollaron tres sets extraños, atípicos para tratarse de una final. No hubo equilibrio, se jugó a tirones. Dio la impresión de que había una especie de acuerdo entre los dos jugadores para jugarse el partido cuando éste hubiera avanzado.
No hubo debate hasta el octavo juego. El suizo concretó su primera oportunidad de «break» cuando le gusta. No quería saber nada de intercambios. Se trataba de acabar cuanto antes.
Cuando Nadal no lograba conectar su primer servicio, buscaba un golpe ganador. La estrategia le salió bien. Muchos errores no forzados, pero también muchos «winners». Y como todos los puntos que jugó con su primer saque se los apuntó en poco más de media hora se llevó la primera manga.
Rafa sólo consiguió «olvidar» el cansancio de la semifinal en el segundo set. Se trataba de ser atrevido, ralentizar el juego del suizo y recuperar el nivel que mostró ante Djokovic, Berdych y Murray. Si encontraba el camino mostrado durante la semana, habría partido. Y lo hubo con una rotura en el cuarto juego. Federer se dejó llevar. Y la final se jugaría a un solo set.
La incógnita radicaba en el físico de Nadal. Si resistía haría dudar a Federer, como ha hecho en muchos de los 21 duelos anteriores. En el primer juego fue capaz de sumar dos puntos, pero el suizo se agarró a su servicio. Federer se apuntó el tercer juego en blanco y en el siguiente saque de Rafa llegó la ruptura decisiva. Para apuntalar el título, el de Basilea logró un nuevo «break» en el sexto juego. En los cuatro últimos juegos del partido, Nadal se encontraba exhausto. La pelea terminó antes de lo habitual.
Londres está claro que es un buen lugar para el suizo. A su quinta Copa Masters, con lo que igualó el récord que compartían Ivan Lendl y Pete Sampras, suma siete Wimbledon. Una salvajada. Federer cumplirá 30 años en agosto de 2011 y su raqueta sigue teniendo más tenis que el resto. Nadal tendrá que esperar para sumar su nombre como ganador español de la Copa Masters a los de Manolo Orantes (1976 en Houston) y Álex Corretja (1998 en Hannover). En Londres, dentro de un año, tendrá otra oportunidad. Todo llegará.
Los dos mejores del mundo se reencontrarán antes de Navidad
Después de 22 partidos, Rafa Nadal y Roger Federer volverán a encontrarse antes de Navidad. Con permiso de la final de la Copa Davis –Serbia-Francia– que se disputa el próximo fin de semana, la temporada ya ha concluido y las raquetas descansarán hasta el 1 de enero. Pero en plenas vacaciones, los dos mejores jugadores del mundo atenderán a sus respectivas fundaciones con sendos partidos benéficos. El 21 de diciembre se celebrará en Zúrich. Un día después, la Caja Mágica acogerá la reedición de la final del pasado Masters de Madrid. Se trata de un partido que estará presidido por el lema «Unidos por la Infancia». El objetivo es recaudar fondos para la Fundación Rafa Nadal. Después comenzará la pretemporada para ambos ante la primera gran cita del año, el Abierto de Australia, donde el de Basilea defenderá el título.
✕
Accede a tu cuenta para comentar