Nueva York
Obama recuerda a las víctimas de Tucson en un emotivo discurso
La congresista Giffords ha abierto los ojos y ya mueve brazos y piernas
TUCSON (ARIZONA)- La madre de Christina Taylor Green, la niña de 9 años que murió en Tucson, Roxana, se puso en contacto rápidamente con Bill Heilman, el marido de la vecina que había llevado a la pequeña a ver a la congresista Gabrielle Giffords. No quería que se sintiese culpable. Ahora, los Green se centran en explicar a su otro hijo que no volverá a ver a su hermana.
Ayer la familia de la pequeña celebró un funeral en su memoria, cerrado al público, en compañía de los allegados de la congresista Gabrielle Giffords. Para la ceremonia, el bombero de Nueva York Jimmy Sands trajo desde Manhattan la bandera nacional del 11-S, que fue destruida durante los ataques de las Torres Gemelas y reconstruida por los supervivientes de un tornado en 2007. Ayer tuvo que estar en Tucson (Arizona) para el funeral de la niña, que fue uno de los 50 bebés que nació el día del atentado.
La pequeña centró parte del discurso de Barack Obama en el servicio religioso en honor de las víctimas de la tragedia de Tucson. El funeral en la Universidad de Arizona se convirtió en prácticamente una fiesta, a la que acudieron unas 14.000 personas en su mayoría para ver al presidente.
«Quiero que vivamos según sus expectativas. Quiero que nuestra democracia sea tan buena como la imaginó [Christina]. Todos nosotros debemos hacer cuanto podamos para garantizar que nuestro país cumple las expectativas de nuestros hijos», declaró en uno de sus mejores discursos desde que llegó a la Casa Blanca. Entre los gritos de emoción del gentío, Obama hizo hincapié en que «si esta tragedia lleva a la reflexión y el debate, como debería, vamos a asegurarnos de que merece la pena para aquellas personas que hemos perdido. Vamos a asegurarnos de que no es lo típico del debate política», pidió en clara referencia indirecta al cruce de acusaciones de demócratas y republicanos en el que se han hecho responsables de lo sucedido.
El público respondió con un grito de euforia cuando Obama, que llamó a la unidad y civismo, aprovechó para dar la exclusiva de que Gabrielle Giffords había abierto los ojos y mueve brazos y piernas.