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Barcelona

Terapia destructiva contra el estrés

Una empresa valenciana ofrece la posibilidad de romper todo tipo de objetos, como platos, vasos, botellas e incluso algún pequeño electrodoméstico, como terapia para combatir el estrés.

Los responsables de la empresa Crash Therapy han explicado a Efe que no hay mejor forma de combatir el estrés: "La gente viene y se desahoga, se deja los problemas aquí".

La tarifa básica da derecho a los usuarios a romper hasta 25 piezas, y con la "premium"(a un precio de 30 euros) se pueden llegar a destrozar hasta 35 objetos, incluido un monitor, impresora o una pequeña televisión.

Los clientes de Crash Therapy tienen además derecho a un DVD grabado con las imágenes para el recuerdo y a pasar 15 minutos en una sala de relax "para rebajar los niveles de adrenalina acumulados", explica el gerente de la empresa, Javier Talavera.

Tras enfundarse un mono, colocarse las gafas de protección y elegir la música, los usuarios entran en una sala insonorizada donde pueden dar rienda suelta a su rabia, utilizando desde un bate de béisbol hasta un martillo.

Eso es lo que han hecho Paula Soto y Sergio Martínez, una pareja de Valencia que se sometía hoy a esta cura antiestrés después de que el novio saliera "encantado"de una sesión anterior.

Han elegido la canción "Communication breakdown"del grupo The Fleshtones y, tras los primeros compases, han empezado a romper botellas y platos. Han terminado con el monitor de un ordenador. "La experiencia es genial. Te quedas descansada, como si flotaras en una nube", ha asegurado Paula. Según Sergio, "cuando revientas algo, desconectas de todo, suena la música y te sientes bien".

Más de un centenar de clientes ha probado ya esta peculiar terapia en los tres meses que lleva en marcha. Entre ellos, ingenieros, policías, taxistas y, durante el mes de febrero, estudiantes principalmente, "porque están en época de exámenes", explica el gerente.
Incluso una mujer embarazada de ocho meses, que probó este método y quedó tan contenta que después vino también su marido, asegura Talavera.

"La persona que más llamó mi atención fue una mujer que vino expresamente desde Manresa (Barcelona) para probar la terapia y pasó siete minutos y veinte segundos golpeando suavemente el teclado de un ordenador con un martillo", explica.

Con el eslogan "Ya nadie pagará los platos rotos. Vive la experiencia Crash", la empresa espera continuar atrayendo clientes entre los valencianos que sufren estrés.