Gràcia regresa a sus orígenes

BARCELONA-Hace ya cinco largos años que las populares fiestas de Gràcia optaron por un drástico cambio en el modelo de celebración. Corría el verano de 2004 cuando una pelea entre bandas derivó en la muerte de un joven. La tarea era titánica y las fiestas, víctimas de su propio éxito. La globalización hizo el resto y, poco a poco, los turistas se acercaban al barrio confundiendo los adornos que con tanto esmero habían preparado los vecinos con la barra de un bar de Lloret de Mar. Transcurrido el tiempo, los esfuerzos de la organización por recuperar el cariz familiar de la celebración han dado sus frutos. Así, pese a que el energúmeno es un animalillo difícilmente extinguible, la mayoría de actividades programadas tienen lugar de día y los macroconciertos se transformaron en modestos recitales para todos los públicos con el objetivo de, al menos, minimizar los riesgos de la fiesta callejera.
Así las cosas, hoy dan comienzo las fiestas y los últimos dos días del barrio han sido un constante trajinar de vecinos ultimando los adornos de sus calles. La calle Verdi, famosa por los ambiciosos y exuberantes proyectos decorativos que preparan para cada Fiesta Mayor, no defraudaba a los curiosos. En esta edición, los vecinos se han servido de la mitología para escoger el motivo de la decoración. La calle, cubierta de un manto azulado, representa un océano en el que las sirenas, valiéndose de su canto, intentan seducir a los incautos marineros, como si de Jasón o Ulises se tratara, para provocar el naufragio de sus barcos.

Gurinaldas y andamios
En la calle Joan Blanques de Dalt, varios vecinos se encaramaban a escaleras y andamios para ultimar una suerte de delicadas guirnaldas de colores. «Cada año dedicamos los adornos a la canción de algún cantautor –explica Manolita–. Y este año hemos escogido "Alegria"de La Trinca. La calle parece alegre, ¿no?». Sin lugar a dudas. «La crisis se nota y el presupuesto ha menguado bastante. Así que lo estamos preparando todo con material reciclado», añade.
En la calle de la Perla, la decoración todavía presentaba un aspecto muy incipiente. Sin embargo, las sábanas de colores que colgaban simulando un falso techo conferían al espacio un aire de bazar oriental. Los proyectos decorativos de la plaza Rius i Taulet también arrastran buena reputación, es de sobras conocida la rivalidad con Verdi. Marta y Maria acaban de llegar de vacaciones: «Nos incorporamos ayer y aquí estamos, grapando sábanas».
La plaza tiene intención de convertirse en una enorme caja de cerillas por aquello de que, tradicionalmente, el barrio albergó multitud de fábricas de fósforos. De la parte superior de la caja también colgarán alambres con las cerillas que los vecinos han utilizado durante todo el año. De este modo, los vecinos, con una mano de pintura por aquí y una de barniz por allá, ultimaban los preparativos para que hoy, con el pregón, el barrio presente sus mejores galas. Las fiestas, que se prolongarán hasta el domingo 21, contarán con 19 calles y plazas, dos más que en el año pasado, y con cerca de 600 actividades, más de 400 destinadas al público del barrio e infantil. Las fiestas reunirán entre calles y plazas en torno a 175 conciertos para los que se han instalado hasta 60 limitadores de sonido como medida preventiva para reducir el impacto sobre las viviendas.

Limitaciones horarias
Todas las actividades lúdicas tendrán límites horarios, hasta las 2.00 horas en días laborables y vísperas de laborables y hasta las 3.30 horas los viernes y los sábados, excepto en las plazas, donde el horario límite será siempre la 1.00 de la madrugada, para preservar el descanso de los vecinos. Las terrazas de los locales también podrán ampliar su horario hasta las 2.00 o las 3.00 horas, dependiendo del día, así como instalar veladores a partir de las 12.00 horas.

EL PREGÓN
A las siete, todos a la plaza
Mientras los vecinos terminan los adornos, a las 19.00 horas, en la plaza Rius i Taulet, la periodista Laia Ferrer pronunciará el pregón