Francia
Ande supere sus problemas
Laurent Gounelle publica en España su éxito «No me iré sin decirte a donde voy»
El éxito de las novelas de Laurent Gounelle ha sido meteórico. El porqué de sus millonarias ventas hay que buscarlo en la filosofía cotidiana que transmite con sencillez y amenidad. En el fondo, sus libros tratan de ayudar a las personas a superar sus complejos e inhibiciones y encarar de forma positiva su vida y su relación con el prójimo. Esa fue su propia historia como contable amargado que se convirtió en asesor de empresa y literato de éxito mundial. La revelación le vino al leer manuales de superación personal en los que encontró la respuesta que ahora él transmite en sus novelas: «Hay que analizar cómo hemos construido nuestra experiencia del mundo personal para poder transformarlo». No es un tema baladí. Sus raíces más próximas se encuentran en la espiritualidad New Age, que ha renovado en todo el mundo el eterno dilema de la búsqueda de la felicidad y la espiritualidad fuera de las religiones tradicionales y centrándose en el poder de la mente para lograr un equilibrio emocional satisfactorio. Detrás de Julián, de «El hombre que quería ser feliz» –su primera novela–, y Alan Greenmor, de «Ni me iré sin decirte adiós», se encuentra Larry Darrell, el protagonista de «El filo de la navaja» de W. Somerset Maugham. Larry fue un digno heredero de las novelas de Hermann Hesse, empeñado en una búsqueda incansable de crecimiento personal mediante la aceptación de su individualidad. Porque no hay viaje interior ni renacimiento de una vida sin finalidad ni sentido sin la aceptación previa de las limitaciones personales.
Angustias y temores
Gounelle lo expresa con frases sencillas para que el lector participe de las angustias y temores del personaje y comience a plantearse su vida como un camino de superación: «No hay grandes problemas. No hay más que personas pequeñas». En todas sus novelas hay una especie de gurú providencial que enseña a sus protagonistas a emprender el camino, ciertamente doloroso, hacia el logro de la felicidad mediante el pensamiento positivo, la independencia de la tiranía de la opinión de los demás y la autoestima. La temática es común a cuantos escritores narran vidas destruidas que consiguen la felicidad. Su mayor exponente sería «Verónica decide morir», de Paulo Coelho, clasificable como melodrama de superación personal. «No me iré sin decirte adónde voy» parte del mismo supuesto, la angustiosa experiencia de fracaso personal que lleva al protagonista a lanzarse desde torre Eiffel. Providencialmente, un desconocido le anima a cambiar con esta frase: «La vida es larga y aburrida cuando no la vivimos como nos gustaría».
Sobre el autor
Ha hecho de su vida un «best-seller». Cada novela muestra una faceta de su triunfo por no ser un contable amargado
Ideal para...
quienes buscan transformar su vida rutinaria en algo más especial
Un defecto
El libro posse un cierto tono melodramático
Una virtud
La sosegada narración, sin altibajos, directa y concisa
Puntuación: 7
«No me iré sin decirte adónde voy»
Laurent Gounelle
Planeta
336 páginas. 18,90 euros.