Japón
Las fuerzas de Ouattara intentan asaltar de nuevo la residencia de Gbagbo
Las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI), leales al presidente electo del país, Alassane Ouattara, atacaron hoy de nuevo el Palacio Presidencial de Abiyán y la residencia oficial del gobernante saliente, Laurent Gbagbo, tras las escasas horas de calma del miércoles.
Según fuentes del Estado Mayor de Ouattara, tras un fallido asalto a la residencia de Gbagbo el miércoles, donde se refugia con su familia, hoy se lanzó un nuevo ataque con artillería pesada contra el edificio estatal.
El objetivo de la FRCI sigue siendo el mismo: desalojar al presidente saliente para permitir que el presidente electo, Alassane Ouattara, pueda tomar posesión de su cargo de nuevo jefe del Estado.
Gbagbo, presidente de Costa de Marfil desde 2000, se niega a admitir que perdió las elecciones presidenciales del pasado noviembre frente a Ouattara a pesar de la fuerte presión internacional.
Por su parte, según la Embajada de Francia en Abiyán, los efectivos franceses de la Operación Licorne intervinieron anoche para rescatar al embajador de Japón en Abiyán, cuya residencia, que está ubicada cerca de la residencia presidencial, fue atacada anoche por mercenarios leales a Gbagbo.
En la operación, un helicóptero francés disparó cohetes contra el cuartel de la Guardia Republicana ubicada en la vecindad y donde están almacenadas las armas pesadas.
Por otra parte, las compañías marfileñas de Electricidad y de Agua emitieron hoy un comunicado de prensa para explicar la interrupción del suministro de agua y electricidad en varios distritos de Abiyán.
"Desde que comenzaron los enfrentamientos en Abiyán, hemos sido testigos de muchos fallos en la red eléctrica, causados por impactos de proyectiles. En algunos casos, estos fallos provocan unas averías en las plantas de tratamiento y una escasez de agua en algunos barrios", explican.
Ambas compañías señalan que sus equipos técnicos tardan aun para arreglar las averías por lo que solicitan la paciencia de los ciudadanos.
Mientras tanto, las FRCI han desplegado tropas para garantizar la seguridad en diferentes barrios de Abiyán, como el de Angre, que ha sido escenario de frecuentes robos y saqueos en los últimos días.
bagbo se ha acantonado junto a sus efectivos más fieles en el palacio presidencial, en cuyo búnker estaría oculto. El asalto al último bastión de Gbagbo se está saldando con cuantiosas bajas por ambos bandos si bien –según confirmaron fuentes occidentales a la agencia Reuters– los milicianos de Ouattara desistieron ayer en su cerco al palacio presidencial.
El objetivo de las fuerzas de Ouattara es «capturarlo, no matarlo», declaró Patrick Achi, portavoz del presidente electo, a la BBC. «Ouattara no quiere que le maten, quiere entregarlo a la justicia. Necesitamos que haya un juicio, que comparezca ante la justicia y que responda de todos sus actos», aseguró. Achi advirtió de que la situación en Abiyán es insostenible. «Cinco millones de habitantes carecen de agua y de electricidad, hay cadáveres en las calles y hay problemas de seguridad. La gente está aterrorizada», denunció.
Mientras, los investigadores de Naciones Unidas han identificado un nuevo lugar en el que podrían haberse cometido asesinatos masivos y que se sumaría a los cientos de víctimas localizadas en Douekoue. Según confirmó desde Abiyán el secretario general adjunto de la ONU para los Derechos Humanos, Ivan Simonovic, existe «información fiable» de una tercera matanza en Blolequin.
Estas denuncias han llevado a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) que dirige Luis Moreno Ocampo a anunciar su intención de abrir una investigación sobre los «asesinatos masivos» a causa de este conflicto.
Asesinatos étnicos por ambos bandos
La crudeza con la que se están empleando ambos bandos ha llevado a la ONU a denunciar el componente étnico de las matanzas sobre las que, por ahora, se han recogido pruebas. En el primer incidente, las cien víctimas eran de una única etnia, «dioula», que apoya al presidente electo, Alassane Ouattara. Los cuerpos fueron encontrados después de que las fuerzas del mandatario saliente, Laurent Gbagbo, tomasen el control de la zona. Por contra, en el segundo caso, murieron 230 personas de la etnia «guerra», que suele inclinarse hacia Gbagbo. «Fueron asesinadas cuando las tropas de Ouattara tenían el control», según fuentes de Naciones Unidas.
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