Batman despliega sus alas por última vez. Al menos, en la piel de Christian Bale y bajo la batuta del inefable Christopher Nolan, artesano de una de las más cautivantes trilogías que ahora toca a su fin. Tras «Batman Begins» (2005) y «El caballero oscuro» (2008), el realizador británico dirige la tercera y última entrega de la franquicia: «El caballero oscuro. La leyenda renace», que se estrena hoy en los cines de España y medio mundo.

Ocho años han pasado desde que Bruce Wayne, alias Batman, se retirara de la vida de Gotham City asumiendo una culpa que no era suya, cargando con la muerte del fiscal de la ciudad, Harvey Dent. El héroe se ha tornado en fugitivo. A cambio, la paz reina y los delincuentes se hallan a buen recaudo. Aunque no por mucho tiempo. El multimillonario y filantrópico protagonista acabará saliendo de la oscuridad para hacer frente a un nuevo desafío: la aniquilación de los 12 millones de habitantes de Gotham. «En ese tiempo, el personaje ha evolucionado. Wayne no es el mismo», explica Christian Bale en un encuentro con LA RAZÓN.

Una mujer revolucionaria
«El dolor y las heridas sin cicatrizar por la muerte de sus padres –injusticia que desencadenó el nacimiento de Batman– siguen ahí. Y por primera vez lo vemos disminuido física y mentalmente», añade sobre su personaje, reacio a salir de su mansión en la que vive recluido hasta que un día la felina Selina Klyne, interpretada por Anne Hathaway, irrumpe en su monótona vida para cometer un robo. Será el desencadenante del renacer del hombre-murciélago. Un papel que ha marcado profundamente al actor galés, que firma junto a Nolan el tríptico. «Batman ha cambiado mi vida y mi carrera», afirma. «Hacer esta trilogía me ha dado más seguridad que nunca en ningún otro proyecto. Ha hecho de mi trayectoria profesional algo diferente. Antes, los directores me ofrecían trabajo pero eran los productores los que ponían algún problema. Ahora eso ha cambiado. Los directores siguen llamándome como antes y los productores ya no me rechazan». Han sido siete años acompañando a la evolución de un personaje. Desde el descubrimiento de sí mismo y la misión que debía cumplir, hasta su materialización siendo el héroe útil para los demás y, al final, su posterior resurgimiento.

Por eso, asegura que va a echar de menos enfundarse uno de los trajes más famosos en el universo de los superhéroes. «Aunque no en el día a día», matiza respecto a una prenda cargada de mucho simbolismo. «Para mí cuando llegaba al set de rodaje, era consciente de que era simplemente yo ahí metido, listo para interpretar a la criatura. Lo simbólico, lo que representa, lo puedes apreciar en la mirada de los demás», argumenta.

Por eso, «es un sentimiento triste y agridulce al mismo tiempo», relata el actor, que asegura que con Batman ha disfrutado interpretando como nunca antes. «El personaje es fantástico y viene funcionando desde su creación en 1939».

Además, agradece que Nolan se haya enfrentado al gran reto que supone hacer una tercera parte. «Sobre todo porque con frecuencia las terceras partes son las peores». «Me puse muy contento cuando Christopher decidió arriesgarse», reconoce Bale, que duda de que haya un regreso del héroe creado para el cómic por Bob Kane Bill Finger. «Si Christopher Nolan estima que ha llegado el fin y aquí se acaba, yo estoy de acuerdo con él. Hemos hecho algo con un comienzo, un nudo y un desenlace. Sólo espero no decepcionar y que las próximas generaciones reconozcan lo que se ha hecho».

Entre las diez más taquilleras
Según el director, «había que poner una conclusión». Lo que supuso para el cineasta y todo el equipo una gran responsabilidad, a la luz de los éxitos obtenidos con las dos primeras entregas. Entre ambas, superaron los 1.500 millones de dólares de taquilla, elevando a «El caballero oscuro» al ránking de las diez películas más exitosas de todos los tiempos.

La tercera parte de la franquicia, de tintes muy realistas ya que tiene por telón de fondo la crisis financiera y el terrorismo, es también la que más fielmente se basa en el cómic del 39. De hecho, el principal enemigo de Batman, el villano Bane, interpretado por Tom Hardy, deja de ser el simplón y malévolo personaje del «Batman y Robin» de Joel Schumacher para devenir en un rival a la altura del superhéroe.

«Yo quería que encontrara a un igual, tanto en el plano de la fuerza física como mental e intelectual», según Nolan, que describe a Bane como un «terrorista» tanto por su personalidad como por sus actos. «Una fuerza en estado bruto con un sentido fanático de cumplir su misión». Es decir, arrasar Gotham City tras convertir un perfeccionado reactor nuclear de las empresas Wayne en una bomba atómica. «No se trata de tomar el control, sino de liberar al pueblo», dice el personaje durante el filme, planteando algunas concomitancias con la realidad de este siglo XXI.

Tras haber encarnado tres veces a Batman, Bale no cree que represente un mayor desafío dar vida a un personaje fantástico que a uno de la vida real. «No hay gran diferencia entre uno y otro. No es cuestión de mejor o peor, sino de una interpretación diferente. No analizo mucho ni estudio a la hora de preparar mi papel. Tampoco sigo una técnica. Simplemente hago lo que siento que tengo que hacer. Después es la gente la que ha de juzgar», resume el actor, que destaca en Nolan la capacidad de dar a partes iguales dosis de entretenimiento, evasión y calidad. «Con este tipo de películas uno cree en que las grandes producciones también pueden tener personajes con verdadero peso». El presupuesto de ésta rondaría los 250 millones de dólares.

En cuanto a sus futuros proyectos, Christian Bale prefiere guardar silencio y alimentar cierto misterio. Aunque confirma que ya ha comenzado el rodaje de «Knight of Cups», una de las próximas películas del director estadounidense Terrence Malick.

Un actor a solas con el «bat-traje»
Si entre «Batman Begins» y «El caballero oscuro», la capa y el traje del héroe murciélago había cambiado, en esta tercera parte, la funda sigue siendo la misma. Una armadura de polyester y carbono, de cierto peso y complejidad que está compuestas por más de 110 piezas, que se han reemplazado en varias ocasiones. Un «Bat-traje» con el que Bale admite haber tejido una «particular relación». Hasta el punto de que al acabar el rodaje quiso aislarse y permanecer media hora más enfundado en él. Una romántica e introspectiva manera de decirle adiós.

El detalle
OTRA NOVIA PARA AMÉRICA
Se hizo famosa gracias a «Princesa por sorpresa» (2001), una película que rodó al lado de Julie Andrews y que se ganó el favor del público adolescente. Pero a raíz de ese filme menor, como ha sucedido ya en otras ocasiones con otras actrices, muchos comenzaron a hablar de ella como la sustituta natural de Julia Roberts, la que staba considerada la «novia de América» desde lo de «Pretty Woman». Pero la película que la encumbró fue «El diablo viste de Prada», con una memorable Meryl Streep –que fue nominada al Oscar por su interpretación. A esta película siguieron «La joven Jane Austen» y la «Alicia», de Tim Burton, que ayudaron a impulsar la carrera de la actriz, a la que, sin embargo, parece que todavía no le ha llegado su gran año. Sin duda, 2012 podría ser el momento que estaba esperando para dejar de ser una promesa: además de protagonizar la nueva entrega de Batman (en el papel que ya hizo Michelle Pfeiffer), veremos a la actriz en la adaptación al cine musical de «Los miserables».