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El 36% de los padres ha dado un cachete a su hijo en la última semana
La implicación del hombre en el cuidado de los hijos mejora favorece el equilibrio emocional de los hijos, reduce la obesidad infantil y favorece el desarrollo educativo de los menores.
El estudio Infancia y Futuro: Nuevas realidades, nuevos retos", presentado hoy por la Fundación La Caixa, refleja que se ha producido un cambio en el modelo de familia en los últimos años.
La familia igualitaria contribuye más que la tradicioal al bienestar de los niños españoles. En este sentido, la poca implicación del padre entre los 0 y 10 años aumenta la probabilidad de que los hijos presenten desafección familiar, baja competencia emocional y tasas más elevadas de obesidad. Más de la mitad (51%) de los padres varones con niños de 5 a 10 años, están altamente implicados en la crianza de los hijos, aunque todavía sólo el 7% lo hace igual o en mayor medida que las madres.
El informe pone de manifiesto que en los hogares donde las madres trabajan éstas mantienen los mismos estándares de estímulo y de vínculo con los hijos que en los que se dedican exclusivamente a las responsabilidades domésticas.
Asimismo, la falta de empleo en la mujer favorece el riesgo de pobreza infantil y de fracaso escolar. Actualmente, en los hogares donde sólo trabaja un sólo progenitor, tres de cada diez niños de 0 a 10 años son pobres.
Otro de los aspectos de la sociedad que ha sufrido cambios en los últimos años es la perspectiva de futuro de la familia. Frente al ideal de hace 20 años de tener tres o más hijos, se ha pasado a un modelo que se conforma con dos. Entre las causas para este cambio están los costes que suponen, las preocupaciones que general o que el cuidado de los mismos suponga el abandono del mercado de trabajo.
En cambio, el 25 por ciento de los varones considera que las mujeres deben dejar el trabajo para dedicarse a cuidar de los menores de 0 a 3 años, una cifra significativa pero bastante inferior a la de hace dos décadas.Una de las consecuencias de esta situación es que el 23 por ciento de las mujeres han tenido que renunciar a su puesto de trabajo o a su formación para realizar estas tareas.
A pesar de que se ha producido un cambio en el modelo de familia, todavía perviven conductas educacionales ancladas en el pasado. Así, el 36 por ciento de los padres reconoce haber dado un cachete a sus hijos durante la última semana.
Los cambios familiares han ido asociados a cambios en el estilo de vida: más trabajo, más estrés y menos tiempo para estar con los hijos. Así, un 63 por ciento de los hogares menciona episodios de tensión ligados a la falta de tiempo personal para relajarse o desconectar (el 13% confiesa que son frecuentes); un 49 por ciento reconoce que la tensión llega de la mano del reparto desigual de las tareas domésticas (en el 9% de los casos ocurre a menudo); y un 28 por ciento se refiere a tensiones por el cuidado de los niños (2,8% de forma habitual). Sólo el 16 por ciento declara que en su hogar no se producen nunca situaciones tensas por alguno de estos factores.
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