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Londres

Resaca tras la boda de Guillermo y Catalina

El Reino Unido se despertó hoy con la resaca patriótica y festiva que dejó la boda el viernes del príncipe Guillermo y Catalina, los nuevos duques de Cambridge, que pasaron su noche de bodas en el palacio de Buckingham, residencia de la reina.

El día acabó con una gran fiesta en el Palacio de Buckingham. El Príncipe Guillermo y la Princesa Catalina disfrutaron de buena música, canapés al estilo británico y un discurso por parte del Príncipe Enrique.

La fiesta nocturna fue un evento íntimo y familiar. El Príncipe Enrique fue el encargado de organizarlo y haciendo gala de su fama como marchoso trató de que todo fuese sobre ruedas.

Los 300 invitados disfrutaron de una velada con discurso incluido, por parte del atento hermano y del padre de la duquesa deCambridge.No se conocen las palabras exactas de los anfitriones pero estamos seguros que los buenos deseos se repitieron constantemente para la pareja de recién casados.

Junto al hijo pequeño del Príncipe Carlos y la principal ausente del día, Diana de Gales, Pippa Middleton ayudó con la música. Según se ha comentado, en el Palacio se bailó a ritmo de los Dj's más populares de Reino Unido.

Y tras tanto movimiento de cadera, el apetito se coló en el Palacio, pero Enrique tenía todo previsto: unos canapés con un sabor británico amenizaron la 'party night'. Nada de coquetos aperitivos, durante la noche se comió pan blanco relleno de bacon a la plancha.

La suculenta celebración se alargó durante toda la noche, aunque la mayoría de los invitados abandonaron Buchingham en 'cabbie' -el típico taxi negro londinense-, sobre las tres de la madrugada. Los recién casados por su parte, pasaron la noche en el Palacio Buckingham.

Pequeños altercados

La policía metropolitana de Londres informó el viernes de que un millón de personas siguieron en la calle el enlace real.

Salvo algunos altercados aislados, la jornada del viernes transcurrió en medio de un ambiente de fiesta generalizado, en el que los británicos aprovecharon el tiempo primaveral, las fiestas callejeras y la apertura de los pubs hasta la una de la mañana (habitualmente cierran sus puertas a las 11 de la noche).

Medio centenar de personas fueron detenidas en Londres por la policía, que las consideró un peligro potencial, y una veintena en Glasgow (Escocia), donde una fiesta no autorizada generó enfrentamientos entre los asistentes y la policía.

La prensa británica coincidió con la foto del día, ilustrando en gran tamaño, incluso sin titular -como en el caso de "The Daily Telegraph"-, el beso de la pareja en el balcón del palacio de Buckingham, que selló una jornada con una organización perfecta.

La boda en la abadía de Westminster y el posterior cortejo nupcial por el centro de Londres fue seguido por una audiencia televisiva estimada de 2.000 millones de personas.

El objetivo de los recién casados es disfrutar a partir de ahora de un poco más de privacidad, razón por la cual el destino de su luna de miel sigue siendo un secreto celosamente guardado.


Luna de miel

El príncipe tiene una licencia de dos semanas en su trabajo como miembro de los equipos de salvamento y rescate de la RAF en la isla de Anglesey (Gales) y, según aseguran los medios locales, ni siquiera le ha dicho a Catalina a dónde van a viajar.

Es conocida su pasión por África -en Kenia pidió a la entonces Kate en matrimonio-, por lo que ese continente podría ser el elegido, aunque también se ha hablado de lugares tan dispares como Jordania -país en el que Catalina vivió durante dos años cuando era una niña- o de alguna isla de difícil acceso en el Caribe.

Otra de las apuestas más repetidas apuntan a Lizard Island, frente a las costas del estado australiano de Queensland, aunque esta opción parece más difícil dada la lejanía y que Guillermo solo dispone de quince días antes de regresar a su puesto.

También está la opción de que los recién casados sigan haciendo patria, como en el caso de la boda -para la que solo quisieron productos "made in Britain-, y que pasen la luna de miel en Escocia, donde el príncipe Carlos y la reina tienen propiedades.

El último destino del que se ha hablado es Chile, donde ambos pasaron una temporada entre la secundaria y la Universidad.