Cataluña

Crimen de Santaló: culpables

La Razón
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BARCELONA- El crimen del empresario Félix Martínez Touriño, director del Centro Interncional de Convenciones de Barcelona (CCIB), conmocionó a la ciudad. El empresario falleció de un tiro en la nunca cuando iba hacia su aparcamiento a primera hora de la mañana del 9 de febrero de 2009 en plena calle Santaló, muy cerca de Travessera de Gràcia.

Hay veces en que la realidad supera a la mejor de las novelas negras. ¿Quién quería ver muerto a un joven al que todos calificaban de brillante que dirigía una de los centros de convenciones de la ciudad y con una prometedora carrera por deltante? Unos meses después, y tras una larga investigación mientras la opinión pública todavía no daba crédito a lo ocurrido, los Mossos detuvieron a cinco personas: Manuel Moreno, director de audiovisuales del CCIB y, por tanto, empleado de la víctima; Jorge Andrés Madrid, sicario que perpetró el crimen, según la Fiscalía; Yader Jair Castro, ayudante del sicario; Sahid Sánchez, cuñado de Moreno y clave en el plan, según el Ministerio Fiscal; y María Pilar Moreno, hermana de Manuel y esposa de Sahid, a la que la Fiscalía consideraba encubridora del asesinato.

El jurado, reunido ayer en la Audiencia de Barcelona, declaró culpables de asesinato a los cuatro acusados para los que la Fiscalía pide la pena máxima, 25 años de cárcel, y salvó a María Pilar. Durante el juicio, los cuatro acusados habían sido incapaces de rebatir la tesis de la Fiscalía y las pruebas de los Mossos, y solamente se mostraron dudas de que la hermana del inductor supiera las intenciones de sus familiares.

Moreno quería deshacerse de su jefe cuando supo que tenía intención de despedirle porque se estaba enriqueciendo ilegalmente a través de la empresa en la que trabajaba. Ayudado por su cuñado, se puso en contacto con dos personas que vivían en Madrid para que ejecutaran el crimen. A estos sicarios les pagaron un total de 12.000 euros y ambos se desplazaron a Barcelona. Una vez en la ciudad, comenzaron a vigilar a la víctima y sus rutinas diarias, hasta que finalmente Jorge Andrés le disparó en plena calle un tiro mortal y fue ayudado por Yadir para darse a la fuga en un coche. Tras el asesinato, se marcharon a Colombia, de donde son naturales, y donde fueron detenidos para ser extraditados a España. Cuando se produjeron las detenciones, Moreno mantuvo silencio hasta que declaró ante el juez que tenía una buena relación con Félix Martínez Touriño.

En el juicio, el sicario se dirigió al tribunal para pedir perdón a la familia de la víctima, manera en la que respondía a la declaración de Manuel Moreno, que acusó a su cuñado de planear el crimen del empresario del CCIB con el propósito de extorsionarle después. Esa estrategia utilizó también en su declaración final, cuando dijo estar «arrepentidísimo» de haber confiado en su cuñado y haberle contado sus problemas laborales con el jefe.

El jurado consideró que Moreno ideó el cirmen y pidió ayuda a su cuñado, quien buscó a los sicarios en Madrid y contactó con Touriño con la intención de comprarle su coche para así tener sus datos y facilitarlos a los sicarios. Como hemos dicho, la realidad supera a la ficción.