Ciudad Juárez
Reescribir la tragedia de México
El III Festival Sismo apuesta por el país centroamericano y la generación de los 80
México sangra. Asomarse a las noticias da escalofríos: el narcotráfico, los asesinatos, la violencia de los cárteles, los periodistas decapitados... Mientras todo esto ocurre, la vida trata de avanzar. También la creación escénica. Pero, inevitablemente, ambas caras de la realidad, lo que ocurre en las calles y lo que surge en talleres y escenarios, acaban tocándose. La presencia en Sismo –el Festival de creación in situ que se desarrolla por tercer año en la nave 16 del Matadero de Madrid– de varios creadores mexicanos sirve para comprobarlo. El certamen, que se celebra del jueves 6 al domingo 9, cuenta con artistas del país azteca como Teatro Línea de Sombra, Teresa Margolles y Lagartijas tiradas al sol.
Las llaves de Juárez
Los primeros forman una compañía de recorrido y prestigio, desde su creación en Monterrey en 1993. Presentan en Sismo «Amarillo», una obra sobre la inmigración y los espaldas mojadas. Margolles (Cualicán, México, 1963), es una reconocida artista plástica que en 2009 representó a su país en la Bienal de Venecia. Al Matadero acude con «Las llaves de la ciudad», performance en la que ha invitado a Antonio Hernández, un artesano de Ciudad Juárez que lleva décadas vendiendo llaves con frases grabadas. «La ciudad ha cambiado mucho, ya no es un sitio turístico. Antonio es ahora la memoria viva, y les cuenta a los espectadores lo que ha pasado. Lo narra muy bien mientras graba sus llaves», explica Pablo Caruana, codirector de Sismo junto a Mariana Barassi.
Lagartijas tiradas al sol, tres artistas mexicanos de 28 años, cerrarán el domingo la programación. Su presencia, en colaboración con Txalo Toloza, forma parte de una residencia y se titula «Mexicanos al grito de guerra (Los últimos 30 años del narcotráfico en México)». «Allí están pasando cosas; es un momento muy delicado. Hay una voluntad de urgencia por denunciar. La sensación es que algo se le ha ido al país de las manos», dice Caruana. Su propuesta aborda el narcotráfico desde un punto de vista familiar, «un vuelo poético, con los pies en la tierra, no en las páginas de los periódicos», añade.
La cita tiene otros puntos de interés, más allá de México, como la instalación audiovisual de la francesa Valérie Mréjen, que combina ficción, realidad y autobiografía. «Dentro de cinco años, todo el mundo va a estar hablando de ella», asegura Caruana. O la propuesta de Patricia Caballero, «Aquí gloria y después paz», y el taller de Óscar Cornago «Room 2011: prácticas de la intimidad». El título hace referencia a otro de los pilares de esta edición, al margen del carácter genérico del festival –los nuevos lenguajes escénicos y las tendencias innovadoras–, que este año da voz a la generación de los 80 y aborda temas que giran en torno a la intimidad.
Creación en un ring
«Cuadrilátero» es el nombre de uno de los apartados de Sismo, un espacio de 10 por 10 metros que apuesta por la cercanía con el público y la obra en proceso. Allí se verán cuatro trabajos: «Lo que sea moviéndose así», de Paz Rojo; «Observen cómo el cansancio derrota el pensamiento», de El Conde de Torrefiel; «Acción inaugural», de Coreógrafxs #2; y «Radicales libres», de La Tristura.
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