A los diez minutos de recibir la llamada de Cultura anunciándole que era el nuevo Premio Nacional de las Letras, Josep Maria Castellet admitía a LA RAZÓN su sorpresa. «No puedo valorar ahora el premio porque no me lo esperaba. Es que no sé qué decirle. Lo único que puedo asegurarle es que me han dicho que es el galardón más importante después del Cervantes», dijo entre emocionado e impactado por la concesión del premio, que concede anualmente Cultura, está dotado con 40.000 euros y distingue el conjunto de la labor literaria, en cualquiera de las lenguas españolas, de un autor español cuya obra esté considerada parte integrante del conjunto de la literatura española actual. Castellet toma así el relevo de Juan Goytisolo y Sánchez Ferlosio. Sobre ellos dijo Castellet:«Supongo que me lo han dado siguiendo a estos dos compañeros de generación, pero es una suposición. Tampoco puedo olvidar que el primer galardonado con el Nacional de las Letras fue un nombre tan importante como J. V. Foix».

Realismo histórico

Castellet tiene tras de sí una importante producción literaria. Fue el principal teórico y defensor en Cataluña del llamado «realismo histórico», que se manifiesta en versos que hablan de los problemas de todos los hombres, no los de la juanramoniana «inmensa minoría». En este sentido, la antología «Poesia catalana del segle XX (1963), coescrita con Joaquim Molas, está considerada el «manifiesto» de la citada tendencia. A partir de 1968, la intención crítica de Castellet evolucionó hacia el estructuralismo. Desde esa perspectiva escribió «Iniciación a la poesía de Salvador Espriu» (1971) y «Josep Pla o la raó narrativa» (1978).

Sin embargo, Castellet quiso resaltar ayer que el Nacional podría tener la intención de recompensar, «no mi faceta de editor, sino la labor que durante años he realizado dando a conocer lenguas, creando e iniciando diálogos, especialmente de manos de una generación que estaba dejando el franquismo». A este respecto, el escritor y ensayista recordó los congresos que se celebraron en los años 50 y 60 con la participación de autores catalanes y castellanos como Carles Riba, Pedro Laín o Dionisio Ridruejo. «Fue una época en la que existía una tentativa de dialogar tanto por parte de Cataluña como de España. Por desgracia, me parece que todo esto hoy está encallado. No hay voluntad de hablar por ninguna de las dos partes, pero no soy pesimista y creo que se puede reemprender en el futuro».

También está hoy considerado como uno de los críticos más influyentes en la renovación técnica y estética que supuso la generación de los 70. Entre sus trabajos literarios cabe destacar dos de sus más emblemáticos libros: «L'hora del lector» (1957) y «Nueve novísimos poetas españoles» (1970). A ellos se les suma su autobiografía «Memòries poc formals d'un director literari» (1987) o «Els escenaris de la memòria» (1988). A sus 84 sigue trabajando como editor y es presidente de honor del Grup 62. Preguntado por sus proyectos, Castellet reconoció que «quiero seguir con la labor memoralística que he hecho en los últimos años».