Si eres funcionario, si tenías pensado gastarte la paga extra de Navidad en vacaciones o regalos, si ibas a ser padre y pensabas disfrutar de tu mes de paternidad, si eres usuario habitual del transporte público con abono mensual, si tenías cheques para los libros escolares, si tus padres son jubilados por encima de los 18.000 euros de renta, si cuando usas el coche circulas habitualmente por alguna autovía regional, si pensabas cambiar ese coche con algún tipo de plan Renove, si te gustaba sacar la basura los domingos para no dejarla en casa, si tus hijos llevan la comida al colé en un tupper o si tienen que pagar las tasas universitarias, si eres consumidor de cualquiera de los productos que van a pasar al 21% de IVA: si cumples todas estas circunstancias tienes mucha suerte, pero de la mala. Tienes la suerte del enano y deberías comprar ya lotería de Navidad porque está claro que te va a tocar. De esta crisis saldremos –lo hemos escrito más de una vez– pero cuando lo hagamos no nos va a reconocer ni la madre de Alfonso Guerra porque en el camino nos habremos dejado tantos pelos en la gatera, que el gato estará pelón pelón. Lo último es la subida del IVA en lo que tiene que ver con el transporte público: uno tiene la sensación de que la administración lo que quiere es que nos coja el tigre. Cuando no es la subida del IPC, es el cambio de año, y cuando no la bajada de usuarios o el déficit tarifario. El caso es subir los precios. Este año la cuesta de septiembre nos va a parecer la subida a La Bola del Mundo. Sólo cabe esperar que en algún momento lleguen las etapas llanas.