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Nueva York
Garzón busca refugio en La Haya para evitar su suspensión
Solicita su traslado al Tribunal Penal Internacional como asesor de la Fiscalía. No se paralizará ninguna de las querellas que hay en marcha contra él
Baltasar Garzón se quita de enmedio para evitar la suspensión. Cuando parecía inminente la decisión del magistrado del Tribunal Supremo (TS) Luciano Varela de sentarle en el banquillo por su investigación de los crímenes del franquismo, el juez de la Audiencia Nacional ha dado un paso definitivo para evitar ser apartado de su puesto. El magistrado pidió ayer mismo al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) su traslado al Tribunal Penal Internacional (TPI) como «asesor externo» de la Fiscalía de ese organismo dependiente de la ONU. Garzón acepta así la invitación que le cursó el responsable de la misma, el argentino Luis Moreno Ocampo. La Comisión Permanente del órgano de gobierno de los jueces estudiará hoy mismo su petición. Si resuelve de forma positiva, Garzón esquivaría su suspensión, puesto que Varela todavía no ha acordado la apertura de juicio oral, que obligaría al CGPJ a apartarle de sus funciones. Y es que el placet del CGPJ no acarrearía la pérdida de su condición de titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. Al tratarse de una excedencia para «servicios especiales», el magistrado tampoco perdería el fuero y las causas contra él por las escuchas del «caso Gürtel», la financiacion de sus cursos en Nueva York y la investigación de los crímenes del franquismo seguirían en manos del Tribunal Supremo. Garzón ganaría así tiempo a la espera de que en los próximos meses escampe el chaparrón judicial, lo que abriría las puertas a su regreso a la Audiencia Nacional.
Ofrecimiento por siete mesesSegún explicaron fuentes jurídicas, Moreno Ocampo trasladó la propuesta a Garzón el pasado 6 de mayo, cuando el magistrado veía más cerca que nunca la posibilidad de que el juez del Tribunal Supremo Luciano Varela le siente en el banquillo por prevaricación por su investigación de los crímenes del franquismo, una causa en la que afronta una posible condena a veinte años de inhabilitación. De hecho, el magistrado tiene pendiente dictar a el auto de apertura de juicio oral en los próximos días, según fuentes jurídicas. La Sala Penal del Supremo debe decidir también sobre la petición de nulidad solicitda por su defensa respecto a las actuaciones practicadas en esa querella.La sombra de las tres querellas a las que hace frente en el Tribunal Supremo y la amenaza de sentarse en el banquillo han pesado demasiado y el magistrado, tras más de veinte años en la Audiencia, busca refugio en La Haya a su peliaguda situación procesal. En principio, el ofrecimiento es para siete meses, pero este plazo podría ser prorrogado. El nuevo cometido del juez español sería aportar a la Fiscalía del TPI su experiencia en la investigación de crímenes organizados y masivos. Su despacho estaría en La Haya, aunque su trabajo le obligaría también a desplazarse al Congo, Uganda, Sudán y Colombia, donde el tribunal tiene abiertos procesos por genocidio y crímenes contra la humanidad.Su sueldo correría a cargo de la Corte Penal Internacional, aunque seguiría percibiendo de España todo lo correspondiente a su antigüedad en la Carrera Judicial. También se le computaría ese tipo a efectos de ascenso, antigüedad y derechos pasivos, además de la reserva de plaza en la Audiencia Nacional.A la espera de la decisión del CGPJ, que, en principio, Garzón cursó su petición a través del presidente de la Audiencia Nacional, Ángel Juanes, quien ya ha informado favorablemente al respecto. De hecho, su informe se acompaña al escrito de petición dirigido por el juez al Consejo.
«Confía en que todo se resuelva» - El juez Garzón ha tardado menos de cinco días en dar el sí a la proposición de Moreno Ocampo, fiscal del Tribunal Penal Internacional. Fuentes próximas al magistrado aseguraban ayer que «está convencido» de que la decisión que ha tomado es la mejor. «Le viene bien», añaden en relación al complicado panorama judicial que le acechaba.- «Está confiado en que todo se resuelva», aseguran para explicar esta decisión repentina con una suspensión que parecía inminente. Quienes le conocen apuntan que a Garzón «le gusta su nuevo cometido» en el TPI y dicen que espera que en una semana todo esté resuelto.
Lo que dice la ley Artículo 351 b)Los jueces y magistrados serán declarados en situación de servicios especiales:Cuando sean autorizados por el Consejo General del Poder Judicial para realizar una misón internacional por periodo determinado, superior a seis meses, en organismos internacionales, gobiernos o entidades públicas extranjeras o en programas de cooperación internacional, previa declaración de interés por el Ministerio de Asuntos Exteriores.
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