Rajoy pedirá al Banco Central Europeo otra inyección de liquidez

El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha iniciado hoy su reunión en pleno debate sobre el crecimiento de la zona euro y cuando han surgido voces que piden que el ajuste del déficit vaya acompañado de medidas de estímulo económico.

La reunión ha dado comienzo en la ciudad condal, después de hacerse la tradicional "foto de familia"y bajo amplias medidas de seguridad.

Otro de los asuntos que marcarán la agenda de la cita del órgano de gobierno del BCE es la reforma del sistema financiero y la necesidad de acordar los nuevos requisitos de capital para la banca.

Lo que se da por hecho es que el BCE mantendrá los tipos de interés en la zona euro en el mínimo histórico del 1 %, así como su política de suministro de liquidez, pese al temor a que se intensifique la crisis de endeudamiento de la zona del euro.

Apoyo a las reformas

España espera sacar hoy de la reunión del consejo de gobierno del Banco Central Europeo no sólo el apoyo a las reformas puestas en marcha por el Gobierno desde el pasado 30 de diciembre, sino la posibilidad de que la institución que dirige la política monetaria de la zona euro realice nuevas subastas de liquidez a tres años para no agudizar el sentimiento de incertidumbre que tienen los mercados sobre nuestra economía y, especialmente, sobre la solidez del sistema financiero.

A la espera de una reunión donde los tipos de interés van a permanecer invariados en el 1%, la banca española «reclamó» ayer a gritos una señal de optimismo al BCE. Las siete entidades financieras que cotizan en el Ibex-35 se dejaron en la sesión entre un 3,31% (Santander) y un 5,13% (Bankia), con la prima de riesgo por encima de los 424 puntos básicos y el bono a diez años en el 5,85%.

Menos pasividad

Los actuales niveles del diferencial del bono alemán y el español hacen prácticamente imposible la financiación en los mercados mayoristas de capitales, por lo que las entidades financieras se lo juegan todo a los depósitos y los pagarés, que tienen como ventaja que no computan a la hora de fijar la aportación anual que las entidades hacen al Fondo de Garantía de Depósitos.
A la espera de que Bankia dé a conocer sus resultados el próximo día 18, el resto de las entidades financieras ha dejado clara la dependencia del BCE que existe en estos momentos.
La semana pasada, el consejero delegado de Banco Santander, Alfredo Sáenz, aseguró que «sería bueno que el BCE no dijera tajantemente que nunca más habrá una nueva subasta de liquidez a tres años. Con otro mensaje menos rotundo las perspectivas serían distintas; podrían aliviar tensiones en los mercados».

Ése es el mensaje que hoy, en la cena que Mariano Rajoy ofrecerá al comité ejecutivo del BCE y a los 17 presidentes de los bancos centrales de los países que conforman la eurozona, el Gobierno va a transmitir, junto con el paquete de reformas puestas en marcha, para las que pide tiempo y un cierto respaldo institucional, que no tiene que confundirse con un rescate. El BCE lleva cerca de dos meses sin intervenir en el mercado secundario de deuda, a pesar de que se han recrudecido las hostilidades de los inversores contra el bono español y el italiano. A instancias de Angela Merkel, el BCE ha cerrado la puerta a intervenciones puntuales en los mercados para defender la posición de los dos países que siguen en el ojo del huracán: España e Italia, pese a haber presentado un cuadro completo de reformas estructurales.

Un billón a tres años
El BCE ha realizado dos subastas de dinero a tres años en las que puesto a disposición de la banca europea un total de 1,081 billones de euros en diciembre (489.191 millones) y febrero (529.531). De esta cifra, alrededor de 253.000 millones han ido a parar a la banca española que, a su vez, ha depositado la mitad en la misma institución que se los ha prestado, aliviando de esta manera las tensiones de los vencimientos de éste y el próximo año.

Poco dado a sorpresas no insinuadas previamente al mercado, el consejo de gobierno del BCE dejará hoy los tipos de interés en el 1%, el nivel más bajo de su historia. La recesión en la que ha entrado la eurozona pesa más que una inflación que ha cerrado el mes de abril en el 2,6%, pero no lo suficiente como para que haya un nuevo movimiento a la baja para impulsar la actividad económica en la región.

Desde que Mario Draghi se hizo cargo del BCE en noviembre del 2011, la institución ha reducido en dos ocasiones el precio del dinero, a razón de un cuarto de punto cada una. La primera, dos días después de su toma de posesión, hasta el 1,25, y la última, el 8 de diciembre, cuando lo dejó en el actual 1%.