El PSOE se rebela con las listas

Pero llegó el momento de las candidaturas, y la aparente calma se quebró. Ya hay quien censura, sin ambages, la configuración de unas listas que parecen buscar más posibles apoyos ante el Congreso Federal de 2012 que experiencia y entrega al trabajo de oposición al que inexorablemente se enfrentará el PSOE los próximos cuatro años. «Los mismos errores que en 2000. Y esta vez la diferencia entre hacer una buena candidatura o no es estar en la oposición cuatro años o 20», se lamentaba ayer un diputado con puesto de salida.

La espita se ha abierto con la decisión del secretario general de Castilla y León, Óscar López, asumida por Rubalcaba, de desplazar al veterano Jesús Cuadrado del número uno por Zamora para hacer hueco al ministro Camacho. Cuadrado, portavoz de la Comisión de Defensa, es uno de los parlamentarios más queridos en el Grupo Socialista por su entrega y dedicación no sólo a la provincia sino al Congreso. Así José Bono decidió defender públicamente su posición en la lista e invitar a Ferraz a buscar hueco para el ministro en otra circunscripción. Otros lo hicieron en privado, hubo incluso quien se dirigió a Ferraz para pedir explicaciones y afear la conducta, ya que Cuadrado se enteró de la decisión por una filtración a la Prensa. Pero, de momento, sólo Cuadrado ha decidido plantar cara a Ferraz y dar la batalla por su candidatura en las agrupaciones locales para apear del número uno al «cunero» –candidato o diputado extraño al distrito y patrocinado por el Gobierno– Camacho. Anoche ganaba en Benavente por aplastante mayoría la votación, pero en Zamora se impuso el ministro. Hay marejada también en Pontevedra, Coruña, Málaga, Asturias, Castilla-La Mancha. Nombres como los de Fernando Moraleda, Torres Mora, Marta Gastón, Pilar Grande o Mariví Monteseirín hoy están en el aire. Madrid es uno de los sitios donde el encaje se complica.

Hay que buscar hueco para Narbona, Pedro Sánchez, Antonio Hernando, Valeriano Gómez, Delia Blanco, Rafael Simancas, López Garrido... y ahora también para el jefe de gabinete de Zapatero y amigo de Rubalcaba, José Enrique Serrano, que quiere escaño. Demasiados.