Barcelona
Natación sincronizada/Escamas de bronce
Las «niñas» de Anna Tarrés –cinco de ellas debutaban en unos Juegos– fueron terceras por detrás de Rusia y China n El equipo tiene futuro
Londres -Las chicas de sincronizada nos tienen tan mal acostumbrados que todo el mundo daba ayer por hecho que saldrían de la piscina con medalla. Y sí, consiguieron la de bronce. Pero hay que tener muy en cuenta que subir al podio en estos Juegos no era tarea fácil. Cinco de las ocho pupilas de Anna Tarrés se presentaban por primera vez a unos Juegos.
El equipo, por tanto, era joven y poco experimentado. Pero su espectacular coreografía de «Océano» se llevó 96.920 puntos. Las acrobacias, según la seleccionadora catalana, «salieron mejor que nunca» y las sirenas quedaron satisfechas al terminar apenas unas décimas por detrás de las chinas, que esta vez sí se llevaron la medalla de plata con 97.010 puntos. Las rusas, al igual que pasó con los dúos, quedaron en primer lugar.
«Tal y como han ido las cosas, que en esta final de rutina libre estemos a dos décimas, realmente da a conocer el estado de salud de un equipo joven pero matón, con ganas de luchar y de estar a la altura», afirmó una Tarrés, muy satisfecha con el trabajo realizado por sus «niñas».
La entrenadora catalana, que ha conseguido transformar por completo la sincronizada y ha colocado a España como uno de los líderes indiscutibles en esta disciplina, explicó que si no se pudo revalidar la medalla de plata de hace cuatro años en Pekín era porque aún «hay que mejorar el nivel técnico. Y eso se logra a base de mucho entrenamiento y disciplina». Con todo, señaló que los objetivos estaban más que cumplidos, ya que Canadá, un país emergente en la sincronizada, también se presentaba como rival peligroso y lograron aventajarla sin problemas.
«Creo que nosotras somos las que más transmitimos al público porque hacemos coreografías a la carta: la música está totalmente integrada con el movimiento, con el vestuario, las acrobacias y esto hace que sea mucho más espectacular», recalcó Anna.
En la final, fue tal el «show» que ofrecía ya sólo el diseño del bañador, con escamas brillantes para lograr ese banco de peces, que las chicas se tuvieron que cortar la melena para poder acoplarse el innovador casquete. Cuando las sirenas mostraron en escena su «look» sus rivales murmuraron: «Es que eso sólo lo puede hacer España».
«Ha merecido la pena –decía Ona Carbonell, plata en dúo–, por una medalla lo que sea. Estamos muy contentas y el calor recibido por parte del público ha sido increíble».
Al salir de la piscina, las nadadoras tuvieron que esperar varios minutos ante una confusión de uno de los jueces, que había puesto distinta puntuación en el papel que en la pantalla. El incidente puso nerviosas a las chicas, pero al ver la pantalla comenzaron a abrazarse sin poder contener la emoción. Aunque ayer aseguraban que no habían hecho aún planes para celebrar el triunfo, tenían muy claro que saldrían a bailar, esta vez fuera del agua. Así son nuestras sirenas.
Andrea Fuentes, ¿abanderada?
Con cuatro medallas olímpicas –tres de plata y una de bronce– ayer ya se hacían apuestas que apuntaban a Andrea Fuentes como abanderada para Río. La nadadora, de 29 años, dijo que aún no sabe cuáles serán sus pasos. «No me lo he planteado, pero si me piden que sea abanderada seguro que voy», bromeó. «De momento no lo sé, ya soy bastante mayor, pero ¿por qué no? Ya se verá. Ahora quiero descansar y coger fuerzas para el año que viene, vamos año por año, que hay un Mundial en Barcelona y hay que hacerlo súper bien».
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