Brooke Shields es el modelo a imitar. Llevar unas cejas bien depiladas puede cambiar la expresión de la cara: un diseño adecuado armoniza el conjunto del óvalo facial y tiene un efecto «lifting», agrandando el ojo y profundizando la mirada. Esta temporada, la tendencia es clara: cejas gruesas pero definidas, con cierto punto salvaje y muy marcadas. La belleza de «El lago azul» encarna esta moda, y las cejas más ochenteras se cuelan de nuevo en los rituales cosméticos de hoy.
Las pobladas cejas de Arizona Muse en la pasarela de Nina Ricci, las oscuras de Kate Winslet en contraste con su pelo platino o la versión más sofisticada de Madonna. Independientemente de las modas, las cejas buscan entrar en armonía con el resto del rostro: se trata de un trabajo de análisis, medición y asesoramiento. Para un resultado óptimo, lo ideal es ponerse en mano de los profesionales. Estée Lauder cuenta con un servicio de diseño y un ritual que incluye análisis y depilación personalizada y un maquillaje básico para aprender a sacarles partido. «En total, son unos 40 euros canjeables por productos de la casa», afirma la responsable del tratamiento. «Las clientas a veces traen una foto explicándonos lo que quieren, pero se dejan asesorar. Aunque la cejas se llevan gruesas, hay quienes odian el aspecto salvaje: es algo muy personal». No siempre se puede seguir la tendencia porque hay que tener en cuenta las características del rostro: «No nos pueden traer unas cejas de Marlene Dietrich y pedirnos las de Penélope Cruz, que son, por cierto, las más solicitadas».
Además de la clásica, con su pronunciado arco romántico al estilo Angelina Jolie, está la angulosa, que da un aspecto sensual y arriesgado tipo Keira Knhightley. Y si la que ha dominado las tendencias en los últimos años ha sido el modelo de Megan Fox –una ceja con inicio bajo y final elevado, juvenil y no muy fina–, este otoño se busca recrear una estética a medio camino entre el estilo retro de los 50 y el vanguardista de finales de los 80. ¿El resultado? Una mezcla entre Madonna y Diane Kruger. «Se llevan las cejas naturales con depilación mínima y forma natural. Aunque se maquillan, sólo se busca tapar calvas o dar más longitud, nunca cambiar la forma», afirman los expertos de la firma MAC. Respecto al color, declaran que el efecto «nude» que tanto se llevó en verano desaparece y no se verán más «cejas invisibles».

Claves de perfección
Para conseguir un diseño óptimo hay que tener en cuenta tres aspectos: la longitud, que la marca la línea que va de la aleta de la nariz al rabillo del ojo; el ángulo, calculado haciendo coincidir la parte más alta con el extremo del iris; y el color, que ha de ser un tono más claro que el del cabello. Así lo afirma Patricia Mediavilla, responsable del bar de cejas de Benefit, pioneros en este servicio. «En el último año ha habido un "boom": se llevan lo más gruesas posible, y los modelos que se piden son Natalie Portman, Penélope Cruz y Sarah Jessica Parker».

Inspiración
ELLOS TAMBIÉN SE APUNTAN
- Las «celebrities» también crean tendencia en cejas, y aunque muchas han evolucionado –como Inés Sastre o Madonna–, lo más «trendy» sigue siendo la naturalidad. Las sencillas cejas de Penélope Cruz son las más solicitadas.
- Los hombres no se quedan atrás: en Benefit afirman tener clientes masculinos, pero con ellos «no se define la ceja, sólo se limpia para hacer el ojo más grande». Aún así, todavía hay hombres que disfrutan de sus cejas salvajes, como Fonsi Nieto, Cannavaro o Alex Ubago.