Al Qaeda, en su revista One Unmah número 8, publicado hoy, pide a sus terroristas, en una especie de fatua de obligado cumplimiento, que se tomen justa venganza del príncipe Harry, al que se refieren como Al Zanim, por haber reconocido que, durante su participación en la guerra de Afganistán, en el seno de la Coalición Internacional, dio muerte a 25 afganos.

Según la citada revista, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, Al Qaeda considera que sería una “una oportunidad para que la Corona británica se vengue de su hijo disidente reduciendo el costo de asegurarlo, y para dar paso a las manos islámicas para que sean ellas las que se tomen su justa retribución, ya que los crímenes no caen por estatuto de limitaciones, y los hombres correctos corren tras él, y alabado sea Alá, Señor de los Mundos”.

Se quejan de que los medios de comunicación occidentales sólo prestaran atención a a ,los aspectos sexualess de sus polémicas memorias “como si la sangre de los afganos no tuviera el menor respeto en esta mentalidad arrogante, e incluso el propio Al-Zanim se ha referido con racismo inherente a este tipo de seres humanos”, según la traducción obtenida por este periódico de la versión en árabe de la referida revista.

Los yihadistas hacen un relato en el que vienen a justificar lo que ha hecho Harry con sus memorias contra la Corona al considerar que la muerte de su madre, la princesa Diana, fue un asesinato.Incluso, subrayan que las críticas que ha recibido de los medios británicos han sido por los ataques a la Corona y no, como entienden ellos, por su “criminalidad en Afganistán”.

Afirman que los afganos muertos por Harry, Al Zanim, deberían recibir una compensación a través de la ONU y los Convenios de Ginebra, algo que consideran imposible por la arrogancia de los occidentales y "porque el sentimiento del hombre inglés racista está por encima de los humanos; los otros son solo peones y piezas de ajedrez que el inglés puede quitar de la faz de la tierra cuando quiera y desea derramamiento de sangre”.

“La confesión del príncipe Al-Zanim de que mató a veinticinco musulmanes afganos a sangre fría, y que eran solo piezas de ajedrez en sus ojos, nos revela la cantidad de condescendencia, discriminación y amor a la criminalidad en los genes de este componente humano”, enfatizan.

Subrayan que “después de la muerte de su madre (Diana), creyó que el palacio participó en su asesinato, lo que le hizo volverse adicto a las drogas; después del asesinato de su madre (que Al Qaeda da por cierto), su padre, el rey (Carlos), no se preocupó por él en absoluto, y tal vez esto se deba a que el rey (Carlos) duda de su linaje hacia él, y no lo considera su hijo por crucifixión y descendencia. Esta familia real caída y el rey Carlos, descendiente de los líderes de las Cruzadas a lo largo de la historia, no fueron los mayores perdedores de la publicación de estos escándalos al público; la arrogante mentalidad inglesa y toda la civilización europea es la mayor perdedora, por lo que reveló”.

Recuerda que su libro es el más más vendido del mundo dentro de la categoría de textos realistas, porque “publicó el lavado de la corona británica, y reveló lo que está pasando en el palacio inglés de escándalos y fealdad”. En lo que los terroristas califican como la peor crisis experimentada por la Familia Real en el Reino Unido en los últimos treinta años. “No nos interesa aquí perseguir y narrar estos escándalos y fealdad, y nunca correremos en la órbita de la prensa (…) La esencia de lo que fue revelado por las reuniones de diálogo y las memorias de Zanim Harry es el nivel de la mentalidad inglesa trascendente a la humanidad, es una mentalidad que cree que está por encima de la moral, la ley y las convenciones internacionales”.

“En la caída animal de su familia y parientes en Londres, el mundo sabe que la corona británica es parte de la civilización de los monos, que solo se preocupa por sus caprichos sexuales, y que la familia real es una familia caída dentro de una sociedad inglesa bestial y que no es digna de respeto y aprecio en absoluto; y que lo que el príncipe Harry reveló son manifestaciones y reversiones del estándar de la miserable vida británica degenerada, y la muy compleja educación real, por lo que sus memorias fueron un reflejo de la realidad de la decadencia”, concluyen.