Crónica

Teresa Rodríguez quiere que “el rey león” sea “la reina leona” o algo así

Teresa Rodríguez
Teresa RodríguezCézaro De LucaEuropa Press

Algunos han caído en la cuenta de que el silencio de MeToo ante el acoso y derribo de la mujer afgana es atronador. Hay que comprender que pasar en un pispás de la cosa latina de mucho toqueteo (caso Plácido Domingo) a la lapidación, es asunto complejo que requiere paciencia y algo de yoga. Además, quizá estén esperando a ver si la negativa a celebrar el Día del Orgullo Gay en Kabul es definitiva o si los talibanes viven un periodo de adaptación mirando a la Meca que conviene respetar. Tienen mucha fe en los manifiestos que las mujeres están firmando por todo el mundo y que sin duda harán temblar a los talibán: al poco de recibirlos destruirán sus kalashnikov y AK-47, besarán fotos de Malala y se pondrán a leer a Simone de Beauvoir. Muy oportunamente, María Elvira Roca Barea ha recordado de dónde viene la expresión «discutir sobre el sexo de los ángeles»: los intelectuales de Bizancio polemizaban sobre este decisivo y grave asunto mientras los turcos ponían cerco a Constantinopla. Cuando los turcos tomaron la ciudad, ellos aún seguían con el dilema de la entrepierna angelical y ni se percataron de que estaban a punto de ser degollados. No quiero yo manchar la reputación de Teresa Rodríguez, esa alegría por bulerías de Adelante Andalucía y Kichi, tildándola de intelectual, y menos ahora, cuando está inmersa (también inmensa) en su guerra particular contra la escasa participación femenina en las series infantiles, quizá en la línea de Irene Montero cuando denunció la excesiva presencia de actrices hermosas en las series españolas, o sea, la belleza como factor de desigualdad y cosificación. Cuenta Teresa en las redes que hay demasiadas series infantiles con un solo personaje femenino, personaje que además sólo cumple el papel de objeto de deseo o accesorio del machote de turno. Señala «La patrulla canina», «Bob Esponja» o «Pocoyó» como ejemplos de desigualdad de género, y ha calificado esta injusta situación como el «Principio Putifina». Qué cosas: todavía hay quien cree que putifina es la meretriz culta y elegante. Imagino que Teresa pretende que «El Rey León» tenga su «Reina Leona», «Dumbo» su «Dumba» y el Pato Donald una pata queer. Muy bien. Y ahora sigamos hablando del sexo de los ángeles.