Tamara Falcó e Íñigo Onieva han sido los protagonistas indiscutibles de la crónica social de nuestro país estos últimos meses. Su relación sentimental y su posterior enlace matrimonial ha acaparado todos los titulares de la prensa del corazón durante meses y la hija de Isabel Preysler se ha convertido en una de las mujeres influyentes y cotizadas del panorama nacional. Por eso, conscientes de su popularidad, la pareja ha tomado una drástica decisión para preservar la intimidad de su futuro hogar, el ático de lujo que compró la socialité y que está reformando para vivir junto a su marido, lugar en el que comenzarán definitivamente su vida de casados y formarán una familia.

La marquesa de Griñón ha decidido blindar la terraza de la vivienda con unos enormes maceteros para evitar que los más curiosos puedan observar su día a día. Además de cumplir una función decorativa, el matrimonio ha instalado esta pared de vegetación para impedir que capten imágenes de ellos dentro de su hogar. El ático, que la socialité adquirió sobre plano en 2020, se encuentra en la urbanización de Puerta del Hierro, a cinco minutos de la casa de Isabel Preysler, y estará lista para entrar a vivir en las próximas semanas, según adelantó Beatriz Cortázar en "Y ahora Sonsoles".

Tamara Falcó contrató a Beatriz Silveira, una famosa interiorista, para construir la casa de sus sueños y parece ser que la socialité "ha quedado encantadísima con el resultado", según han desvelado fuentes solventes a "Vanitatis". En breves, el matrimonio realizará la mudanza a su nuevo hogar y comenzarán definitivamente su vida como recién casados en el piso en el que tienen pensado formar una gran familia. No hay nada que deseen más los marqueses de Griñón en estos momentos que convertirse en padres primerizos, aunque como Tamara Falcó confesó durante su entrevista en "El Novato" con Joaquín y su intención de ser mamá: "Yo creo mucho en Dios y si tiene que ver vendrá".