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Entrevista

Marcos García-Montes: "No contemplo ni la pena de muerte ni la cadena perpetua para Daniel Sancho"

El letrado habla con LA RAZÓN y se muestra seguro de que su cliente no será condenado por asesinato premeditado

Desde que tengo uso de razón no había tardado tanto en poder llevar a cabo algo con alguien a quien llevaba meses, concretamente tres, contactando. Porque Marcos García Montes, además de tremendamente mediático, también puede llegar a ser escurridizo, es un antónimo difícil de comprender. Pero finalmente, y tras diez entrevistas entre radio y televisión en un mismo día, el abogado experto en criminología, nacido en Madrid hace más de 75 años, me atiende a través de la llamada de WhatsApp, donde uno puede entrevistar en ropa interior e incluso desnudo.

De todas formas, lo importante sólo eran sus declaraciones en torno al exuberantemente llamativo caso Daniel Sancho donde, como si de un culebrón se tratara, actores, cocineros, ex parejas, abogados, prensa rosa y sospechas de chaperos se entrelazan para que yo esté aquí, más de noventa días después, haciéndole estas preguntas. El calor en Bangkok es insufrible. El viento, al menos, condecora al sudor.

Y para rematarlo todo, el juez cerró ayer las declaraciones, o sea, finaliza el juicio. Y nos quedamos todos a la espera de la lectura de la sentencia, que se presupone será dentro de muy poco.

Rodolfo Sancho y su abogado, Marcos García Montes en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas.José RuizEuropa Press

–¿Siente más seguridad que al inicio de su acuerdo con Rodolfo Sancho, allá por el ya lejano mes de agosto del año pasado, para que Daniel pueda recibir una sentencia benévola?

–Pues obviamente, porque desde principios de agosto que comienzo a hablar con Rodolfo Sancho para que defienda a su hijo y cerramos el acuerdo el día 15, hasta principios de noviembre, donde se presenta por parte de la policía el informe de la investigación y la fiscalía presenta los cargos, hemos vivido tres diferentes episodios dentro de este abanico procesal. El primero, filtraciones permanentes de la policía a la prensa de actuaciones que en mi opinión algunas eran absolutamente nulas como prueba ilícita y otras nos beneficiaban. Por ejemplo, muy importante que se realizara un reportaje fotográfico de la policía que se incorpora al procedimiento el mismo día de la detención en donde se asegura que en la parte trasera de Daniel, en el trapecio, había señales de arañazos mientras que en ambos antebrazos de mordeduras.

En el segundo proceso, ya es la policía la que aparece el día 21 de agosto asegurando que hubo una pelea que modifica la premeditación. Y finalmente, todo lo que ha pasado, en donde los magistrados y el presidente del tribunal lo están haciendo fantásticamente bien y en los que confiamos tanto como en el gobierno y en las autoridades tailandesas, han ido demostrando que estamos en el máximo de los hechos de un homicidio imprudente. ¿Y por qué motivo? Porque la autopsia revela que no hay hora de la muerte, porque no hay humor vítreo, que es la única posibilidad de que se pueda determinar la hora de la muerte en más o menos cinco o siete horas, cuando tampoco hay causación de la muerte ni mecánica de la muerte. Lo único es que en la bóveda craneal, donde no hay tejidos blandos, hay un golpe importante en el occipital, y esto en medicina legal supone que el cerebro se desplaza hacia la zona frontal donde se produce un hematoma que puede ser subdural, o sea interno, además de externo. Y este sangrado inmediatamente produce una pérdida de consciencia y en diez minutos el fallecimiento. Pero es que, además, la médico forense asegura que la fractura se produce con un objeto intermedio, no contra el suelo, sino como dijo Daniel, contra un sanitario. Y quiero dejar muy claro que toda la información sobre este caso la he extraído de los medios de comunicación, ya que estoy bajo secreto; aunque a mí Rodolfo me cuenta todos los días lo que está pasando, pero jamás me filtra nada. Todo lo saco de los medios de comunicación.

–O sea, que hay filtraciones a los medios.

–Hay filtraciones a los medios y yo recibo esa información que, evidentemente, me consta que es real. O sea, que es lo que de verdad está pasando dentro.

Marcos García Montes y Rodolfo SanchoGtres

–¿Y quién está filtrando a los medios?

–No tengo ni idea. Yo sólo sé que los medios me están dando información que es veraz. Ahora, ¿quién lo filtra? Eso no lo sé. Lo que sí que está muy claro es que el fiscal que está llevando el asunto, que es una persona que lo está haciendo muy bien, después de que se han practicado sus pruebas la semana pasada, ha reconocido que es muy difícil demostrar que hubiera enfrentamiento y, sobre todo, premeditación para el asesinato. Entonces estaríamos, y porque lo ha dicho el fiscal, en que la prueba esencial se le ha diluido. Yo me compré nada más llegar a Tailandia el código penal tailandés y la ley de procedimiento penal. Todo esto me lo estudié conforma a la constitución, y lo que tenemos muy claro es que estamos ante un homicidio doloso, que tiene pena de veinte años, aunque tampoco coincide, porque si hubiera querido Daniel matar a Edwin lo hace directamente y no espera a que le muerda y se produzca este forcejeo; y si no fuera esto sería un homicidio imprudente que en Tailandia tiene dos fases, si tiene imprudencia grave tiene una pena de ocho a diez años, y si tiene es leve de seis a ocho años como máximo.

–¿Hay alguna duda en los resultados que podría acarrearle defender a capa y espada a la magistratura y juez y atacar a la policía?

–Desde que llegamos al acuerdo estuve con mi hijo estudiando el caso, entre el 16 de agosto y el 31, y sobre todo la constitución tailandesa, además de la legislación internacional de derechos humanos a la que el Reino de Tailandia se encuentra adherida, y descubrimos que también se encontraba adherida a la declaración internacional de derechos humanos de 1948, y al pacto internacional de derechos civiles y políticos de 1976. Con lo cual, en la constitución tailandesa se respetan los derechos humanos, y en mi opinión el tribunal va a admitir que ha habido lesión de derechos humanos.

En qué mente cabe que un señor duerma con unos policías en una habitación sin que esté detenido. En qué cabeza cabe que se haga una reconstrucción de los hechos sin fiscal, sin jueces ni abogados. En qué cabeza cabe que haga una declaración en tailandés además de otra declaración que no tiene firma ni de traductores ni abogados. Y la última, que es supuestamente la válida, es en la que él dice que hubo una pelea porque le intentó violar, que es la única declaración que realmente vale. Todo esto regado porque la policía reconoce que los cuchillos que compró Daniel no se emplean en el crimen. Y lo más importante, es la sorpresa que nos hemos llevado de que el día 16 de agosto, doce días después de los hechos, aparece nada más y nada menos que un cuchillo, en una villa lejana donde nunca estuvieron ni Edwin ni Daniel, con ADN de Daniel, de Edwin y de un anónimo. ¿En qué cabeza cabe esto? Y esto es otra prueba que está fuera del procedimiento.

Daniel Sancho durante la recreación del crimen de Edwin ArrietaAntena 3

–¿Por qué algo tan profundo como un asesinato y descuartizamiento, que podría acarrear la pena de muerte, se deja en manos de un abogado de oficio?

–Bueno, esto era un asesinato con premeditación que ya no lo es. Vimos que todo esto tenía un efecto champán, fuerte, de cara al público sólo por el descuartizamiento, que es un delito autónomo y posterior. Mira, aquí estamos enjuiciando la muerte de Edwin Arrieta, no lo que pasó después. Y a pesar de que en la mente de la gente se diga que es un asesinato con descuartizamiento, no lo es, ya que en realidad es un delito de profanación de cadáveres que tiene penas de un año de prisión que no se cumplen. Por lo tanto, no hay en la profanación de cadáveres homicidio, como si se profanara a un cadáver en el sentido de violarle no es una violación. Nosotros hemos estudiado muy bien cómo se produce la muerte, la cual nunca se sabe cómo fue, pero sí lo que en realidad hay, que es el famoso golpe en el occipital que está determinado por los médicos forenses. Y a partir de aquí es cuando construimos algo que se compadece con lo que declara Daniel y con las lesiones que él tenía ese día. Y estamos, en mi opinión, es un homicidio imprudente en el peor de los casos.

–¿Cree que ha sido conveniente que ni usted ni parte de su equipo haya estado aquí, en pleno juicio, cuando el abogado español de la otra parte, Juan Gonzalo Ospina, sí ha estado como coacusación y, además, incluso testificando?

–Nosotros lo que entendemos es que el procedimiento tiene un primer episodio, que es que Daniel entra al juicio siendo inocente hasta que el fiscal y la acusación pruebe lo contrario. La acusación particular no existe, va por adhesión con el fiscal. Por lo que aquí, entre comillas, el acusado es el fiscal. Y entonces nosotros tenemos muy claro que lo que hablamos es jurídicamente, por el que se preparó un informe importante al principio en base a la nulidad de las pruebas, que se hizo magníficamente bien por nosotros. Estamos además en contacto con nuestros dos asesores tailandeses, entre ellos con una que está siendo utilizada como intérprete y asesora porque la traductora de español no tenía ni idea, y el tribunal consistió que fuera nuestra intérprete la que tradujera. Por lo que todo se está haciendo con nuestros parámetros. El abogado de oficio se está portando magníficamente bien y lo está haciendo muy bien con una labor conjunta que hemos hecho entre Tailandia y España. Por lo tanto, qué pinta un abogado allí. Pues, por ejemplo, yo he estado en el tema de Joaquín José Martínez interviniendo en Miami con el abogado. Pero si nuestro abogado lo está haciendo bien con nuestro asesores jurídicos tailandeses no hace falta nadie más allí.

El abogado de la acusación Juan Gonzalo Ospina (d) en el tribunal de Samui este miércoles donde asiste a una nueva sesión del juicio contra el joven español Daniel Sancho en Tailandia por el supuesto asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta. Daniel Sancho declarará finalmente este jueves, como estaba previsto, una vez concluya este miércoles el turno de la Fiscalía con un solo testigo.Sitthipong Charoenjai EFE

–¿Usted cree que la pena podría ser de seis u ocho años?

–Yo lo que entiendo es que el tribunal, después de la prueba que se ha ido practicando, y a la vista de que el fiscal ha declarado a medios de comunicación que el asesinato con premeditación ha quedado casi excluido, estaríamos en el homicidio simple, que tendría veinte años, o en el culposo. En el homicidio simple, dónde estaría el deseo de matarlo si la muerte no se produce con ningún golpe ni con ningún cuchillo. Y luego aparece una camiseta de Edwin que no tiene sangre y una incisión que nunca hemos sabido de qué era. Entonces el tema está muy claro: es una caída que se produjo con un forcejeo (no habría delito), o con una pelea o porque le empujó Daniel. Y entonces habría un homicidio imprudente en el peor de los casos.

–Y si pudiera salir dentro de sólo dos años y regresar a España, ¿ve coherente que un descuartizador confeso pueda estar en la calle en tan poco tiempo? ¿No suena a amoral?

–El descuartizamiento tiene su pena: un año. Y aquí estamos para descubrir cómo murió Edwin y no entramos en más historias: ni comportamientos éticos ni nada. Nosotros estamos en un juicio y ahí es donde trabajamos. Lo demás no nos interesa. Recuerda que el fiscal jefe, no este que está en la sala, declaró a La Sexta que si el Reino de España pidiera que cumpliera un tercio de la pena en España, que algún periodista y abogado están diciendo que es extradición cuando en realidad es sólo traslado para cumplir la pena. Nosotros tenemos que dejarnos de prensa del corazón. Nosotros estamos en un juicio, y el juicio es el que marca si el fiscal prueba una cosa o prueba otra, la sala tendrá que decidir. Nosotros nos debemos a las leyes y constitución tailandesas, la cual por cierto tiene un epígrafe dedicado a un comité de derechos humanos, a otro comité anticorrupción y a un defensor del pueblo.

–Uno de los casos más sorprendentes fue descubrir que el fiscal, off the record, comentara que iba a ser difícil probar la premeditación. Pero esto quiere decir, ¿que el cargo inicial ha sido rectificado o simplemente que ha expresado una opinión?

–Yo le estoy agradecido al ministerio público por su honradez. Empezó el juicio con unas pruebas de la policía que según dijo desembocaban en un asesinato con premeditación. Pero ha visto que esto se ha diluido como un azucarillo, no ya sólo porque no se haya probado, sino porque se ha probado lo contrario. El reportaje fotográfico, la medicina forense y los médicos legales han dicho todo lo contrario. Y él ha sido muy honrado que ese cargo se ha diluido y que tiene que ir a por otra calificación jurídica. Y de verdad que se lo agradecemos como estamos también profundamente agradecidos a este tribunal, a su presidente, a las instituciones penitenciarias y al Reino de Tailandia. A todos.

Daniel Sancho el día de su detención en TailandiaSOMKEAT RUKSAMANAgencia EFE

–Perfecto, pero, ¿cuándo el cargo se rectificará de forma oficial?

–Él estas declaraciones las hace cuando se ha practicado su prueba. Y sí, aún no es oficial, pero es un aviso a navegantes. Ahora cuando termine el juicio suponemos que el fiscal se reubicará, eliminando el asesinato con premeditación y ya se centrará en homicidio doloso o en homicidio imprudente, que son las otras figuras jurídicas que contempla el código penal.

–Hoy he escuchado a un tailandés experto en estas lides decir que el juez analizará las pruebas materiales, que son el 90% de su decisión final, ya que los testigos suelen mentir.

–Hombre, me parece sorprendente que esto se diga cuando la policía también es testigo. ¿Quién está diciendo que la policía miente? En este caso tengo mis severas dudas de que se han confundido. Pero en todo caso, el tribunal que respeta los derechos humanos, o sea, que es un gran tribunal, va a estar únicamente en las pruebas que se practiquen del juicio; pruebas que sean legales, que sean lícitas y que sean constitucionales. Y sólo eso le llevará al veredicto.

–¿Cree usted que está habiendo trato de favor a Daniel Sancho por parte de la embajada, de instituciones penitenciarias y del propio juez?

–Eso es una falsedad. Además de que el que diga eso está acusando tanto al juez de prevaricador como a las autoridades tailandesas por favorecer a una persona… ¡Y es mentira! Y el que tenga alguna duda que denuncie. Y la embajada que se ha portado normalmente bien con nosotros, como siempre; porque todas las embajadas del mundo disponen de un departamento penitenciario que asiste a los presos y a su familia. Y esta embajada ha decidido mandar al cónsul, el cual por cierto es un gran cónsul, simple y llanamente porque era un tema de pena de muerte, y así lo establece el ministerio de asuntos exteriores español como cualquier ministerio de exteriores extranjero. Es decir, entra todo dentro de la normalidad. Pero me gustaría además añadir que quien ha dicho esto, que nos comente qué tal ha ido el juicio y qué tal ha ejercido la acusación.

–Por cierto, ¿y qué pasaría si al final le cayera a Daniel la pena de muerte?

–Nuestro equipo jurídico no contempla ni la pena de muerte ni la conmutación por cadena perpetua. Aunque si finalmente llegara esa sentencia ésta sería recurrible ante el tribunal supremo tailandés. Y tenemos conocimiento de que en casos parecidos la sentencia ha sido homicidio imprudente.

–Ospina, que ha estado varios días dentro de sala, dice que le resulta muy extraño que él y otros muchos tuvieran que declarar sin aire acondicionado y que con Daniel esperaran al regreso de la electricidad. Además, no entiende por qué el cónsul acude casi a diario al juicio de un descuartizador a casi 600 kilómetros de Bangkok, cuando en la capital no asiste a otros juicios, y cuando además toma asiento justo detrás del banquillo de los acusados, y que esto podría llegar a intimidar al juez y que no es habitual.

–Yo sobre compañeros, y cuando se habla sobre temas que no son jurídicos ni procesales, prefiero no hablar. Lo único que digo es que la embajada ha enviado al cónsul porque era un tema complicado con la posible petición del fiscal de pena de muerte. Y, además, es la obligación del cónsul. Mira, no se puede estar sacando el efecto ventilador, y en vez de hablar de temas jurídicos, procesales, de derecho y de delito, hablar sobre trato de favor. Entonces yo no voy a entrar en este tema porque es terreno que yo no piso. De todas formas, creo que es muy arriesgado acusar a un tribunal y a las autoridades tailandesas de que están prevaricando. Es muy arriesgado eso.