Crimen en Tailandia
El forense que echa por tierra toda la estrategia de la defensa de Daniel Sancho
El médico forense Borja Moreno desgrana las claves de "La jaula de cristal", de la causa de la muerte, del porqué de deshizo del cuerpo de esa manera y de la decisión de cortarse el pelo nada más entrar en prisión.
El médico forense del instituto de medicina legal de Baleares, Borja Moreno, al igual que otros compañeros de profesión, está siguiendo muy de cerca el caso del asesinato del cirujano plástico Edwin Arrieta, de 44 años, en Tailandia, supuestamente a manos del chef español, de 29 años, hijo del actor Rodolfo Sancho.
Moreno considera que se están lanzando muchos mensajes durante los últimos días que pueden confundir a la gente y por eso ha decidido grabar un podcast y participar en algunos espacios en los que se ha hablado de este caso, que mantiene en vilo a la sociedad española y colombiana.
El médico forense tiene claro que el caso se trata de un asesinato premeditado y no de un homicidio imprudente, como declaró el propio Daniel. En opinión de Moreno, no tiene sentido hablar de eso cuando él había comprado el cuchillo y los productos de limpieza un día antes. "Sabía que iba a descuartizarlo, así que se trata de un asesinato con premeditación".
También quiso hacer referencia a su estado mental en el momento del crimen. Si el forense y doctor en Medicina José Carlos Fuertes apuntaba ayer que cada vez estaba más convencido que el hijo de Rodolfo Sancho era víctima de una enfermedad mental, Moreno tiene otro punto de vista. Parte de la estrategia de la defensa de Sancho son sus declaraciones, en las que afirmaba que lo hizo porque Edwin le tenía en una "jaula de cristal" y que estaba muy presionado. Pero Moreno considera que estas afirmaciones carecen de sentido porque lo planificó y lo ejecutó tal y como lo había pensado. y su diagnóstico es claro: no padecía ningún trastorno.
Una de las claves que falta por desvelar es la causa de la muerte. El resultado de la autopsia todavía no se conoce, pero la conclusión del informe va a quedar limitada por la falta del torso, una zona del cuerpo en la que están órganos vitales que son los más importantes para un análisis forense.
"Es importante saber cual es la causa de la muerte, si murió de un golpe accidental en la cabeza, por un golpe más contundente o quizás lo pudo drogar y haber acabado con su vida por asfixia mecánica. Es cierto que en la boca y el el cerebro podría haber alguna pista sobre esto último, pero la clave está en el torso". Porque además, si se trata de un crimen pasional, tal y como piensan los investigadores, puede ser que lo apuñalara varias veces, algo que no se sabrá si no se encuentra el torso.
Otra de las razones por las que Moreno está convencido de que se trata de un crimen planificado es la manera de deshacerse de las partes del cuerpo. El forense sospecha que previamente buscó cómo deshacerse del cadáver. Y a las pruebas se remite. La cabeza fue arrojada al mar, una parte corporal que no se hincha y por lo tanto no debería haber salido a la superficie. Las manos y el torso fueron cortados y todavía no han sido localizados. Hay que recordar que sin las huellas dactilares, es muy difícil identificar a una persona. Las otras opciones son el ADN y los dientes. De ahí el interés de Daniel por arrojarla al mar y que no apareciera.
En cambio, la pelvis y las vísceras sí pueden llegar a hincharse por los gases de la descomposición, por lo que lo mejor era tratar de ocultarlo en un vertedero.
Las razones para un corte de pelo tan rápido
El pelo crece a razón de un centímetro al mes y muchas veces se analiza para saber si una persona había tomado sustancias tóxicas, como fue en el caso de la niña china Asunta Basterra, asesinada por sus padres y que le estuvieron suministrando drogas durante meses. Pues bien, "en el caso de Daniel Sancho es llamativo que justo después de hablar con su abogado la primera decisión que tomara fue cortarse el pelo". En España, puede ser un atenuante o un eximente, pero en Tailandia el uso de sustancias tóxicas podría perjudicarle.